Las escuelas de la Mancomunidad
Una
representación de los obreros-alumnos de la Escuela de Artes y Oficios y de la Escuela del Trabajo, ha
visitado al presidente de la
Mancomunidad , haciéndole entrega de un documento, en el que
después de hacer notar el entusiasmo con que han seguido siempre las enseñanzas
que se dan en aquellos centros docentes dependientes de la Mancomunidad , exponen
el caso en que se han visto de abandonar las clases, por hablárseles ahora en
un idioma en que no entienden tan claramente las explicaciones del profesorado
como, cuando la enseñanza se daba en la lengua catalana, con la cual están más
familiarizados los alumnos exponentes.
Añaden
éstos que, al saber que era el señor Sala el designado para la presidencia de la Mancomunidad ,
abrieron los corazones a la esperanza y volvieron a las clases, en la confianza
de que aquellas escuelas volverían a ser como una prolongación de sus hogares y
de sus talleres.
Los
solicitantes hacen protestas de respeto y admiración a la lengua castellana,
pero por no haberles sido bien enseñada y ser, por lo tanto, mal comprendida,
ha sido causa del atraso y de la falta de eficacia de la enseñanza primaria,
mientras que el catalán, que es el lenguaje de sus casas y de sus talleres, lo
comprenden mejor y hace que sean más eficaces las lecciones que reciben, del
profesorado.
Termina
el documento pidiendo que se permita a los profesores dar sus explicaciones en catalán,
como lengua de enseñanza y de relación. Y como entendemos—añade,—que es bueno
saber y comprenden bien el castellano, se podría establecer una enseñanza seria
del idioma oficial al lado de las enseñanzas técnicas hechas en idioma catalán.
Firman la
instancia varios alumnos, cada uno de ellos en representación de la
especialidad a que respectivamente dedican sus estudios.
El señor
Sala les ha contestado, también por escrito, acusando recibo de su comunicación
y haciendo notar que todos los ciudadanos, y él especialmente, en el lugar que ocupa,
han de acatar las órdenes del poder público, y más aún en centros de enseñanza,
donde es un deber contribuir con el ejemplo a la educación ciudadana, que es
base de todo civismo.
Añade que
en el punto concreto a que les solicitantes se refieren, ya ha comunicado al profesorado
que si los alumnos no comprendiesen bien las explicaciones que se les den en castellano,
las repitan en catalán, no faltando, de este modo, a lo que está mandado por la
superioridad y dando cierta elasticidad que permita cumplir con los fines
primordiales de la enseñanza. Estas órdenes—sigue diciendo el señor Sala,—más
que a la fuerza, se han de cumplir con el convencimiento de que interesa a los
alumnos, y muy especialmente a los obreros, que por medio de la cultura, de la
honradez y del trabajo han de elevar su condición y ser útiles a la sociedad y
a la patria, entender y hablar la lengua castellana, que habrán de utilizar en
muchas ocasiones, especialmente fuera de Cataluña, en España y fuera de España.
Cita, el
ejemplo de muchos de los obreros salidos de estas escuelas, que han ido a
ponerse al frente de empresas establecidas, o que por sí han ido a establecerse
en otras regiones de España, y algunos en América y que han tenido necesidad de
hablar y de escribir la lengua castellana, cuyo conocimiento les es muy útil.
Por esto, es en interés de los obreros, de su cultura y de su porvenir que se
familiaricen con aquel idioma. Aparte de esto—agrega el señor Sala,—hay que
reconocer que son muchos los obreros, hermanos en trabajo de los solicitantes,
que, hijos de otras regiones de España, han venido a Barcelona a laborar con su
sudor por nuestra riqueza, y sería injusto cerrarles el camino de la cultura.
Por otra parte, yo, que he pasado toda mí vida entre obreros, puedo afirmar que
no existe el desconocimiento absoluto de la lengua castellana, como lo
demuestra el hecho de que en todos los conflictos sociales, en las huelgas,
muchas de las proclamas, hojas, etc., están escritas en castellano, y lo mismo
se puede observar en los periódicos que representan a la clase obrera.
Termina
el documento del presidente diciendo que atendiendo a los fines de la
enseñanza, que es lo que debe interesar a todos, hablará al Consejo para,
establecer clases de castellano
para, aquellos obreros que, como dicen los solicitantes lo ignoren en absoluto,
y ofreciéndose como particular y como presidente de la Mancomunidad para
apoyar estas escuelas, que considera como una obra social de la mayor
importancia.
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