REVISTA DEL SOMATÉN Y BENDICIÓN DE UNA
BANDERA
El
domingo se celebró con inusitada esplendidez la revista anual del somatén,
viéndose favorecida por una gran concurrencia y un día primaveral.
En
tren especial llegaron a las once el capìtán general, con sus ayudantes, el
gobernador civil, el presidente de la Diputación, el delegado gubernativo, el
comandante general de Somatenes, con su ayudante, el comandante y secretario
del mismo Instituto, el delegado de Hacienda, el presidente provincial de la
Unión Patriótica, representantes de los somatenes de Rubí y Sabadell y otras
distinguidas personalidades.
En
la estación dieron la bienvenida a los recién llegados el alcalde de esta
ciudad doctor don José Ullés, el conde de Egara y demás autoridades locales.
Trasladamos
al Ayuntamiento, fueron recibidos por una comisión de Concejales, presidida por
el teniente de alcalde don José Badrinas, pasando al salón de sesiones, en
donde, después de las presentaciones de rigor, fueron obsequiados todos los
presentes con pastas y champagne.
Desde
el Ayuntamiento se dirigieron al Paseo del Conde de Egara, que ofrecía un
aspecto imponente, pués además de los somatenistas, en número de unos mil
quinientos, habíase congregado en las amplias avenidas un numerosísimo público,
en el que abundaba el bello sexo.
La
banda municipal, situada en el templete del Paseo, amenizó el acto con
escogidas piezas.
Durante
la revista el general Barrera y el gobernador civil señor Milans del Bosch,
junto con don Alfonso Sala, hablaron con algunos somatenes condecorados a los
cuales felicitaron efusivamente.
Luego
se dirigieron a la parroquia del Santo Espíritu y después de oir misa, se
trasladaron a las iglesias románicas de San Pedro, en donde el prior de la
misma dió a las autoridades detalles de las susodichas iglesias y de la
renovación de las mismas bajo la dirección del excelentísimo señor don Luis
Plandiura.
Terminada
la visita, se dirigieron al Gran Casino, en donde en el espléndido y amplio
salón de fiestas, tuvo lugar el banquete en honor de las autoridades, en el
cual tomaron parte unos quinientos comensales.
El
banquete fué esmeradamente servido a cargo del restaurante del Gran Casino.
Presidió
el banquete el capitán general don Emilio Barrera, quien tenía a su derecha al
gobernador civil, Conde de Egara, general Suso y a su izquierda tenía el
alcalde don José Ullés, el señor Conde de Montseny y a los señores Gassó y
Vidal y el señor Vázquez Lasarte, siguiendo luego las demás autoridades e
invitados.
En
una de las mesas centrales se destacaba la gentil y bellísima señorita María
Milans del Bosch con las demás encantadoras jovencitas que habían de acompañarla
en la fiesta de la bendición de la bandera del somatén de las Fonts, que se
había de celebrar luego de concluído el banquete.
Inició
los brindis don Alfonso Sala, que al levantarse para hablar fué objeto de una
prolongada y entusiasta ovación.
Ofrece
el banquete a las primeras autoridades y dijo que la fiesta que se estaba
celebrando, ya hermosa de sí, se había visto embellecida por la presencia de
elegantes señoritas que habían de formar la corte de honor a la que en breve
apadrinaría una bandera del Somatén.
Dedicó
grandes elogios a dicha institución haciendo resaltar que el de Tarrasa había
cumplido siempre su sagrado lema.
Concluyó
su elocuente brindis con vivas a España y al Somatén de Tarrasa.
El
señor Sala fué largamente aplaudido.
El
alcalde don José Ullés dijo que obligado a hablar con la cariñosa alusión que
le ha hecho don Alfonso Sala, ha de proclamar muy alto que se siente
enorgullecido de ver la asistencia en aquel acto del capitán general,
gobernador civil y demás autoridades, las cuales han desarrollado una labor tan
meritoria y justa, que hasta sus mismos adversarios políticos han debido
reconocerlo, calificándola de labor de verdaderos gobernantes. Dedica un gran
elogio al Conde de Egara, a don José Guillemot y a don Amadeo Torrens.
Concluye
el señor Ullés en brillantes párrafos, mostrando su reconocimiento en nombre de
la ciudad, a todos los que han honrado la fiesta, a las distinguidas señoritas
que embellecen el acto, a los representantes de Rubí y Sabadell y especialmente
a las dignas autoridades que están al frente de la región y de la provincia.
Los
aplausos dedicados al elocuente discurso del alcalde se confundieron con los
que fué saludado el presidente de la Diputación de Barcelona don José Milá
Camps, quien manifiesta que comparando su visita actual a Tarrasa con las
realizadas en épocas pasadas señala la sensación que ha experimentado al notar
las renovaciones que se están verificando en favor de la higiene y
embellecimiento. Añade que mientras en España siga el Somatén no habrá de
sufrir la zozobra de las algaradas y desórdenes de la anarquía y termina con
vivas a España y al Rey, que son calurosamente contestados.
El
señor Milans del Bosch agradece los aplausos que al levantarse le dirige y
manifiesta que elo Somatén de Tarrasa fué el primero en que pasó revista cuando
estaba al frente de la Capitanía general de Cataluña y por esta causa lo ha
mirado siempre con verdadera simpatía.
Alude
a los manejos de unos pocos y se congratula que la Institución del Somatén esté
extendida por toda España. Termina su elocuente peroración brindando por España
y su Rey.
Por
último levanta su copa el general Barrera, a quien le tributan todos los
concurrentes puestos en pie, una entusiasta ovación.
Expone
su admiración por el Somatén y añade que en Tarrasa se siente su esencia por el
amor que demuestran sus habitantes a la paz y al trabajo.
Alude
a la labor patriótica de don Alfonso Sala y concluye diciendo que ya que en los
momentos actuales se han abierto las puertas del Mediterráneo y todas las
fronteras a las demás naciones, hay que vigilar más que nunca para que nadie
pueda perturbar el orden y la paz que ahora se disfruta y de la cual son firmes
mantenedores los Somatenes.
El
capitán general fue fuertemente aplaudido dándose el acto por terminado.
Las
autoridades y la mayoría de los asistentes al banquete celebrado en el Gran
Casino, una vez terminado se dirigieron al pintoresco sitio de "Las
Fonts", del término municipal de Tarrasa, para asistir a la fiesta de la
bendición de la bandera del Somatén de aquel vecindario.
Apadrinaron
el acto la gentil señorita María Milans del Bosch y el joven don Pedro Ribas.
El
cura párroco y prior de San Pedro después de bendecir la enseña del Somatén
pronunció un patriótico discurso y la señorita Milans del Bosch con gran
entonación leyó el siguiente parlamento:
La
Santa Madre iglesia al bendecir en conmovedora y sencilla ceremonia esta
bandera ha implorado para ella y por lo tanto para nuestra España a la que
representa con sus radiantes colores, las bendiciones de Dios y al
entregárnosla - Somatenes de "Las Fonts" tan emocionada como
agradecida por este honor tan grande que me habéis hecho al designarme para su
madrina, puedo aseguraros que aprecio en cuanto vale esta señalada distinción y
que no omitiré para corresponder a ella, empezando por elevar mis humildes pero
fervorosas oraciones por vosotros, que es elevarlas por la patria, porque
podéis ufanaros de contaros entre sus hijos predilectos, tanto por la nobleza
de vuestra institución de tradición gloriosa como la abnegación que representa
el imponeros el sagrado deber de mantener denonadamente vuestro sublime lema
"Paz, paz y siempre paz" el mayor beneficio que puede desearse de los
pueblos.
Gracias
a esos sacrificios vuestros, disfrutan la villa y los campos de la tranquilidad
del bienestar y el orden, fundamentos de la prosperidad y por ello es tan
hermosa y elevada vuestra misión y merecéis ser protegidos predilectos de
Nuestra Señora de Montserrat invocándola siempre podéis estar seguros de su
maternal tutela y confiar en el éxito de dicha misión tan noble, con la que
contribuir al encumbramiento de esta España cuya grandeza se afirma ahora ante
las naciones extranjeras, merced al heroísmo del caudillo del 13 de septiembre
y Alhucemas, que Dios protege como protege a nuestro Rey y a nuestra amada
Patria.
Una
entusiasta ovación ahogó las últimas palabras pronunciadas por la encantadora
señorita Milans del Bosch, quien hizo entrega de la enseña al padrino, quien
leyó el siguiente discurso:
Ilustre
madrina;
Al
recibir de vuestras manos este símbolo de amor a España, la bandera que acaba
de bendecir nuestro reverendo párroco el señor Homs, se llena el alma de
satisfacción. Al contemplar la consigna de paz que entre los pliegues ha de quedar
grabada para siempre en esta bandera nos manifiesta que lo ha de quedar también
en nuestros corazones. Esa paz que no es el descanso, sino la actividad
continuada en la eliminación de revoltosos y malhechores, el trabajo que se
desarrolla sin estribos, la industria que progresa, el campo que se cultiva en
provecho del que lo labra, el talento que con sus iniciativas descubre nuevos
rumbos.
Esa
paz es la nación fuerte, la patria engrandeciéndose. Es el amor puesto en
práctica el amor que vence.
Cuando
veo que van aumentando en Cataluña y ya podemos decir en toda España las
bendiciones de banderas del Somatén me convenzo que se está haciendo algo
grande que sin ruido nos une.
La
paz sea con vosotros era el saludo de Jesucristo. Paz, paz y siempre paz, nos
manda nuestra Patrona la Virgen de Montserrat.
Reciba
pues, con la Iltre. Madrina el excelentísimo señor Capitán general, el Excmo.
señor Gobernador civil y demás autoridades e invitados la expresión del más
sincero agradecimiento de este Somatén por el honor que al acto han dado con su
presencia y la seguridad de que sabrán
cumplir con su deber los que se cobijan bajo esta bandera.
Al
terminar su discurso, el joven don Pedro Ribas fué sumamente aplaudido.
Los
invitados fueron obsequiados con un exquisito lunch por la distinguida familia
Ribas.
—
El Corresponsal.