viernes, 6 de enero de 2012

La Vanguardia, Edición del lunes, 06 octubre 1919, página 9

Con motivo de la fiesta de aviación, a las tres y media de la tarde reinaba animación extraordinaria
en las calles y azoteas. En el campanario de la iglesia se había colocado una gran bandera encarnada para orientar a los aviadores.

A las cuatro y cinco minutos ha pasado uno de ellos, dando una vuelta y media por la ciudad y perdiéndose de vista entre los nubarrones que tapaban el firmamento.

Su aparición ha causado entusiasmo. Se han defraudado las esperanzas en vista de que no se presentaban otros aviadores.

—Alas.

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