miércoles, 3 de julio de 2013

La Vanguardia, Edición del miércoles, 07 febrero 1923, página 8


Ante el juzgado de guardia se presentó una joven de 19 años llamada Juana Quesada Meco; vecina de Tarrasa, la cual denunció, que al dirigirse a la fábrica, en que trabaja en la citada población un sujeto desconocido se la acercó preguntándola, por una calle que dijo no conocía y mientras la denunciante se disponía a dar la dirección que se la pedía el desconocido la aplicó a la cara, un pañuelo con cloroformo a consecuencia de lo cual perdió el conocimiento. Al volver en sí, la denunciante, afirmó que se encontró en un automóvil que corría a gran velocidad y al tratar de pedir auxilio, nuevamente el desconocido la cloroformizó. Al recobrar otra vez el conocimiento, Juana se halló en un paseo del Parque, junto a ella se hallaba el desconocido que la hizo proposiciones amorosas, rechazadas por la muchacha, que al fin logró escapar presentándose en el juzgado.

Estas son las manifestaciones que hizo Juana Quesada.

El juzgado practica diligencias con el auxilio de la policía para poner, en claro lo que haya de cierto en los hechos denunciados.

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