HOMENAJE A DON ALFONSO SALA Y ARGEMI
Con
motivo del acuerdo tomado por el Ayuntamiento de colocar una lápida en la casa
que nació el primer conde de Egara han llegado a esta ciudad el gobernador civil
don Joaquin Milans del Bosch, el vicepresidente de la Diputación conde de
Fígols y otras personalidades de Barcelona.
Se ha
organizado una procesión cívica en la cual iba la Banda Municipal ,
el Ayuntamiento en corporación en la que formaban parte los tenientes de
alcalde señores Vives y Roca, los concejales señores García, Farrás, Palau,
Boada, Sala, Coll y otros con el secretario señor Benlloch, el fiscal señor
Paloma, los jefes de la zona militar, el jefe de la guardia civil señor Pintado,
el delegado del Trabajo señor Pérez, el prior del Santo Espíritu, el rector de
San Pedro doctor Homs, el padre-rector de las Escuelas Pías reverendo P. Adolfo
Roger, los diputados provinciales don Amadeo Torrens, don José Baltá de Cela y
don Miguel Vancells y Carrera, otras delegaciones del Instituto, Cámara de
Comercio, entidades religiosas, presidiendo el alcalde don José Ullés; el
gobernador señor Milans del Bosch, el conde de Figols, el delegado gubernativo
señor Villamide y el Juez de primera instancia.
Por la
calle del Conde Egara la comitiva se ha dirigido al domicilio donde nació don
Alfonso Sala siendo recibidos por los hijos de éste, don José y sus bellas
hijas, pues la señora y el hijo mayor se encuentran accidentalmente en Alemania.
También asiste
un público numeroso que invade toda la calle y que es contenido por fuerzas de
la guardia civil y policía que lo mantiene a cierta distancia de los invitados.
El alcalde,
señor Ullés, vivamente emocionado dirige la palabra al público dando las gracias
a las autoridades y diciendo que pocas veces se ha encontrado con la emoción de
este momento de pagar una deuda de gratitud al hijo predilecto de esta ciudad
lamentando su ausencia por causa de la salud y haciendo votos por su total restablecimiento.
Describe la
actuación en la vida pública del señor Sala, de la cual se desprende que abandonando
sus negocios, sacrificando su hogar y su salud el señor Sala desde hace más de
treinta años toda su actuación consiste en defender industria, cultivar la
cultura como lo demuestra con sus Escuelas Industriales que son envidiadas por
los extranjeros y haciendo patria grande y servir a España y a su Rey.
Terminado
su discurso el alcalde tira de la cortina, apareciendo una artística placa,
obra del catedrático señor Cabanes, que dice así «Casa Pairal del Sr Alfonso
Sala y Argemí, primer Conde de Egara, homenaje del Excelentísimo Ayuntamiento,
1926.»
El conde
de Fígols dirige la palabra a la multitud para lamentar la ausencia del
presidente de la Diputación
de Barcelona, quien con su elocuente palabra era el más indicado para hacer el
elogio de la personalidad del homenajeado, pero él, dice, que sin dotes para
hacer, lo hará un bosquejo de la actuación de cuando era presidente de la Mancomunidad que todo
su afán era el engrandecimiento de Cataluña, pues así el señor Sala creía que
era engrandecer a España con todo y tener una parte hostil.
Hace
fervientes votos por su total restablecimiento para que cuanto antes pueda
actuar nuevamente en la vida pública, en bien de Tarrasa, de Cataluña y de
España.
El
gobernador civil, señor Milans del Bosch, dice que siente un verdadero pesar de
que por motivos de salud no pueda asistir a dicho acto el señor Sala, modelo de
patriotas, personalidad de relieve en que toda su vida la lleva consagrada al
trabajo, estudiando continuamente los problemas que han beneficiado a España y que
siempre su ideal ha sido servir a España y a su Rey.
Ofrece
asistir personalmente al otro homenaje proyectado cuando su salud esté
completamente restablecida, pues si en este homenaje hubiese asistido, con la
emoción que hubiera tenido al ver que todo Tarrasa se adhería a esta fiesta,
acaso le hubiera sido perjudicial,
Felicita
al alcalde señor Ullés por el acuerdo tomado por el Ayuntamiento de festejar a
un hijo tan ilustre como el conde de Egara, pagando una deuda de gratitud y
concluye diciendo que al honrar a don Alfonso Sala se honraba Tarrasa entera.
Después
de dar un viva a don Alfonso Sala, contestado unánimemente por la concurrencia,
se dió por terminado el acto, saliendo seguidamente para Barcelona el
gobernador y otras autoridades.
—Salas.
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