Revista de Somatén
(De nuestro
corresponsal)
El pasado
domingo se celebró la revista del Somatén de Tarrasa.
En el
tranvía eléctrico de las once llegó el capitán general, don Emilio Barrera,
acompañado del jefe de Estado Mayor general Despujol, del general de somatenes
señor Pereyra y de sus respectivos ayudantes, junto con el vocal de la comisión
organizadora don Alfonso Sala. Aguardábanles el alcalde don Miguel Argemí, el
delegado gubernativo señor Villamides, juez de instrucción, juez municipal, el
señor prior, el rector de las Escuelas Pías, el director del pensionado de la
misma, el teniente coronel comandante militar de la Caja de Reclutamiento presidiendo
una comisión de señores jefes y oficiales, los diputados provinciales señores
Armengol y Parés, el director de la Escuela Industrial
señor Baltá de Cela, los subdelegados de Medicina y Farmacia, representaciones
del Instituto Industrial, Mutua Fabril, Cámara de Comercio, cabos y subcabos
del somatén, maestros nacionales, teniente jefe de la guardia civil, jefe de Telégrafos,
los agentes gubernativos señores Álvarez y Rodríguez, jefe de la guardia
municipal, una numerosa representación de cívico-somatenistas y numeroso
público.
En el
andén de la estación estaba formada la ronda del somatén que con bandera y
música tributó los honores de ordenanza.
Hechas
las presentaciones de rúbrica, la comitiva subió a los autos que, al efecto,
estaban preparados, dirigiéndose todos hacia la Casa Consistorial ,
donde fueron recibidos por una comisión de concejales, presidida por el
teniente de alcalde señor Piera, quienes, después de cumplimentar a las autoridades
y representaciones mencionadas, las obsequió con un lunch.
A seguido
se trasladaron al paseo, en donde estaba formado el somatén, al que
detenidamente revisó el general Barrera, en unión de sus acompañantes.
Terminado el acto, se dirigieron a la iglesia del Santo Espíritu, donde oyeron
misa. Ejecutó la banda militar la Marcha Real en el momento de alzar.
Al salir
de la iglesia encaminóse la comitiva al Palacio de la Escuela Industrial ;
fue recibida, en el vestíbulo, por el director y los profesores, dirigiéndose
todos a visitar los talleres, laboratorios y clases, de cuya visita sacaron los
visitantes una impresión en extremo satisfactoria. Trasladados al despacho del
director, el general Barrera firmó en el libro de honor, en los siguientes términos:
«Conforta
el ánimo y enorgullece el visitar esta Escuela, el entusiasmo, asiduidad e
interés con que se cultiva la enseñanza: Nada hay como la voluntad, cuando va
unida a la inteligencia para conseguir resultados máximos, y en esta Escuela
imperan mucho y de modo extraordinario. Así se trabaja por la región y por la Patria.—Tarrasa 27
enero 1924.— Emilio Barrera.
Se
celebró luego, en el Gran Casino, un banquete en obsequio a los ilustres
forasteros, al que concurrieron unos doscientos comensales. Ocupó la
presidencia el capitán general señor Barrera, quien tenia a su derecha al senador
vitalicio don Alfonso Sala y a su izquierda el alcalde don Miguel Argemí, más
las personalidades y representaciones antes mencionadas.
Al
descorcharse el champaña, habló D. Alfonso Sala, y en nombre del somatén
ofreció el banquete al capitán general y demás autoridades allí congregadas.
Hizo resaltar el rasgo del general Barrera, quien, al salir de la iglesia, quiso
ir a testimoniar su pésame a la familia del señor Castella, asesinado cuando el
asalto de la Caja
de Ahorros.
Recordó
que en una fiesta igual, celebrada hace dos años, con asistencia del actual
presidente del Directorio militar, señor Primo de Rivera, y subsecretario de
Gobernación señor Martínez Anido, pronunciaron sendos discursos, que si ahora
pudieran ser reproducidos, a todos parecerían profecía de lo sucedido a partir del
13 de septiembre último. Después de enaltecer la obra del Directorio, dice al
general Barrera que la parte sana del pueblo catalán está con ellos. (Grandes
aplausos).
Debido a
faltas políticas cometidas por aquellos estadistas, que hasta hace poco
gobernaron, el ejército púsose al lado del pueblo, como hermanos que son para
purificar al país de tantos desaciertos como aquellos habían cometido. (Muy
bien). El camino de regeneración es fatigoso; pero lo mismo él que el general
Barrera son optimistas, porque el ciudadano mantiene el instinto de
conservación y de rectitud porque el pueblo catalán, que es decir el pueblo español,
conserva el espíritu de trabajo y de justicia.
Cree que
hay que mantener nuestras tradiciones regionales, para servir de estímulo al
resto de España, sin hipocresías unidas, puesto el corazón en la mano.
Terminó
diciendo que hay que hacer obra armónica de pacificación y que, guiados por el
capitán general, los catalanes todos, a su lado, servirían a Cataluña y a
España.
El señor
Sala fue ovacionado y felicitado al final de su discurso.
El
alcalde, señor Argemí, al levantarse para hablar, fue largamente aplaudido y
dijo que, en su calidad de alcalde, y en nombre de la ciudad se adhería al
acto, que honraba a Tarrasa.
Al
levantarse el general Barrera fue entusiastamente aplaudido. Indicó que estaba
tan impresionado, que no puede menos de recordar las palabras del poeta, ya que
su emoción es tan intensa, que causa frío en la espalda y ensancha el corazón:
El acto que acaba de celebrarse—añadió—habla con elocuencia de lo que puede esperarse
de un pueblo tan noble, tan digno y tan lleno de patriotismo.
Da las
gracias al somatén, enalteciendo su noble misión y añade que gran parte de la
excelente organización que éste tiene, se debe al esfuerzo de ese ilustre,
honrado, leal y caballeroso patricio, llamado dentro de poco a ejercer grandes
destinos, que bien lo tiene merecido quien, como él, ha trabajado por la región
y España. (Grandes aplausos).
No es
adulación, no es servilismo al felicitar al señor Sala que ha demostrado ser un
hombre de convicciones, que ha sostenido siempre el mismo ideal y ha trabajado
por su región y por España con un valor cívico muy raro de encontrarlo en estos
tiempos. «Yo felicito al señor Sala,—siguió diciendo,—por ser un hombre patriota
que siempre marcha por el camino recto. (Muy bien, muy bien) y me enorgullezco
de tenerlo por consejero honrado. Los somatenes los consideramos como la
reserva del ejército y unidos hemos de trabajar por el bien de la región y de la Patria , y siempre unidos
como españoles.»
Condena
enérgicamente el separatismo, y dice que aquellos que, con su exaltación,
desprecian a su madre, es verdad que merecen el desprecio y nuestra execración;
pero también hemos de considerar que son hermanos nuestros y hemos de procurar
atraérnoslos, y que vengan a nuestros brazos como hijos pródigos. (Los aplausos
son calurosos). El día que esto suceda, podremos festejar con un banquete
nacional a los que han vuelto al regazo de su madre. (Muy bien).
Para mí
no hay ninguna diferenciación entre catalanes, gallegos y aragoneses, ya que
sólo hay españoles; españoles y nada más que españoles. (Calurosa ovación).
Manifiesta
que con las ideas vertidas por políticos sin conciencia íbamos al comunismo o a
otra cosa peor. Afortunadamente, el gobierno del Directorio hace presagiar días
de paz y bienandanza.
Añade que
se habían predicado ideas disolventes contra la patria, y el sacerdote, que en vez
de cumplir su santa misión, predica odios en vez de los Santos Evangelios, es
un mal sacerdote. El maestro que en el alma del niño, que es maleable como el
barro, no le inculca el amor patrio, es peor que un malvado.
Trabajemos
unidos a los elementos sanos y no rechacemos a nadie si son españoles,
recibámoslos con los brazos abiertos. Se refiere a la visita hecha a la viuda
del somatenista que fue asesinado, y dice que al ponerse a los pies de la
viuda, sentía envidia y admiración a la vez por el que había muerto en
cumplimiento de su deber, defendiendo el emblema del somatén.
Vamos
adelante, dice, con la obra empezada. Este gobierno llegará hasta el fin,
cueste lo que cueste. El emblema del somatén será empleado por todos los
hombres de buena voluntad.
Terminó
su elocuentísimo discurso dando un grito de Viva Cataluña, siempre, siempre y siempre
española. (Los aplausos estallan fragorosos).
Terminadlo
el banquete se expidió el siguiente telegrama:
«Presidente
Directorio Militar. Reunido Somatén Tarrasa, presidido digno capitán general Barrera,
eleva a vuecencia respetuosa, adhesión y saluda con efusión en su persona a
todos los somatenes españoles hermanos. ¡Visca Espanya! Cabo del
partido: Amadeo Torrens. Vocal C. O.: Alfonso Sala.»
Los
edificios por donde pasó el capitán general y su acompañamiento lucían
colgaduras.
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