viernes, 31 de enero de 2014

La Vanguardia, Edición del martes, 10 marzo 1925, página 10

El atentado al juez de Tarrasa

Nuevamente ha sido señalada la vista de la causa por el atentado de que fue víctima el juez de Tarrasa don Francisco Ximénez Embún y Osenalde el día 29 de abril de 1920.

El juicio se celebrará pasado mañana.

Está preso y procesado por este delito Joaquín Benages Cabré y procesados en rebeldía José Dalmau Martí,  Antonio Saborido Puentes, Vicente Buenaventura Martínez y Martín Serrarols Tresserra. Todos ellos se fugaron de la cárcel de Tarrasa, siendo únicamente capturado el 20 de enero de 1922, Joaquín Benages que usaba el nombre de Miguel Miralles Capdevila con el que está fichado como sindicalista de acción peligroso.

Según las conclusiones del fiscal Sr. García Martín los procesados, puestos de acuerdo, se apostaron el día de autos por la mañana, en las inmediaciones del juzgado y cuando el señor Ximénes de Embún ponía el pie en el peldaño del dintel de la puerta le hicieron numerosos disparos, causándole una herida en la pierna izquierda, fracturándole la tibia y el peroné, otra en la pierna derecha, otra en la muñeca del mismo lado y otra en la región ilíaca izquierda; de cuyas heridas tardó en curar 130 días quedándole una ligera cojera en la pierna izquierda.

Los agresores, al huir, hicieron varios disparos sobre sus perseguidores sin herirles.

Los hechos relatados son constitutivo de un delito de asesinato frustrado, otro de atentado a un funcionario judicial en funciones y otro de disparo, debiéndose imponer al procesado por el primero 18 años y un día de cadena temporal, por el segundo cuatro años, dos meses y un día, de prisión correccional y por el tercero un año, ocho meses y veintiún días de igual pena, e indemnización al lesionado de 2.000 pesetas.





jueves, 30 de enero de 2014

La Vanguardia, Edición del miércoles, 04 marzo 1925, página 15

La noticia del indulto de los reos condenados por el asalto de la Caja de Ahorros de esta ciudad se supo a primeras horas de la madrugada, causando gran satisfacción por haber atendido S. M. los requerimientos de todas las clases sociales, ya que el domingo se cursaron gran número de telegramas solicitando el Indulto.

Están ya ultimándose las imágenes de los apóstoles para la fachada del templo del Santo Espíritu, donativo de don José Guix, don Benito Badrinas, don Miguel Marcet y don José Freixa.

La recaudación, hasta la fecha, importa 157.856 pesetas para la construcción de la nueva fachada de dicha iglesia.

Con la nueva división de zonas de esta provincia, ha quedado nombrado de la octava,  delegado gubernativo de Barcelona-Tarrasa, el teniente coronel don Jorge Villamide, que ya desempeñaba dicho cargo anteriormente en esta ciudad.

Ayer tarde llovió copiosamente; en cambio quedaron blancas de nieve las montañas próximas a esta ciudad.

—Alas.



miércoles, 29 de enero de 2014

La Vanguardia, Edición del martes, 03 marzo 1925, página 18

El indulto de los reos de Tarrasa

El general Vallespinosa manifestó esta mañana a los periodistas que habían sido indultados los dos reos de Tarrasa, y que esta tarde se facilitaría una nota, explicando los motivos que han inducido a la concesión del perdón.

En efecto, esta tarde, a última hora, han facilitado en la Presidencia una nota que dice así:

«Los reos condenados a pena de muerte por el Consejo Supremo de Guerra y Marina en la causa seguida con motivo del asalto a la Caja de Ahorros de Tarrasa, fueron puestos en capilla en las primeras horas de la tarde de ayer y debieron de haber sido ejecutados en la madrugada de hoy.

El gobierno aun contando con los benévolos sentimientos de S. M. el Rey, siempre dispuesto a la clemencia, acordó no aconsejar el indulto, como no lo aconsejó en su día respecto a los otros dos reos condenados y ejecutados por el mismo hecho en causa seguida por procedimiento sumarísimo; pero en las últimas horas de la capilla uno de los reos de esta causa de ahora, dijo que tenía, que hacer importantes manifestaciones no sólo respecto a su participación en el delito, sino también en lo referente a las ramificaciones del mismo.

Compareció el instructor y fue oído un testigo que estaba en la misma cárcel, el que confirmó algo de la dicho por el reo.

En su vista, el capitán general consultó el caso al gobierno y éste, tratándose de una sentencia firme, de modo absoluto y definitivo, teniendo en cuenta que respecto a los dos reos tenía que presidir el mismo criterio, porque juntos delinquieron en un enlace y relación indivisibles, se creyó en el caso de no suspender indefinidamente la ejecución para esclarecer las manifestaciones alegadas, sino acordar en firme lo que procediera, pues no se debe nunca prolongar en estos casos un estado de incertidumbre que impone para los reos una continuación en la capilla, con todas las angustias dolorosas de ella.

Por estas razones el gobierno se creyó en el caso de proponer al Rey el indulto para los dos reos de pena de muerte, conmutándola por la de cadena perpetua, gracia que el Rey se dignó acoger, acordando inmediatamente el indulto que se le propuso.»




martes, 28 de enero de 2014

La Vanguardia, Edición del martes, 03 marzo 1925, página 11

Indulto de los condenados a muerte Aracil y Devesa

Los reos en capilla

A la una de la tarde del domingo, el juez instructor del proceso, comandante de infantería señor Pérez Garbert, notificó a los condenados a muerte por el asalto a la Caja de Ahorros de Tarrasa, José Aracil Cortés (a) Nano de Rosquillas y Antonio Devesa, la sentencia dictada contra ellos por el Supremo de Guerra y Marina.

Al acto de la notificación de la sentencia asistieron únicamente el director de la prisión celular, señor Ochaita y Luca de Tena, y los defensores de los condenados capitanes de infantería y caballería respectivamente, señores Jiménez Jiménez y Gutiérrez de la Higuera.

Los reos, sin dar aparentes muestras de emoción, firmaron la notificación con pulso firme y sereno.

Después fueron puestos en capilla. Como ya eran las dos de la tarde, se les sirvió de comer arroz, bistec con patatas, fruta., cerveza y una copita de licor. Los condenados comieron con gran apetito y dando muestras de estar muy animados.

Las capillas habían sido instaladas en dos celdas del departamento de políticos y en el pasillo del mismo se levantó un altar con la imagen del Crucificado.

Convenientemente avisados acudieron a la cárcel celular para cumplir su triste misión, los hermanos de la Paz y Caridad. También acudieron a la prisión en cumplimiento de su santa misión, los jesuitas PP. Vives y Pons y el capellán de la cárcel.

Los reos, cuya filiación libertaria es bien conocida, rechazaron con entereza los consuelos y auxilios de los expresados sacerdotes y de los Hermanos de la Paz y Caridad.

Como éstos insistieran en su loable deseo de reconciliarlos con la Iglesia y confortarlos espiritualmente, los reos recabaron el auxilio de sus defensores para que los hermanos de la Paz y Caridad cesasen en su porfía y los dejasen tranquilos.

También pidieron los reos que fuesen retirados los paños negros y los cirios que se habían colocado en cada una de las capillas.

A las diez de la noche Antonio Devesa, expresó su deseo de legalizar su situación con una mujer con la que, desde hace años, vivía maritalmente y de la que tiene un hijo.

Inmediatamente se dispuso todo para realizar este deseo del reo. Se avisó al juzgado de guardia y éste se personó en la cárcel al cabo de algún tiempo.

El matrimonio fue solamente civil.

La compañera de Devesa, que se encontraba enferma, fue conducida a la cárcel en un automóvil. Al terminar la ceremonia, la pobre mujer, ya agotadas sus fuerzas., sufrió un intenso desvanecimiento, y tuvo que ser nuevamente conducida a su domicilio.

Después el Devesa, que tiene que heredar a unos parientes, hizo testamente instituyendo a su hijo como heredero.

A la una de la madrugada, los reos pidieron nuevamente de comer.

Ellos mismos eligieron el menú, que se compuso de lo siguiente: conejo frito con patatas, dos palomos en salsa, huevos, fruta y una botella de chartreusse.

—Como hoy paga al Estado—dijo Aracil a las personas que se hallaban con él en la capilla,—vamos a darnos un banquete.

Los dos comieron juntos con gran apetito.

Se puede decir que durante toda la noche los reos no se separaron, pues con gran frecuencia, iban los dos de una celda a otra.

Aracil al propio tiempo que de una gran entereza, daba muestras de una intensa nerviosidad. Devesa parecía, a última hora, algo más decaído.

Su compañero le animaba diciéndole que había que tener confianza en que el indulto llegaría. Al ver lo avanzado de la hora Devesa comenzaba a desconfiar.

Los defensores, que tampoco les abandonaron ni un solo instante, también les daban ánimos.

Poco después de la una el juez militar abandonó la cárcel y se dirigió en una motocicleta a la Capitanía general.

A la marcha del juez siguieron unas horas de intensa expectación.

La familia de los reos

La familia de Aracil, que había visto a éste antes de entrar en capilla, estuvo durante toda la noche en el patio de la cárcel en espera de los acontecimientos. Estaban tres hermanos, dos hermanas, algunos parientes y varios amigos íntimos del reo. Todos denotaban estar poseídos de hondo sufrimiento.

Loa defensores, los empleados de la prisión y los periodistas que, en funciones informativas se encontraban en la cárcel, les prodigaban frases de aliento y de consuelo.

De Antonio Devesa no acudió nadie, pues no tiene más familia que su mujer y su hijo y ya hemos dicho que aquélla se encontraba enferma.

El indulto

A las tres y media de la madrugada, cuando sólo faltaban dos horas y media para la ejecución, llegó a la cárcel el juez señor Pérez Garbet..

Con gran celeridad y demostrando una íntima satisfacción, atravesó el patio de la cárcel, dirigiéndose al interior.

Los periodistas le interrogaron y entonces el juez dijo:

—Señores, traigo buenas noticias. Dentro de un instante las conocerán.

El juez se dirigió a la celda de Devesa y le dio la noticia de que acababa de recibirse el indulto. Inmediatamente le hizo a Aracil la misma halagüeña notificación.

Al conocer la noticia Aracil y Devesa se abrazaron fuertemente y lloraron. Los defensores estaban afectados, Aracil no hacía más que decir:

—¡Lo ves, hombre, como tenía razón! ¡No podía suceder de otra manera!

Después de haber hablado un rato largo con el juez, los defensores y los empleados de la cárcel y hasta haber aceptado la felicitación de los hermanos de la Paz y Caridad, pidieron que les dejaran descansar. Eran las cinco de la mañana.

La familia de Aracil al enterarse del indulto, sintió el extraordinario júbilo que es de suponer. Todos se abrazaban con indecible alborozo. Una de las mujeres que había en el grupo de la familia del reo, sufrió un síncope.

También la noticia se propagó rápidamente por las celdas de los reclusos, los cuales con ruidosa alegría, estuvieron largo rato aplaudiendo.

Los defensores, muy emocionados, recibieron también muchas felicitaciones.

A las cinco y cuarto de la madrugada los ex reos son nuevamente conducidos a sus antiguas celdas. Iban abatidos. La alegría había despertado en ellos más profunda emoción que la proximidad de la muerte.

Una nota de la Capitanía general

En la Capitanía general se facilitó ayer la siguiente nota:

«En la noche de ayer el capitán general de la región, en vista del sinnúmero de personas de todas las clases sociales y colectividades de todos órdenes que en los últimos días habían acudido a él, solicitando transmitiese peticiones de indulto de los reos Aracil y Devesa, y en atención a las circunstancias especiales del caso, propuso al Directorio la concesión de indulto, y de acuerdo éste con la petición, lo aconsejó a S. M., quien inmediatamente lo concedió, y recibido que fue en esta Capitanía, se transmitieron las órdenes oportunas al juez instructor, quien lo comunicó a los reos que habían entrado en capilla en las últimas horas de la tarde.»

A las trece del día de hoy el capitán general ha recibido el siguiente telegrama del presidente del Directorio:

«Confirmando instrucciones verbales comunicadas ayer a V. E. por teléfono me es grato confirmarle que S. M. el Rey ha indultado de la pena de muerte a los reos sentenciados por asalto Caja Tarrasa.»




lunes, 27 de enero de 2014

La Vanguardia, Edición del viernes, 27 febrero 1925, página 6

Pidiendo indulto

La hermana de José Aracil (a) «Nano de Rosquillas», condenado a muerte por el asalto y robo a la Caja de Ahorros de Tarrasa, acompañada del abogado señor Casas, visitó a las autoridades con objeto de pedir recaben del Directorio el indulto de aquél y del otro condenado a igual pena.

El alcalde y el presidente de la Diputación cursaron, telegramas en este sentido.




domingo, 26 de enero de 2014

La Vanguardia, Edición del domingo, 22 febrero 1925, página 8

Robo de certificados en Correos

Desde hace algún tiempo se sospechaba que en esta Administración de Correos, se cometían sustracciones de pliegos de valores declarados y certificados.

Para comprobarlo se montó un servicio de vigilancia que dio por resultado la detención de un empleado de dicho Negociado al que, en un registro efectuado en su domicilio se le ocuparon 22 perlas finas y unas mil pesetas.

Parece ser que dicho sujeto, cuando estaba de servicio, se apoderaba de los pliegos en que suponía había efectos de valor o cantidades de importancia que guardaba, y devolvía, los que no contenían alhajas o sumas importantes en metálico.

Se calcula que la cantidad sustraída por este procedimiento, asciende a unas 100.000 pesetas.

La policía trabaja activamente para capturar a otras personas que se supone complicadas en estos hurtos.

El detenido se llama Francisco Espeitia y había prestado servicio en Tarrasa desde donde fue trasladado a Barcelona en septiembre último. Parece que además de los efectos reseñados se le ocuparon diez sobres monederos y 580 certificados.




sábado, 25 de enero de 2014

La Vanguardia, Edición del sábado, 21 febrero 1925, página 15

Ha fallecido en Barcelona don Ramón Cortés, personalidad que en esta ciudad había desempeñado varios cargos de importancia, entre ellos el de alcalde, presidente del Instituto Industrial y miembro de la parroquia del Santo Espíritu.

Al entierro, verificado hoy, ha asistido una comisión del Ayuntamiento de ésta.

Hoy hemos hablado con el contador de este Ayuntamiento señor Muñido, quien nos ha autorizado para que desmintiéramos la noticia publicada en esa de que iba a ser nombrado jefe de la sección de hacienda del Ayuntamiento de Barcelona, para cubrir la vacante del señor Vidal y Guardiola.

Se preparan diversos festejos con motivo del Carnaval, en donde todas las sociedades recreativas organizan varios actos que prometen verse muy lucidos.

Próximamente tendrá efecto la inauguración del nuevo local que destinado a. la Cruz Roja se ha adquirido en la calle de Topete.

Se están replantando los árboles que faltaban en la avenida de Jacquard, mejora que es bien vista por el vecindario y para el ornato público.

Sigue el tiempo inseguro y el termómetro marca temperaturas bajas.


     Alas.

viernes, 24 de enero de 2014

La Vanguardia, Edición del viernes, 20 febrero 1925, página 14

La causa por el asalto a la Caja de Ahorros de Tarrasa.

A las doce de la mañana se reunió el Consejo Supremo de Guerra y Marina para ver y fallar la causa por el asalto a la Caja Postal de Ahorros de Tarrasa.

El tribunal estaba compuesto por los generales Picaso, Gómez Barber, Valcárcer, Alcocer, Maroto e Izabal, preside el general, don Gabriel Orozco y actúa de fiscal el coronel Piquer. Como relator figura don Fernando Berenguer.

Se da lectura al rollo en el que se relatan los hechos en la forma ya conocida, y el Consejo ordinario celebrado en Barcelona. La sentencia aprobada entonces lleva dos votos particulares de disentimiento.

El fiscal togado en su informe dice que el día 12 de septiembre de 1923 varios enmascarados asaltaron, la Caja de Ahorros de Tarrasa y se apoderaron de seis mil pesetas, dando muerte al somatenista señor Castella e hiriendo gravemente a un paisano.

El hecho ocurrió a las diez de la mañana. Los nueve asaltantes penetraron en el edificio mencionado, quedando tres de ellos en su puerta para vigilar y dar las voces de alarma. Los que penetraron en el interior iban con el rostro pintado de negro y con pañuelos para que no se les conociera.

Se dirigieron directamente a las oficinas de Caja y amenazaron con pistolas a los empleados que allí se encontraban, apoderándose del dinero y huyendo rápidamente.

Mientras se cometía el asalto, el somatenista señor Castella se dio cuenta desde la calle del hecho e intentó detener a los que salían, pero fue muerto a tiros. Los disparos hirieron también a otro vecino.

Los asaltantes ocuparon un automóvil que allí tenían preparado y huyeron a toda velocidad, habiendo disparos.

En juicio sumarísimo fueron condenados a la última pena los procesados Aguirre y Saleta; otros dos fueron declarados en rebeldía, y otro, llamado Molina, se suicidó. Quedan, por lo tanto, los cinco procesados actuales de los que componían la banda, que son los que comparecen hoy ante el Consejo Supremo de Guerra y Marina, y cuyos nombres son José Aracil Cortes, Antonio Devesa Bayona, José Leopoldo Martínez Puig, Domingo Sola y Joaquín Almiral.

En un bar de Barcelona los asaltantes fraguaron el hecho. Antes habían intentado realizar otros atentados en las personas de diferentes patronos.

En estas reuniones, según el fiscal, estaba presente el procesado Aracil, que tiene en su contra varios testigos.

El fiscal califica el hecho de robo con homicidio con las agravantes de premeditación, abuso de fuerza y resistencia a elemento armado. Para Aracil y Devesa pide la pena de muerte, para Martínez Puig la pena de veinte años de cadena temporal y para Solá y Almiral la absolución.

Acto seguido comienzan a informar las defensas, siendo el primero en hacer uso de la palabra el capitán de infantería don Antonio Giménez que defiende al procesado José Aracil.

Lee su escrito de defensa en el que se señala el apasionamiento sentido por el juez instructor de esta causa, por lo que su defendido se ha visto encartado en este proceso.

Dice que la falta de pruebas para condenar a su patrocinado es grande.

Relata varios hechos para demostrar que al coincidir el apodo de su defendido llamado «Nano» con el de otro sujeto igualmente apodado, le ha perjudicado.

Dice que nunca Aracil estuvo en las reuniones celebradas por la banda de Saleta.

Afirma que su defendido es una víctima de Saleta el cual, para salvarse, acusó a Aracil ante algunas autoridades.

Dice, por tanto, que la Sala no puede condenar a su defendido por estas acusaciones.

El fiscal no puede—añade—acusar directamente al procesado Aracil. No es cierto—añade—que, como se ha dicho, Saleta acusara repetidas veces a Aracil. Sólo en una declaración lo hace concretamente y en otra que aparece también en el sumario, lo hace muy vagamente.

La defensa rechaza algunas declaraciones.

En una de ellas se asegura que la acusación obedece a una venganza por una cuestión de mujeres.

Llama la atención de la Sala sobre estos extremos.

También rechaza las declaraciones del tartanero Martín Paul y Pedro Domínguez, y por último, que el procesado Aracil condujera el día de autos el automóvil de los asaltantes.

Señala a continuación los defectos que tiene la causa y el prejuicio con que se ha ido contra su defendido.

Se queja de que no se admitieran algunos testigos de descargo.

Termina su escrito pidiendo que en conciencia se piense el caso de su defendido.

El defensor, antes de terminar de leer su informe, rechaza con toda clase de respetos la actitud del fiscal contra el defensor, el cual fue calificado por aquel consejo que se celebró en Barcelona, de ejercer coacción cerca de los testigos.

Explica su actitud y dice que siempre, lo único que ha hecho, ha sido cumplir con su deber.

Termina el señor Giménez pidiendo la absolución para su defendido.

A continuación el capitán de caballería don José Gutiérrez, defensor del procesado Devesa, procede a la lectura de su escrito de defensa.

Dice que las únicas acusaciones que existen contra su defendido se deben a confidencias de la policía.

Estas confidencias policíacas—añade,—-unánimes en todos los casos, están basadas en que Devesa es sindicalista y reside en Tarrasa.

Dice que tanto la prueba documental como la testifical le es favorable. Existen cartas que prueban que el día de autos el procesado Devesa se encontraba en Barcelona.

Añade que sólo un testigo acusa a Devesa. Este testigo es Martí Paul, cuyas declaraciones no deben tenerse en cuenta desde el momento que dicho testigo padece desde hace tiempo una enfermedad mental. En el reconocimiento únicamente el testigo Martí Paul conoce a su defendido aunque no tiene mucha seguridad en ello.

Insiste la defensa en la enfermedad mental del testigo que acusa a Devesa y rechaza algunas diligencias practicadas por el juez instructor.

Termina pidiendo la libre absolución de su defendido por no existir prueba alguna para condenarle y estar firmemente convencido de que se trata de un hombre inocente y completamente ajeno al delito de que se le acusa.

El presidente del Tribunal, en vista de lo avanzado de la hora, suspende la vista para continuarla a las cuatro de la tarde.

A esa hora se reanuda la sesión.

El defensor del procesado Martínez Puig da lectura a su informe rechazando los cargos que se han formulado contra su patrocinado, afirmando que Martínez Puig no era pistolero ni usó la pistola que se le encontró en su domicilio, la cual estaba en pésimas condiciones de uso y los mismos peritos han reconocido que llevaba mucho tiempo sin dispararse.

Añade que el hecho de que su defendido estuviera casi siempre trabajando, prueba su buena conducta y dice que ni siquiera estaba fichado como peligroso por la policía.

Las acusaciones que contra él se formulan—añade—no tienen valor alguno por estar fundamentadas en las confidencias de la policía.

Añade que el día de autos su patrocinado estuvo en Tarrasa, ignorando la comisión del delito.

Las confidencias — dice—son insuficientes e ilegales.

Termina pidiendo la absolución de su patrocinado.

Seguidamente lee su informe el capitán de infantería don Guillermo Cavestany, defensor de los procesados Solá y Almirall.

Dice que a pesar de que el fiscal ha pedido la absolución para sus defendidos, estima deber de conciencia acompañarlos hasta el último momento.

Pide que la absolución vaya acompañada de todos los pronunciamientos favorables.

Se lamenta de que en el proceso se dé excesivo valor a las confidencias de la policía.

Afirma que uno de los testigos que ha declarado contra ambos es un muchacho de catorce años, no pudiendo tomarse en consideración sus afirmaciones.

Dice que según once testigos que prestaron declaración en el consejo de guerra, reunido en Tarrasa, sus defendidos estuvieron trabajando toda la mañana del día de autos.

Pide la absolución de sus patrocinados.

Asegura que en las conclusiones del fiscal existen varios errores de derecho.

Según el Código de Justicia Militar no puede calificarse el delito de autos de robo y homicidio, pues el somatenista Castella fue muerto accidentalmente, no habiéndose pactado antes la muerte del mismo, sino que se cometió después de realizado el robo.

Únicamente se podía acusar de homicidio a aquel que disparó contra la víctima.

Rechaza en todo caso la agravante de premeditación.

Insiste en que ninguno de los procesados ha ejercido coacción cerca de los testigos, rechazando enérgicamente esta afirmación del fiscal, pues, de lo contrario, si ello hubiera, sido cierto, lo procedente hubiera sido abrir una información.

A continuado» rectifica el señor Piquer.

Primeramente llama la atención del Tribunal sobre lo dicho por los defensores.

Aquí—dice,—se ha afirmado que en la causa ha existido más apasionamiento que justicia, ofendiéndose con ello al juez instructor del proceso.

Se ha asegurado que algunas declaraciones han obedecido a determinadas presiones. Eso no puede tolerarlo el ministerio fiscal.

Se ha llegado a negar la existencia del delito.

En conciencia el ministerio fiscal hubiera pedido condena para todos los procesados, pero aquilatando las pruebas ha llegado a las conclusiones ya conocidas.

Analiza detenidamente el hecho de autos para demostrar la penalidad de los procesados, y especialmente de Aracil y Devesa.

Rechaza la afirmación de una de las defensas respecto a que la pistola encontrada, en el domicilio de Martínez Puig, estaba en mal uso.

Afirma el fiscal que Saleta aseguró que las pistolas que llevaban los procesados fueron abandonadas.

Dentro de la cadena de «delincuencias» los procesados son responsables de los delitos de robo y homicidio, siendo las agravantes perfectamente claras a pesar de las negativas de los defensores y especialmente del último, que al convertirse en paladín de la defensa ataca y censura al ministerio fiscal.

La premeditación existe en el hecho de autos, desde el momento en que los delincuentes se pusieron de acuerdo.

Asegura que los encartados Aracil y Devesa, dispararon desde el automóvil en que huían.

Elogia la rectitud de los jueces que han intervenido en el proceso; y termina manteniendo sus conclusiones.

Sucesivamente, rectifican los defensores, y la causa queda vista para sentencia.




jueves, 23 de enero de 2014

La Vanguardia, Edición del miércoles, 18 febrero 1925, página 17

Ante numerosa concurrencia de estudiantes, celebróse la segunda conferencia  organizada por la «Asociación de Estudiantes Católicos», de la Escuela Industrial, la que estuvo a cargo de don Ramón Begas, de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Barcelona.

Tuvo efecto una fiesta simpática en el colegio de Hermanas carmelitas, organizada por el Ropero, asistiendo al acto el alcalde don Pedro Ribas; don José Molera, prior del Santo Espíritu, el concejal don Miguel Domingo, el juez de primera instancia y otras personalidades.

Tres lindas niñas, con una canastilla en la mano, las ofrecieron a las autoridades. El alcalde pronunció un discurso, felicitando a las socias de dicho ropero, encargando a la señorita presidenta que sea el mismo ropero el que entregue su canastilla a una madre pobre.

Ha salido para Madrid el director de la Escuela Industrial don José Baltá de Cela.

La temperatura ha refrescado notablemente.

—Corresponsal.



miércoles, 22 de enero de 2014

La Vanguardia, Edición del domingo, 15 febrero 1925, página 16

La causa por el asalto, a la Caja de Ahorros de Tarrasa

El próximo jueves, a las once de la mañana, se verá ante la sala de justicia del Consejo Supremo de Guerra y Marina la causa por robo con homicidio seguida contra los cinco asaltantes de la Caja de Ahorros de Tarrasa, José Aracil Cortes, Antonio Devesa Bayona, José Leopoldo Martínez Puig, Domingo Solá Treseras y Joaquín Almirall Poch.

Para Aracil y Devesa pide el fiscal la pena de muerte, para Martínez Puig la pena de 20 años de cadena temporal y para Solá y Almirall la absolución.

Ha sido nombrado ponente en esta causa el consejero togado señor Alcocer.

Defenderán a los procesados los señores siguientes:

El capitán de infantería don Antonio Jiménez, a Aracil; el capitán de caballería don José Gutiérrez de la Higuera, a Devesa; el capitán de caballería don Restituto González, a Martínez, y el capitán de infantería don Leonardo Cabestany, a los demás procesados.




martes, 21 de enero de 2014

La Vanguardia, Edición del jueves, 12 febrero 1925, página 12

Notas regionales

TARRASA

Se han recibido noticias de que la vista, en el Supremo, por el asalto de Caja de Ahorros de Tarrasa, en la que fiscal solicita la pena de muerte para tres de los procesados, no se efectuará aún, pues los defensores necesitan algunos días más para el estado de la causa.

«Can Amat», de ésta, el distinguido joven don Antonio Sala Amat, hijo mayor de nuestro compatricio don Alfonso Sala.

Víctima de rápida enfermad ha fallecido el joven estudiante de la Escuela Industrial don Victoriano Borrás. El malogrado joven era natural de Lérida, habiendo venido a esta ciudad a cursar sus estudios en dicho centro docente.

Los escolares le han costeado una gran corona.

Continúa la pertinaz sequía.

—Corresponsal





lunes, 20 de enero de 2014

La Vanguardia, Edición del martes, 10 febrero 1925, página 6

Notas regionales

TARRASA

La «Asociación de Estudiantes Católicos», de la Escuela Industrial de Tarrasa, está preparando varios actos para celebrar la Fiesta del Estudiante en honor de San Tomás de Aquino.

Celebrará dicha fiesta el día 7 de marzo, con una comunión general en la parroquia de San Pedro, después de la cual habrá un desayuno colectivo, y por la noche celebrará una velada literaria musical, en la cual hablará el presidente de la Federación Catalana señor Thio y Rodes.

A la mañana siguiente, que será domingo, tendrá lugar la bendición de una artística bandera, costeada por distinguidas familias de la ciudad egarense. Después de este acto habrá sardanas.




domingo, 19 de enero de 2014

La Vanguardia, Edición del sábado, 07 febrero 1925, página 15

Por S. M. la  Reina ha sido nombrada presidenta de honor de la asamblea de la Cruz Roja de ésta, doña Mercedes Amat de Sala, esposa del señor presidente de la Mancomunidad de Cataluña.

Se ha recibido desde Lima el siguiente cablegrama del presidente del Instituto Industrial:

«Proyectada película «La Industria de Tarrasa» en teatro Colón, ha sido indescriptible el entusiasmo al aparecer retratos nuestros Reyes que han sido vitoreados así como España —F Soler.»

Para el próximo domingo está anunciado para ser representada en el teatro Principal la obra de Marcelino Domingo, «Vidas rectas».

De segunda convocatoria y bajo la presidencia del alcalde señor Ribas, celebró sesión la comisión permanente, con asistencia de los señores Utset, Viver, Ventalló, Duran y Arnaus, concediéndose licencia para ausentarse al teniente alcalde don Pablo Esmerats.

—Corresponsal



sábado, 18 de enero de 2014

La Vanguardia, Edición del martes, 03 febrero 1925, página 8

El acto del domingo

El homenaje, tributado el domingo por toda Cataluña a S. M. el Rey resultó digno de esta región y de la augusta persona a que iba dedicado. Pocas veces se había visto en Barcelona una manifestación tan imponente, en la. que iban confundidos representantes de todas las clases sociales, de distintas ideas políticas, impulsados sólo por el deseo de rendir homenaje al monarca y de exteriorizar su protesta contra la inicua campana de difamación contra él iniciada.

En el acto estuvo representada, como decimos, toda Cataluña. Desde el día anterior hubo en nuestra ciudad mayor animación que de ordinario; los trenes llegaron atestados de viajeros, procedentes de las más apartadas comarcas de esta región, y en la mañana del domingo arribaron en trenes especiales y en los ordinarios, numerosos contingente de las provincias catalanas para sumarse a la manifestación. Al ponerse ésta en marcha, la plaza de Cataluña presentaba un aspecto sorprendente. Una inmensa muchedumbre la ocupaba por completo y en la entrada de las amplias vías a ella afluyentes esperaban compactas multitudes formadas por los representantes de las demás provincias.

Un día espléndido, de hermoso sol, contribuyó a la mayor brillantez del acto, que fue un éxito rotundo y puso de relieve el amor que siente Cataluña por su Rey y su protesta contra los difamadores que, en el extranjero, lejos de laborar por el sostenimiento del buen nombre de España, contribuyen a fomentar la leyenda negra que pesa sobre la nación, española, por mil títulos digna de ser respetada en todas partes.

De Tarrasa figuraban los diputados señores Mengol y Parés, el coronel Ballesteros, el delegado señor Villamide y el alcalde señor Ribas, los once ayuntamientos del partido gran número de exploradores y las banderas de los somatenes de Tarrasa, Rubí, San Cugat y Castellar; de Villafranca del Panadés vinieron, el conde de Moy portador de la bandera, el delegado gubernativo, el alcalde señor Hill, el coronel del regimiento de Treviño, el diputado señor Rovira, el arcipreste y representación de 24 pueblos del partido de Villanueva y Geltrú, la representación era también muy lucida, y de Vich la bandera la llevaba un jinete, seguido del delegado señor Grafulla, alcalde señor Comella, diputados señores Camín y Forcada, deán y arcipreste, somatenes, uniones patrióticas y ayuntamientos de 49 pueblos con la de Vich, terminaba el desfile de las representaciones de la provincia de Barcelona.



viernes, 17 de enero de 2014

La Vanguardia, Edición del sábado, 31 enero 1925, página 19

El somatén armado de esta ciudad con su bandera, asistirá el domingo próximo a la manifestación de animación patriótica que tendrá efecto en Barcelona, ostentando todos cuantos le acompañan la insignia de la institución. La salida de ésta se efectuará en los trenes especiales de las ocho y las nueve de la mañana por la estación de los Ferrocarriles Catalanes.

Son en gran número los tarrasenses que el próximo domingo se trasladarán a Barcelona para asistir al acto de homenaje al Rey. El señor alcalde ha invitado al Ayuntamiento y a gran número de personalidades y representaciones de ésta y de los pueblos del distrito.

Representando a la Escuela Industrial asistirá su director don José Balta de Cela, varios profesores y gran número de alumnos que cursan sus estudios en dicho centro docente.

Está enfermo de algún cuidado el joven industrial don José Ventalló Mesa.

Hoy hace un día espléndido, pero frío.

—Corresponsal.




jueves, 16 de enero de 2014

La Vanguardia, Edición del viernes, 30 enero 1925, página 6

El delegado gubernativo de Tarrasa

Don Jorge Villamide, delegado gubernativo de Tarrasa, ha publicado un manifiesto dirigido a los habitantes de aquel distrito invitándoles a concurrir a la manifestación del domingo que «constituirá—-dice—un poderoso plebiscito que ponga de manifiesto como en este bello país catalán se ama a esta España integrada por sus varias regiones enlazadas en la historia por idénticas vicisitudes, gloriosas o adversas, y por el calor de recuerdos e ideales comunes de grandezas pretéritas que hacen hoy más fuerte e indisoluble su unión.»

Termina el documento con estos párrafos:

«Protestar de los ultrajes que se le infieran es mostrar su amor a la gran nación que nos cobija, que es nuestra madre, y será siempre —sean cualesquiera sus defectos—nuestro orgullo.

»Es de esperar que cuántos sientan en sus venas el fervor español, se hallen dispuestos para acudir, sin excusa alguna, con sus familias, amigos y deudos, el próximo domingo, día primero de febrero, a las diez de su mañana, al imponente y majestuoso desfile que en desagravio a la persona del monarca y en protesta contra una campaña infame, tendrá efecto en Barcelona y será digno remate de los varios solemnes actos análogos que recientemente se han verificado en Madrid con el mismo motivo.

»¡Tarrasenses! Dad la nota de cariño a la patria española; no os expongáis por una negligencia, en cualquier otro caso disculpable, a que se os tache de desafectos a España y se os pueda confundir con los detractores o enemigos de la nación en que viven.—Vuestro delegado gubernativo: Jorge Villamide Salinero.»