sábado, 10 de agosto de 2013

La Vanguardia, Edición del martes, 03 julio 1923, página 7

En el teatro Olimpo celebrose la fiesta de los Juegos Florales (año V), del Ateneo Obrero del distrito undécimo, bajo la presidencia del teniente de alcalde don Javier Tusell, del presidente de la Diputación señor Vallés y del señor Juyol, presidente accidental del Ateneo, con asistencia de representaciones de entidades afines, ofertores de premios y numerosa concurrencia.

El concejal y presidente del Ateneo, como a su vez del jurado, don José Rovira, abrió el acto con un patriótico y poético discurso.

Don Marcial Subirás, secretario del jurado, compuesto, a más de los señores mencionados, de don Jacinto Torres Reyató, Maestro en Gay Saber; del reverendo don E. Flori y de don Adriano Gual, Romañach y Ornar y Barrera, leyó una detallada memoria y dió cuenta del veredicto.

Obtuvo la Flor Natural por su poesía «Oracions de la hora tardoral», el director de las escuelas del Centro de Dependientes del Comercio y de la Industria de Tarrasa, don José Fuster, quien eligió reina de la fiesta a la señorita Rosa Montañá y Ciuró, quien entre aplausos y con el ceremonial de costumbre, y a los acordes de una marcha triunfal, ocupó el trono de honor y repartió los premios a los poetas ganadores, entre una corte de amor compuesta por las señoritas Castells, Antón, Calvet, Guilera, Mayné y Cuscó.

Obtuvieron la «Englantina» y la «Viola» don Salvador Borrut y Soler y don Jaime Martí y Marull, respectivamente. Los accésits fueron concedidos a los señores Caradat, Rocosa, Roca, Marull, Gozalves y José María Pía.

Los premios extraordinarios fueron otorgados a la señorita doña Paula Borrás y Soler, maestra de las escuelas de Bosque de Montjuich, y los restantes a los señores Graells Castells, Vila, Novellas de Molins, Ayné Ravell, Andrés Llovet, Saltor Bengerel, Balasch, Lladó, Pujadas, y Palau Ximenes y a los maestros en Gay Saber, señores Ribé, presbítero, y don M. Folch y Torres.

El poeta don Claudio Omar dió las gracias en un elegante discurso, y a los acordes de la orquesta y del brazo del teniente de alcalde, descendió de su trono la reina de la fiesta, quien obsequió a todos con un «lunch».


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