Una fiesta sumamente simpática se realizó en el Real Colegio Tarrasense el día de la Pascua de Pentecostés. Reunidos fraternalmente los jóvenes estudiantes que habían terminado brillante y felizmente la carrera, celebraron su triunfo escolar con un banquete de despedida, en el cual reinó la más completa armonía.
Al descorcharse el champagne, pronunciaron sentidos y entusiastas brindis en nombre de los peritajes, los jóvenes Riba, Comas, Alvarez Balet y el ingeniero textil Armengol.
El padre Rector, en cariñosas palabras alentó a los pupilos para que supiesen proseguir por el camino del bien y de la rectitud de conciencia.
El padre director don Adofo Roger, saludó efusivamente a quienes durante tantos años habían sabido portarse a una altura muy envidiable y digna de loa. Brindó por la Escuela Industrial y por su digno director don José Baltá de Cela, del que había recibido el pupilaje múltiples atenciones.
Gratamente impresionados salieron para sus respectivas casas, los jóvenes peritos del presente curso escolar.
Al descorcharse el champagne, pronunciaron sentidos y entusiastas brindis en nombre de los peritajes, los jóvenes Riba, Comas, Alvarez Balet y el ingeniero textil Armengol.
El padre Rector, en cariñosas palabras alentó a los pupilos para que supiesen proseguir por el camino del bien y de la rectitud de conciencia.
El padre director don Adofo Roger, saludó efusivamente a quienes durante tantos años habían sabido portarse a una altura muy envidiable y digna de loa. Brindó por la Escuela Industrial y por su digno director don José Baltá de Cela, del que había recibido el pupilaje múltiples atenciones.
Gratamente impresionados salieron para sus respectivas casas, los jóvenes peritos del presente curso escolar.
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