Un camión que llevaba una velocidad vertiginosa
atropelló cerca de esta ciudad a una tartana el interior de la cual iba ocupado
por gitanos.
Resultaron con diversas heridas en varias partes
del cuerpo.
El domingo el señor Carlos Freixa, conduciendo un
automóvil de su propiedad atropelló al niño de 9 años Manuel Canes, con
domicilio en la calle Vendrell.
Dicho niño se encontraba en esta ciudad por formar
parte de los “xiquets” que actuaron durante estas fiestas.
Precisamente cuando levantaban una de sus clásicas
torres en la calle Topete, llegó el señor Freixa con su coche, queriendo pasar,
a despecho de la multitud, que rodeando a los “Xiquets”, presenciaban la
agilidad y destreza de los mismos.
El público protestó de la actitud de dicho señor y
éste dio marcha al vehículo, cogiendo bajo sus ruedas al niño Canes.
Ante el atropello, la multitud echóse encima del
imprudente automovilista, propinándole una regular paliza, librándole de las
populares la llegada de los guardias.
Recogido el niño, fue trasladado en el mismo coche
al Dispensario municipal y de allí a su domicilio.
Del hecho se ha presentado la correspondiente
denuncia al Juzgado.
El niño Juan Arrufat, domiciliado con sus padres en
la calle de la Agricultura, 29, fue asistido durante la tarde del lunes en el
Dispensario municipal de una herida en el labio superior, producida por la
mordedura de un perro.
Después de asistido pasó a su domicilio, dando
cuenta al Juzgado de lo ocurrido.
Anteayer tarde, cuando los niños de la escuela de
don Antonio Sánches jugaban en el Bosque conocido como Can Petit, en ocasión de
haber salido a pasar la tarde al campo en compañía del maestro, encontraron
cerca de una roca, liados con un periódico, la friolera de 29 cartuchos de
dinamita, con los cuales los muchachos seguían jugando, dándose cuenta de ello
el maestro, que vigilaba los juegos de sus discípulos.
Puesto el encuentro en conocimiento de la guardia
civil, ésta se hizo cargo de la dinamita.
Mientras con otros niños de su edad jugaba la niña
de 10 años Teresa Andreu, habitante en la calle de Angel Guimerá, 84, recibió
una pedrada en la frente, produciéndole una fuerte herida, de la que fue curada
en el Dispensario municipal.
Ha terminado la fiesta mayor, siendo los últimos
festejos las funciones de gala que han tenido lugar en todos los teatros de la
ciudad y el castillo de fuegos artificiales que, como de costumbre, se dispara
en el extremo norte de la Rambla de Egara.
Todos los espectáculos y festejos, así los de
sociedad como los callejeros, han sido presenciados por gentíos
extraordinarios, sin que, afortunadamente, hubiera incidentes, dejando el
ocurrido por el señor Freixas – del cual damos cuenta más arriba – que bien
pudo terminar en tragedia.
Una vez más los tarrasenses han dado una prueba de
sus altas dotes cívicas, de lo que pueden sentirse orgullosos.
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