La sección de camilleros de la Cruz Roja, al mando de su jefe, señor Ramoneda, verificó ayer una excursión al vecino pueblo de Ullastrell.
Esperaban a los expedicionarios, a la entrada del pueblo, las autoridades todas y el pueblo en masa, dispensando una acogida cariñosísima a sus visitantes.
Después de recorrer materialmente las principales calles del pueblo, en una plazuela hicieron diversos ejercicios y prácticas de camillas, siendo muy felicitados su comandante y demás individuos de la Cruz Roja.
En la gran sala del café de la calle Mayor se obsequió a los individuos de la Cruz Roja y a las autoridades con una abundante merienda, obsequio del Ayuntamiento, pronunciando al final un magnífico discurso el señor Ramoneda, quien glosó los servicios que presta la Cruz Roja y la necesidad que tienen los pueblos de establecer ambulancias para en caso de algún accidente.
Después de agradecer el alcalde de Ullastrell la visita y manifestar que eran insignificantes los obsequios tributados para lo que se merecían, retornaron a esta ciudad muy contentos de la excursión.
Se declaró un incendio en la fábrica de hilados de los señores Matarí y Salallasera, quemándose la mayor parte de las existencias, siendo valoradas las pérdidas en doscientas mil pesetas.
El edificio estaba asegurado y los bomberos trabajaron toda la noche para reducir el fuego y que no se propagara a las cuadras inmediatas.
-Alas.
cru©
Esperaban a los expedicionarios, a la entrada del pueblo, las autoridades todas y el pueblo en masa, dispensando una acogida cariñosísima a sus visitantes.
Después de recorrer materialmente las principales calles del pueblo, en una plazuela hicieron diversos ejercicios y prácticas de camillas, siendo muy felicitados su comandante y demás individuos de la Cruz Roja.
En la gran sala del café de la calle Mayor se obsequió a los individuos de la Cruz Roja y a las autoridades con una abundante merienda, obsequio del Ayuntamiento, pronunciando al final un magnífico discurso el señor Ramoneda, quien glosó los servicios que presta la Cruz Roja y la necesidad que tienen los pueblos de establecer ambulancias para en caso de algún accidente.
Después de agradecer el alcalde de Ullastrell la visita y manifestar que eran insignificantes los obsequios tributados para lo que se merecían, retornaron a esta ciudad muy contentos de la excursión.
Se declaró un incendio en la fábrica de hilados de los señores Matarí y Salallasera, quemándose la mayor parte de las existencias, siendo valoradas las pérdidas en doscientas mil pesetas.
El edificio estaba asegurado y los bomberos trabajaron toda la noche para reducir el fuego y que no se propagara a las cuadras inmediatas.
-Alas.
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