SECCIÓN TERCERA
A las diez de la mañana se reanudó ayer ante el
Tribunal de la sección tercera la vista de la causa, por la muerte del director
del Banco de Bilbao, señor Pascual, en el que figura como acusado el ex jefe de
la sucursal de Tarrasa, señor Levesey.
Como el día anterior asistió al acto numerosísimo
público.
Continuó la prueba testifical con la de los peritos
médicos.
El doctor Vives, médico forense, y el doctor Tossa
leen el dictamen de la autopsia verificada en el cadáver de don Luis Pascual.
Todas las heridas eran mortales de necesidad.
El fiscal Interroga a los peritos y éstos aclaran
que una de las heridas había sido hecha a más de cinco centímetros y menos de
cincuenta.
Se les pregunta también por las heridas que
presentaba el acusado y dicen que eran leves, porque la bala resbaló por encima
de la costilla, sin lesionar órganos de importancia.
A preguntas del defensor dicen que es muy probable
que el señor Pascual hiciera un movimiento instintivo, al ver armar la pistola,
y por esto las heridas se presentan en la espalda.
Se pregunta sobre la muchacha que resultó lesionada
y dicen los peritos que es muy probable que lo fuese por una de las balas que
atravesaron el cuerpo del señor Pascual.
Los peritos médicos propuestos por la defensa, doctores
Fossar, que es médico de la prisión; Sarró, Tomás Tussó, Coma, Gallardo,
Aymerich y Cabanillas, leen ante el Tribunal un informe extensísimo que han
emitido después de haber examinado al procesado y haber investigado sus
antecedentes familiares.
El doctor Tussó y el doctor Sarró, aclaran en un
diálogo con el fiscal, el alcance del dictamen emitido y dicen que la tara sólo
existe en el acusado en potencia y no se hubiera manifestado sin la
circunstancia de la catástrofe que deshizo su vida normal en la sociedad.
El señor Lladó y Vallés pide que se aclare un
extremo de la ampliación del dictamen hecha por el doctor Tussó, según el cual
la excitación en el procesado ya ha cesado en la actualidad y que el estado
morboso se refería tan sólo al momento en que se cometió el hecho.
El doctor Sarró le contesta que, efectivamente, es
así, por cuanto la catástrofe que ocasionó la suspensión de pagos, actuó en el
espíritu del procesado en la forma que los científicos conocen con la
denominación de trauma psíquico.
Interviene a continuación el defensor y pregunta al
doctor Sarró si cree que los acontecimientos en que se vio envuelto el
procesado a partir del año 1926 fueron suficientes, a su juicio de médico
especialista, para generar toda la reacción subsiguiente en el señor Levesey.
El doctor Sarró contesta afirmativamente.
El presidente, señor Iturriaga, pregunta al doctor
Fossar, que es el médico de la cárcel, si observó en el procesado, síntomas de
anormalidad psicológica cómo no dio aviso al Juzgado y sólo lo ha hecho constar
asi cuando ha sido propuesto como perito por la defensa.
El doctor Fossar contesta que esto es por causa del
régimen penitenciario, en el cual no ha entrado la costumbre de observar
atentamente a los presos en estas manifestaciones de psiquiatría.
Terminados estos informes se retiran los testigos
médicos y se une al sumario su informe y la ampliación verbal de los doctores
Sarró y Tussó.
El fiscal, señor Forés, pide la suspensión de la
vista para dar lugar, teniendo en cuenta el informe aportado por los doctores,
a una información ampliatoria en la que pueda intervenir el ministerio fiscal.
El acusador privado se adhiere a la petición
fiscal.
La defensa se opone por entender que el fiscal ya
conocía, por constar en autos, la autorización judicial para practicar la
observación médica.
El presidente, viendo la disparidad de criterios en
las partes, suspende por media hora el juicio, para que la Sala delibere.
Transcurrida la media hora se reanuda el juicio y
el señor Iturriaga manda leer la resolución recaída, según la cual la Sala
acuerda no dar lugar a la petición del fiscal.
Este hace constar su protesta a los electos de
casación subsiguiente.
Continúa la prueba testifical del fiscal.
El señor Gibert dice que conocía al señor Pascual
profesionalmente. Tenía a la victima en inmejorable concepto.
Joaquín Piñeiro, da asimismo buenas referencias del
señor Pascual, lo mismo que Agustín Navarro, Emilio Jorba, Roberto Juan y Félix
Cameros.
En vista de lo adelantado de la hora, el presidente,
señor Iturriaga, suspende el juicio para continuarlo hoy.
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