El pasado
domingo, con motivo de la fiesta mayor se celebró la inauguración del edificio escolar
que ha costeado el Estado.
Con
objeto de asistir a dicha fiesta, por la mañana se trasladaron a Rellinás,
invitados por el Ayuntamiento, don Alfonso Sala, acompañado de su secretario
particular don Luis G. Ventalló; el delegado gubernativo señor Villamide, el teniente
de alcalde de Tarrasa señor Utset y el cabo del somatén del partido don Amadeo
Torrens, los cuales fueron obsequiados con un almuerzo por el alcalde don Juan
Cortés.
Alrededor
de las cinco de la tarde, llegaron desde San Quirico de Tarrasa, el capitán
general señor Barrera, acompañado de sus ayudantes, el gobernador civil señor Milans
del Bosch, el rector de la
Universidad señor Martínez Vargas y el inspector de primera
enseñanza señor Soler, los cuales fueron recibidos por el Ayuntamiento y demás
autoridades a los acordes de la
Marcha Real. Seguidamente se procedió por el reverendo señor
cura párroco a la bendición de la escuela y después de recorrer todas las
dependencias de la misma, los niños y niñas de la misma cantaron varias composiciones
y el himno a la Bandera.
Seguidamente
hizo uso de la palabra el maestro nacional señor Negre, el cual hizo resaltar
la importancia del acto que se celebraba y en elocuentes frases glosó cuál era
la labor del maestro la de educar a los alumnos en el amor a Dios a la patria y
a la familia; el inspector señor Soler, en sentidas frases propuso la institución
de varios premios a nombre del capitán general, gobernador civil, rector de la Universidad , de don
Alfonso Sala y del delegado gubernativo, a fin de premiar a los alumnos su
constancia y su amor por la escuela.
Al
levantarse a hablar el señor Sala, fue saludado con una salva de aplausos por
los asistentes al acto. Empezó su discurso recordando la gestación de dicha
escuela y todas las incidencias hasta su terminación, poniendo de relieve el
hecho de que aquella y la de Matadepera, también del distrito de Tarrasa, y
recientemente inaugurada, son las dos únicas existentes en la provincia
sufragadas por el Estado, acogiéndose al real decreto publicado hace tres años.
Recordó que debido a los apasionamientos y por las luchas sostenidas por los
elementos enemigos de las instituciones y del actual régimen, no se acogieron a
los beneficios de aquella disposición otras poblaciones del distrito, que hoy
son las primeras en lamentar verse privadas de locales bien acondicionados para
la enseñanza. Terminó su discurso exhortando a los niños y niñas a que
acudiesen a la escuela para aprovechar sus enseñanzas y fin de ser los hombres
del mañana, amantes de Dios, fieles patriotas y amantes de la familia. El señor
Martínez Vargas expresó su complacencia por asistir a la fiesta; exhortó a los
padres a que llevasen sus hijos a la escuela a fin de que con la instrucción y
conocimientos adquiridos en ella pudiesen serles su sostén y amparo en la
vejez.
El
gobernador civil señor Milans del Bosch, después de agradecer la invitación al
acto, rogó a los concurrentes al mismo, dedicaran un recuerdo a nuestros
hermanos que en estos momentos están luchando en Marruecos y una piadosa
oración para aquellos que han sucumbido por la patria.
El
capitán general, señor Barrera, exaltó la misión del maestro, sobre quien recae
la responsabilidad de la formación de las nuevas generaciones, y analteció la
labor antipatriótica de aquellos que siembran la mala semilla de ideas
disolventes en las inteligencias de los niños encomendados a su cuidado. Tanto
el capitán general como los demás oradores fueron entusiásticamente aplaudidos
al terminar sus discursos.
Antes de
partir de regreso para Barcelona, se procedió a la colocación de la primera
piedra de la Casa
Consistorial por el gobernador civil y se obsequió a las
autoridades con un lunch.
Por la
tarde postularon por la población, bellas señoritas de la población para
recaudar fondos para el mutilado de la guerra.
—El
Corresponsal.
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