miércoles, 26 de octubre de 2011

La Vanguardia, Edición del lunes, 19 mayo 1919, página 9

Al sólo anuncio que don Alfonso Sala a su regreso a Londres visitaría el Centro Tarrasense congregó anoche una concurrencia tan extraordinaria, que el presidente del mismo don Pablo Amat tuvo que rogar a los reunidos que se trasladasen en pequeños grupos al Salón Condal, con el objeto de estar más cómodos en caso de que el señor Sala tuviera a bien dirigir la palabra a los reunidos.

Trasladados a dicho local, llegó el presidente de la Unión Monárquica Nacional, acompañado de su cuñado el fabricante don Benito Badrinas, siendo saludada su presencia con grandes aplausos .

Dieron la bienvenida con breves frases los señores Ventalló (Narciso) y Parés, congratulándose de tenerlo a nuestro lado y en disposición de luchar nuevamente para que represente otra vez este distrito.

Don Alfonso Sala dijo que está satisfecho de que sus amigos nuevamente lo presenten en candidatura en estos momentos tan transcendentales para la patria. Añadió que se encontraba en Londres cuando recibió el telegrama anunciándole su proclamación, y si muchas veces había vacilado antes de aceptar, pues tiene derecho al reposo y a dedicar sus últimos años de vida a la familia esta vez creía que era un deber el aceptarlo, tanto por el distrito como para intervenir en los asuntos transcendentales que deberán tratarse en las nuevas Cortes.

Examinó la situación pasada desde las últimas elecciones generales, extendiéndose sobre el asunto de la autonomía, y manifestó que al presentar el voto particular a dicho proyecto, habíale valido insultos que despreciaba, pero que sobre si tenía un pesar, y era la duda de que si efectivamente el alcalde de esta ciudad al mandarle el telegrama diciéndole que no representaba el distrito en su actuación, representaba el sentimiento unánime de nuestro pueblo o era que se abrogaba atribuciones que no le pertenecían y ahora, al querer una ratificación de poderes podrá verse si realmente representaba la opinión del distrito o si eran el alcalde y el Ayuntamiento catalanista quienes cumplían su deber al mandarle la excomunión y votaban un Estatuto, que, según ellos mismos, no habían leído.

Alude la última pastoral del señor obispo, la que califica de notabilísima y de obra maestra de ciudadanía, y refiriéndose a su actitud dijo que será igual a la otra legislatura que defenderá la autonomía municipal, tal como la entendía el gran Pí y Margall pues no quiso sumarse al Estatuto
presentado por la Lliga, que no amaga otra autonomía que gobernar con un cacicato odioso desde Barcelona, intimando a los alcaldes y coaccionando a todos los que dependen de la Diputación y Mancomunidad.

Sólo tengo que recordaros, indicó, la presión oficial que hizo en las anteriores elecciones el señor Vallés y Pujals desde la presidencia, lo que le valió las censuras más acres del diputado señor Palet y Barba y ahora éste se ha unido con ellos para disputarse el acta.

Dirigíó un párrafo brillante a los obreros conscientes sobre las leyes de carácter social, y dijo que, si nuevamente sale elegido, dará preferencia a resolver las cuestiones obreras, para que éstos puedan obtener las mejoras á que tienen derecho.

Al concluir su peroración el señor Sala, todos los que asistieron se pusieron de pie, aplaudiéndole sin cesar y estrechándole la mano, dispuestos a trabajar para que su votación sea digna del que hace 27 años representa tan dignamente este distrito.

—Alas.

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