Nuestro corresponsal en
Tarrasa nos da cuenta del atentado cometido en la madrugada del domingo último,
contra el alcalde de Rellinás, don Pablo Serracanta, quien fue asesinado en la
puerta de su domicilio, por dos desconocidos. Según la versión más aceptada el
crimen se realizó en la siguiente forma:
A las cinco y media de la
mañana del domingo dos sujetos estaban apostados en el camino que de casa del
alcalde conduce al pueblo conocido por «Les Boadas de Rellinás», distante del
núcleo de la población, unos cuatro kilómetros, esperando el paso del alcalde
don Pablo Serracanta, creyendo que iría a misa matinal, pero viendo que iba
sola la señora, se dirigieron a la casa del señor Serracanta, el cual se
hallaba en el portal de su casa tomando el fresco.
Los dos sujetos de
referencia que iban armados con pistolas y armas blancas y llevaban los rostros
cubiertos con pañuelos encarnados, dispararon sus pistolas contra el alcalde, produciéndole
tres heridas mortales de necesidad; otra en la cara y otra en la cabeza.
Luego le hicieron siete
disparos de arma larga que no le dieron y cuyos siete balines se incrustaron en
la pared.
El señor Serracanta al
verse herido se abalanzó contra los asesinos entablándose una breve lucha
durante la cual al alcalde se le cayó al suelo algún dinero que llevaba en los bolsillos
y a uno de los agresores se le cayó el sombrero de color verde.
El alcalde al desprenderse
de sus agresores, tuvo ánimos aún para subir la escalera y llegar hasta el
primer piso, en donde cayó muerto al pie del balcón.
Los agresores después de
cometido el crimen huyeron sin que hasta ahora hayan podido ser capturados.
El crimen fue presenciado
por una criada que se escondió detrás de una puerta y por un mozo de la casa
que se parapetó escondido detrás de un banco, los cuales salieron después a
pedir auxilio a las casas más próximas. El alcalde era primo del diputado por
el distrito Alfonso Sala.
El crimen se supone que
obedece a resentimientos comerciales y se sigue una pista con la cual se supone
que se podrá capturar a los asesinos.
El criminal atentado ha
causado honda sensación no sólo en aquel pacífico vecindario si que también en
todos cuántos conocían a la víctima.
Al enterarse el pueblo del
citado crimen acudió todo en masa organizándose los hombres en guerrillas para
lograr la captura de los criminales.
También acudieron el
capitán de la guardia civil de Tarrasa, el jefe de la guardia municipal, varios
policías y algunas parejas de guardia civil, que trabajan sin descanso para
capturar a los agresores.
Por la tarde estuvo a dar
el pésame a la familia el diputado a Cortes por este distrito don Alfonso Sala
y Argemí, a quien le unían con la víctima lazos de parentesco, y varios
fabricantes de Tarrasa, pues dicho alcalde era muy apreciado de todas las
clases sociales y en Tarrasa contaba con numerosas amistades pues era un
propietario muy conocido.
Ayer todo el comercio de
Tarrasa, cerró sus puertas, en señal de protesta y se cree que el entierro
constituirá una imponente manifestación de duelo a la que asistirán
representaciones de todos los Ayuntamientos del distrito.
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