MATADEPERA
Conforme
anunciaba a mis lectores en correspondencias anteriores, más que una madriguera
de tejones era una cría enorme lo que existía en este término municipal, ya que
durante el escaso tiempo de siete meses han sido muertos siete de dichos
paquidermos. Posee un ejemplar la señora viuda de Guadall, otro el señor Blanch,
otro el señor Giró, de esa, el señor Estruch otro, el señor Feliu del Gardó otro
éstos de Tarrasa, y otro un señor de Sabadell; el último fue asado por un
determinado número de aficionados a la caza. Los más se cobijaban en una,
madriguera de la propiedad viuda de Guadall y los otros en la propiedad
conocida por «L'hort de l’Espardenyera». Los dos
últimos fueron muertos también por el cazador don Felío Valls a las tres de la madrugada
del día 4 y el último en la madrugada del día 6, diciéndose que el Ayuntamiento
tiene acordado premiarle tan importante servicio con una respetable cantidad.
Nos
hallamos en plena fiebre de caza; los cazadores no pierden día para dedicarlo a
tal deporte contando en que el día 15 del actual termina el derecho de cazar:
por tanto, a las perdices y conejos no se los deja en reposo convirtiéndose los
acotarlos que dispone la
Sociedad de Cazadores de ésta en verdaderos campos de
batalla.
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