Sin
decrecer en nada el entusiasmo de reuniones anteriores, celebró el domingo
pasado su anual asamblea, sexta desde su fundación, la Asociación del Real
Pupilaje de las Escuelas Pías de Tarrasa.
Cual
hijos de casa solariega, que, después de larga ausencia, vuelven a encontrarse
reunidos y hallan en su hogar aquella paz y dicha que solo puede ser hija de
fraternal afecto; así los antiguos pupilos acudieron presurosos de todas las
distintas regiones, donde tienen su morada para solemnizar fiesta tan simpática
en compañía de los que actualmente continúan su labor escolar en este pupilaje.
Después
de las salutaciones amistosas, que son de natural y sincero afecto en
semejantes circunstancias, pasaron todos los reunidos al sagrado recinto de la
capilla para asistir al santo sacrificio de la misa y recordar en muda e íntima
plegaria a todos sus amigos compañeros que ya han pasado los umbrales de la vida.
Se
reunieron luego en el salón de estudio para la sesión reglamentaria y en ella
usó de la palabra el reverendo padre Adolfo Roger, ex director del Real
Pupilaje, quien en elocuentes y afectuosas frases manifestó a todos sus amados
alumnos el inolvidable recuerdo que guardará toda su vida de la Asociación, que
con tanto anhelo fundara para dar vida exhuberante post-escolar a todos los que
fueron y son miembros del pupilaje.
Se
dió cuenta luego de las adhesiones recibidas de parte de los ex pupilos, que con
sentimiento de su parte, no podían asistir al acto y se procedió después a
presentar el estado anual de cuentas.
Dejando
para la próxima reunión la elección de cargos, que procedía a renovar este año,
se determinó, a indicación del mismo padre Roger y con anuencia de todos, que
continuará la misma junta directiva, con sólo el nombramiento de tesorero a
favor de don Ricardo Balil, ya que tal cargo está vinculado en un alumno actual
del pupilaje.
Se
pasó más tarde al salón-comedor para conmemorar en fraternal banquete el grato
recuerdo de épocas que ya fueron amenizando el acto un quinteto que interpretó
delicadamente inspiradas piezas musicales. Entre los comensales notamos la
presencia de varios señores profesores de la Escuela Industrial.
Llegada
la hora del brindis, dirigió sus paternales palabras a los alumnos el reverendo
padre Adolfo Roger, quien inculcó con expresivo sentimiento los principios de
verdadera solidaridad cristiana que debían vivir en los corazones de todos para
bien de la sociedad.
Usó
luego de la palabra don Eugenio Ferrer, de la Escuela Industrial de Tarrasa, en
representación del señor directos de la misma, brindando por la Escuela Pía y
por la propia Escuela Industrial, enalteciendo los resultados logrados en dicho
centro docente.
El
reverendo padre rector José M. Sirés terminó dirigiendo palabras de
enardecimiento a todos los pupilos para continuar en el camino emprendido y
dando a todos las gracias por su asistencia a la fiesta.
En
el camarín de la iglesia de Nuestra Señora de Montserrat se ha celebrado el
matrimonial enlace de la simpática y gentil señorita la ilustrada profesora de
esta ciudad, doña Lola Gregoriano Abad, con el médico doctor don Delfín
Sanmartín Montfort.
Apadrinaron
la boda, por parte de la novia su tío don Francisco de A. Abad y don Ramón
Alegre Vancells, y por parte del novio, los industriales don José Aurell y don
Luis Vancells.
Los
invitados a la ceremonia fueron obsequiados con un espléndido banquete.
Los
desposados en viaje de novios recorrerán las principales capitales de Francia,
Italia y Suiza.
Los
servicios prestados por la brigada sanitaria según copia del libro registro del
laboratorio de Higiene de este partido en el transcurso del pasado mes de
abril, han ascendidoa 2.126 entre diferentes inspecciones, desinfección de
viviendas, lavado de ropas, diversos análisis, etc. etc.
Por
haber transcurrido el plazo reglamentario sin haber ocurrido ningún nuevo caso
de glosopeda en esta localidad, quedan sin efecto las medidas de policía
sanitaria que con dicho motivo fueron dictadas en el Boletín de la provincia,
de fechas 6 y 23 de marzo último.
Ayer
a las seis de la tarde, se celebró el acto de la bendición e inauguración del
nuevo edificio destinado a Juzgado municipal.
Asistieron
al acto el alcalde don José Ullés, el juez municipal y el secretario del
Juzgado de primera instancia señores don José Farré y don Paulino Castalrenas,
el juez municipal y secretario don Salvador Utset y don J. Mañá el fiscal señor
Paloma, el juez suplente señor Biosca, los directores de las escuelas de
Industria y del Trabajo señores Baltá y Morera, el prior arcipreste doctor
Molera, el cura párroco de San Pedro doctor Homs, el inspector del Trabajo don
Roberto Hundedvilla, los subdelegados de Farmacia y Medicina don Arsenio y don
José Sala, el comandante de la guardia civil, el médico forense doctor
Cadafalch, la casi totalidad de abogados y procuradores de esta ciudad y otras
personalidades.
El
señor alcalde en un brillante discurso en nombre del Ayuntamiento hizo entrega
del nuevo edificio al señor juez municipal, haciendo constar que siempre había
sido preocupación del Ayuntamiento que los Juzgados tuviesen un edificio sino
lujoso, a lo menos adecuado a sus funciones y que en la serie de mejoras
urbanas llevadas a cabo, no podía dejar de incluírse la que estaban celebrando
en aquellos momentos y la que en fecha no lejana se celebraría inaugurando el
Juzgado de Instrucción.
El
juez municipal señor Utset agradeció al Ayuntamiento el nuevo local, así como a
todas fuese un hecho a reforma que las personas que habían contribuído a que
fuese un hecho la reforma que se estaba festejando.
Después
que el señor prior expusiese en un breve parlamento que la iglesia se había
asociado a aquel acto como lo demostraba el bendecir pocos momentos antes
aquellas dependencias, habló el señor juez de Instrucción don José Farré Duat,
quien recordó que las lamentaciones sobre la pésima calidad de los edificios en
donde estaban instalados los juzgados, que tomaron nota los poderes
legislativos, en virtud de lo cual, sino del todo en parte, había desaparecido
lo que constituía una verdadera vergüenza nacional.
Concluyó
el señor juez agradeciendo a los concurrentes su asistencia al acto y dando
éste por terminado.
Los
invitados fueron obsequiados con pastas, champagne y cigarros.
—
El Corresponsal.
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