Mucho antes de la hora anunciada para la celebración del mitin a favor de la candidatura de don Alfonso Sala y Argemí, ya el amplio local del Cine Cataluña estaba completamente lleno y en vista de que engrosaban los grupos que se formaban en la calle, la Comisión organizadora gestionó un local de más capacidad, pudiendo conseguir el grandioso teatro de la Alegría, capaz para tres mil personas. Trasladada la concurrencia a dicho local, al poco rato se llenó por completo, empezando el acto bajo la presidencia del señor Sala, acompañado de distinguidas personalidades. Hablaron los señores Viñals, Ventalló (don Narciso) y Parés, para comerciar el último hecho de los regionalistas, y se promovió un escándalo; pero fueron sacados del local los perturbadores, y el mitin continuó sin mas incidentes.
Al levantarse don Alfonso Sala, la concurrencia se puso de pie, aplaudiéndole y vitoreándole largo rato, y restablecido el silencio, empezó su hermosa peroración, tratando de la autonomia, de la cuestión social y de su actuación en las Cortes, rebatiendo luego el discurso del señor Cambó pronunciado en esta ciudad, y, por último, dijo que estaba dispuesto a gastarse su modesta fortuna para llevar a los tribunales, a los que quieren sobornar con dinero a los electores; pero no solo a los que pagan, sino tambien a los que cobran.
El final del discurso del señor Sala fué aplaudidísimo.
Fue obsequiado por distinguidas damas con un hermoso ramillete de flores, con una lazada de cintas con las banderas española y catalana.
A la salida del mitin se organizó espontáneamente una manifestación para acompañar al señor Sala a su domicilio, aplaudiéndole y vitoreándole por todo el trayecto. Ya en su domicilio, dirigió nuevamente la palabra, para dar las gracias y recomendar que se retiraran ordenadamente, como así se hizo.
— Alas.
Al levantarse don Alfonso Sala, la concurrencia se puso de pie, aplaudiéndole y vitoreándole largo rato, y restablecido el silencio, empezó su hermosa peroración, tratando de la autonomia, de la cuestión social y de su actuación en las Cortes, rebatiendo luego el discurso del señor Cambó pronunciado en esta ciudad, y, por último, dijo que estaba dispuesto a gastarse su modesta fortuna para llevar a los tribunales, a los que quieren sobornar con dinero a los electores; pero no solo a los que pagan, sino tambien a los que cobran.
El final del discurso del señor Sala fué aplaudidísimo.
Fue obsequiado por distinguidas damas con un hermoso ramillete de flores, con una lazada de cintas con las banderas española y catalana.
A la salida del mitin se organizó espontáneamente una manifestación para acompañar al señor Sala a su domicilio, aplaudiéndole y vitoreándole por todo el trayecto. Ya en su domicilio, dirigió nuevamente la palabra, para dar las gracias y recomendar que se retiraran ordenadamente, como así se hizo.
— Alas.
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