Esta
tarde, a las cuatro y media, han llegado el capitán general don Emilio Barrera,
acompañado de sus ayudantes; el gobernador civil general Milans del Bosch y
otras personalidades de la capital, con objeto de presidir el acto de reparto,
en metálico, de lo recaudado para las familias de los soldados que pelean en,
África, hijos de esta ciudad y su distrito.
El acto
ha empezado a las cinco, en el salón de sesiones del Ayuntamiento,
presidiéndolo el capitán general, el gobernador civil, el alcalde de Tarrasa señor
Ribas, el primer teniente de alcalde señor Utset, el delegado gubernativo, el prior
del Santo Espíritu, las demás autoridades locales y representaciones de todas
las entidades de las sociedades recreativas que han llevado a cabo la
organización de la fiesta. En sitio preferente estaban las madres y allegados de
los soldados que pelean en Marruecos y el resto del salón estaba ocupado por
numeroso público
El
alcalde señor Ribas declaró abierto el acto, dando la bienvenida a las
autoridades, agradeciendo su asistencia y dedicando palabras de elogio para los
soldados, y dirigiéndose a las madres les indica que tengan confianza en el caudillo
que les dirige, haciendo elogios del general Primo de Rivera.
El
delegado gubernativo, don Jorge Villamide iniciador de la fiesta, empieza dando
también las gracias a las autoridades y excusando la asistencia del patricio
don Alfonso Sala, por tener a
uno de sus hijos enfermo de suma gravedad. Hace una descripción, del soldado
español, manifestando que no es un auxilio lo que se pretende dar, sino una
pequeña demostración de cariño de los tarrasenses, sin distinción de clases,
para estos abnegados hijos de la patria que pelean por el honor de la misma.
Dice que no se ha pretendido obtener grandes cantidades, que se hubieran
conseguido, sin duda, sin grandes dificultades, ya que los tarrasenses siempre
están dispuestos a cooperar en todo. Lo único que se ha pretendido es llevar un
pequeño recuerdo con motivo de las Navidades. Concluye haciendo un gran elogio
del general Barrera. Su discurso fue sumamente aplaudido.
El
presidente del Gran Casino, don José Ullés, habla para manifestar que no se
trata de socorrer a unas pobres madres, pues éstas las rehusarían por dignidad;
es solamente sumarse e identificarse con el verdadero espíritu patrio. Hace
votos para que el año próximo las familias puedan pasar las Navidades al lado
de sus hijos.
El
gobernador señor Milans del Bosch felicita una vez más, a Tarrasa por tan
hermosa fiesta, recordando que siendo capitán general revistó el somatén y tuvo
la satisfacción de acompañar a S. M. en su última visita a esta ciudad. Añade que
ha peleado en Marruecos haciendo vida de soldado, y sabe lo que se agradece al
saber que se acuerdan de sus familias. Dice, dirigiéndose a las madres, que se
vislumbra iris de paz, y que tengan confianza con los altos poderes. El general
Barrera se congratula de poder asistir al acto, que es de satisfacción tan
intensa, que llega al alma la expresión del amor. Felicita a Tarrasa y con
palabras de consuelo se dirige a las madres diciéndoles que tengan confianza en Dios y sean bien cristianas para
pensar que sus hijos defiendan la madre patria que es de todos, y concluye su
peroración con un recuerdo a los soldados, que hace llorar y sollozar a las
madres y allegados de los soldados. En seguida se repartieron, por partes
iguales ocho mil pesetas recaudadas entre todo el vecindario. Seguidamente
han regresado las autoridades a Barcelona.
—Alas.
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