Nacido en Terrassa en 1901
Hijo de una familia de industriales, es educado entre el rigor católico de su padre y el aperturismo de la escuela de Mont d’Or, un proyecto didáctico revolucionario que le permite disfrutar de largas estancias estivales en Alemania y Suiza. Fruto de esa educación, en la que interviene el artista Joaquín Torres-García, desarrolla una visión coreográfica del mundo que no le abandonará.
Su traslado a Barcelona para estudiar derecho y la convivencia con su hermano Ireneu, actor profesional, le abren a una vida rutilante y llena de matices. En esta ciudad explora por vez primera su talento artístico guiado por el fotógrafo húngaro György Pohárnok. Posteriormente, en Madrid, ciudad donde celebra su primera y última exposición, convive con los miembros de la generación del 27.
El contacto casual con un grupo de europeos excéntricos y con un productor de cine alemán le conduce a Berlín, donde, desde 1926, trabaja al servicio de los estudios cinematográficos Ufa en labores de producción, algo que le pone en contacto con los grandes nombres del cine alemán, entre ellos Fritz Lang, y le guía por distintas metrópolis europeas. En la ciudad alemana descubre el cabaret y el naciente fenómeno de la transexualidad, circunstancia que le leva a dirigir su primera película.
De regreso a España, durante la II República, se vincula a proyectos cinematográficos de carácter social de la mano del escritor José Díaz Fernández, y se coloca en el centro de una vibrante vida cultural al lado de la compañía de Margarita Xirgu y Federico García Lorca.
En los años 50 el azar hace que se mude a Nueva York, ciudad en la que muere tras dedicar más de treinta años a la elaboración de un fondo documental.
Hijo de una familia de industriales, es educado entre el rigor católico de su padre y el aperturismo de la escuela de Mont d’Or, un proyecto didáctico revolucionario que le permite disfrutar de largas estancias estivales en Alemania y Suiza. Fruto de esa educación, en la que interviene el artista Joaquín Torres-García, desarrolla una visión coreográfica del mundo que no le abandonará.
Su traslado a Barcelona para estudiar derecho y la convivencia con su hermano Ireneu, actor profesional, le abren a una vida rutilante y llena de matices. En esta ciudad explora por vez primera su talento artístico guiado por el fotógrafo húngaro György Pohárnok. Posteriormente, en Madrid, ciudad donde celebra su primera y última exposición, convive con los miembros de la generación del 27.
El contacto casual con un grupo de europeos excéntricos y con un productor de cine alemán le conduce a Berlín, donde, desde 1926, trabaja al servicio de los estudios cinematográficos Ufa en labores de producción, algo que le pone en contacto con los grandes nombres del cine alemán, entre ellos Fritz Lang, y le guía por distintas metrópolis europeas. En la ciudad alemana descubre el cabaret y el naciente fenómeno de la transexualidad, circunstancia que le leva a dirigir su primera película.
De regreso a España, durante la II República, se vincula a proyectos cinematográficos de carácter social de la mano del escritor José Díaz Fernández, y se coloca en el centro de una vibrante vida cultural al lado de la compañía de Margarita Xirgu y Federico García Lorca.
En los años 50 el azar hace que se mude a Nueva York, ciudad en la que muere tras dedicar más de treinta años a la elaboración de un fondo documental.
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