lunes, 19 de abril de 2010

La Vanguardia Edición del sábado, 13 mayo 1916, página 5

Imponente manifestación de duelo ha constituido el acto de conducir a su última morada el cadáver del conocido fabricante don Eustasio Onandia, fallecido repentinamente en la ciudad de Valladolid.

Han figurado en la presidencia del fúnebre cortejo sus hijos, acompañados del rector de Matadepera y otros curas, viéndose entre la comitiva diversas autoridades, personalidades pertenecientes a la Banca y a la Bolsa, representaciones de las entidades a que perteneció el finado, fabricantes, comerciantes, amigos de la familia y un sin número de cómisiones de Barcelona y Sabadell, y como dato curioso baste decir que cuando la reverenda comunidad de presbíteros entraba en la iglesia del Santo Espíritu, aun salían de la casa mortuoria numerosos invitados, por lo cual toda la plaza Mayor, calle de Quemada y la gran avenida del Arrabal, estaban ocupadas por la fúnebie comitiva.

El cadáver iba encerrado en un lujoso ataud de caoba con aplicaciones de plata, pendiendo de él una hermosa corona de flores naturales, ofrenda de su íntimo amigo el señor Sallarés y detrás iba otro coche con coronas de la familia, de los trabajadores de su fábrica, de sus amigos de Zaragoza y Valladolid, con sentidas dedicatorias.

Sirva de lenitivo al dolor que experimenta la familia la manifestación que, espontaneamente, ha formado el pueblo de Tarrasa en honor a la memoria de uno de sus hijos más entusiastas por el trabajo, y aprovechamos estas líneas para testimoniar a aquélla nuestro más sentido pésame por pérdida tan irreparable.

La huelga de albañiles continúa en igual estado.

El alcalde, don José Ullés, estuvo ayer en el domicilio de nuestro diputado a Cortes, don Alfonso Sala, interesándose por su estado de salud, que, según noticias, es más satisfactorio.

—Alas.

No hay comentarios: