jueves, 17 de diciembre de 2015
La Vanguardia, Edición del miércoles, 25 junio 1930, página 17
Según anunciamos en nuestra
última información, costeado por el Ayuntamiento, se efectuó el entierro de los
tres niños víctimas del lamentable accidente ocurrido a consecuencia del
temporal del día 18. Poco antes de la hora anunciada se congregó frente a la
Casa Consistorial, donde se organizó el fúnebre cortejo, una inmensa multitud
para presenciar dicho acto. Los féretros estaban materialmente llenos de
flores. Fue presidido el entierro por las autoridades locales y diversas
entidades, siguiendo luego los familiares de las víctimas con el reverendo
padre rector de las Escuelas Pías; iban a continuación los niños de los
distintos colegios con sus respectivos maestros, estando también representados
todos los centros benéficos de la ciudad y numerosos particulares de todas las
clases sociales.
Las calles del tránsito, apesar
del sofocante calor que se dejaba sentir, estaban atestadas de público,
especialmente el paseo del Conde de Egara y las avenidas de Jacquart e
Igualdad, viéndose muchas mujeres que enjugaban sus lágrimas al paso de la
triste comitiva. Al llegar al cementerio el señor prior arcipreste dio las
gracias a los asistentes, terminando con una oración, piadoso tributo que la
ciudad les dedicaba.
Reiteramos a sus afligidas familias
nuestro pésame.
Estuvo en esta ciudad el
inspector provincial de Sanidad don Aniceto Bercial, quien fue recibido por los
subdelegados de Sanidad del distrito, trasladándose inmediatamente a
inspeccionar la nueva Cámara de desinfección, que se está construyendo en la
barriada de San Pedro y de allí se dirigió al edificio enfermería de Victoria
Eugenia para tuberculosos, dictando acertadas disposiciones para su futuro
funcionamiento. Seguidamente se trasladó a la fábrica de esterilización de agua
Saas, y después de cumplimentar al señor alcalde se trasladó a la granja
sanatorio de «Torrebonica».
A las seis de la tarde salió de
la parroquia de San Pedro la tradicional procesión del Corpus, que con tanta
solemnidad viene celebrándose todos los años. Largas hileras de niños y niñas
de los distintos colegios con artísticos Estandartes y numerosos miembros de
las asociaciones piadosas asistían a la misma. Seguía luego el pendón
principal, confiado al prestigioso industrial don Francisco Masana, acompañándole
como cordonistas don Amadeo Torrens y don José Salvans. La concurrencia fue
numerosísima, luciendo las calles del tránsito espléndidas colgaduras.
—C.
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