TARRASA
En el
teatro Principal, y ante distinguida concurrencia, dio otra interesante
conferencia, de las del ciclo de Educación patriótica, organizado por el
delegado gubernativo de este partido, el elocuente orador reverendo padre
Montagut.
Al
aparecer en el escenario para ocupar la Presidencia el capitán general don Emilio
Barrera, el gobernador civil don Carlos de Lossada y el presidente de la Mancomunidad de
Cataluña don Alfonso Sala y demás autoridades, resonó una salva de aplausos.
El
delegado gubernativo señor Villamide hizo uso de !a palabra para congratularse
del éxito creciente que revestían las conferencias que se estaban dando. La
primera, dijo el señor Villamide, fue presidida por mi humilde persona; la
segunda, por don Alfonso Sala, y ésta por el capitán general.
Faltan sólo
dos conferencias y expone la idea de que las presidieran las dos personas más
prestigiosas que quedan para hacerlo: el presidente del Directorio militar y
nuestro Soberano.
Añade que
al verter esta idea cree interpretar los deseos y sentimientos de todos los
concurrentes y en su nombre ruega a las autoridades que presidían el acto, se hagan
intérpretes de tales deseos e intercedan para que se vean realizados. (Grandes
aplausos.)
El Rdo
doctor Montagut, empieza su discurso, saludando a las autoridades presentes y
les traslada los aplausos con que le ha saludado la concurrencia.
Antes de
desarrollar el tema, «El patriotismo en el hogar», hace un resumen de los temas
anteriores, habla del amor a la patria, define lo que es nación y patria,
remarcando que por las condiciones geográficas, históricas y étnicas España es
una sola nación.
Explica
lo que es el sentimiento patriótico, y que éste, lo propio que el religioso, ha
de ser inculcado desde la infancia y la principal encargada de ello ha de ser
la mujer. Dice que somos hijos de la patria que es como una verdadera madre,
que sólo tenemos una madre y una sola patria, y que el hombre que olvida a su
patria o la injuria en la desgracia, es un villano.
Al
levantarse a hablar el capitón general, don Emilio Barrera, la concurrencia
puesta de pie, le tributa una calurosa ovación.
Al
restablecerse el silencio, el capitán general dice que sólo ha de dirigir
breves palabras al auditorio. Empieza felicitando al delegado gubernativo por
el modo tan excelente que cumple su misión, interpretando los deseos del
Directorio, como lo demuestra el haber organizado estas conferencias, tan
útiles y necesarias para fomentar y consolidar el sentimiento patrio.
Felicita,
asimismo, al conferenciante por la patriótica labor que viene llevando a cabo y
dirige un saludo al pueblo de Tarrasa.
Acoge la
indicación de que presida el señor Primo de Rivera la conferencia siguiente;
pero no sabe si sus ocupaciones se lo permitirán.
Termina
con un viva a España y otro a Cataluña siempre española.
El acto
finaliza en medio de grandes aplausos y vivas a España.
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