martes, 11 de enero de 2011

La Vanguardia, Edición del martes, 28 agosto 1917, página 11

Verdaderamente ha sido una manifestación de duelo el acto de conducir a su última morada el cadáver del soldado del batallón de cazadores de Barcelona, Luis Mullón Blanco, muerto en el cumplimiento de su deber.

Abría la marcha fúnebre el clero parroquial con cruz alzada; seguía unr piquete de tropa y guardia civil, después el féretro, llevado por ocho de sus compañeros, el coche fúnebre lleno, materialmente de coronas, la banda munacipal, la presidencia del duelo, compuesto del comandante militar señor Riera,, alcalde señor Ullés, delegación del prior y el padre del difunto.

El acompañamiento ha sido interminable, y entre las muchas personalidades y representaciones que hemos visto, podemos citar todos los jefes y oficiales francos de servicio, el jefe de la guardia civil señor García, los tenientes coroneles retirados señores Iturralde y Torrente, los diputados provinciales señores Tobella y Palet y Barba, el secretario del Círculo Conservador de Barcelona, don Miguel Vancells y Carreras, Instituto Industrial, Cámara de Comercio, cuerpo de somatenes. Cruz Roja, Caja de Ahorros, concejales señores Ventalló, Géis, Cabot, Soler y Utset, comunidad de presbíteros, registrador de la propiedad, jefe de la estación del ferrocarril del Norte, jefe de la cárcel, de Correos, de Telégrafos y muchos particulares que ascendían a un número crecidísimo.

Cerraban el cortejo fúnebre todos los soldados francos de servicio, de la compañía de cazadores de Reus, y gran número de guardias civiles.

—Alas.

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