sábado, 12 de julio de 2008

Hoja Oficial de Tarrasa 1 de mayo de 1939 III Año Triunfal (2)

Temas Morales
"Las sin medias"

Uno de los temas que hemos visto poco comentados, es el de la baja moralidad de la mujer durante la época roja. Tema en verdad delicadísimo, pero por eso no debemos soslayarlo.

Ha sido realmente deplorable contemplar la degradación femenina en la zona roja, donde la mujer virtuosa - a excepción de unas aún más excepcionales y por lo tanto más honrosas excepciones - casi podríamos decir que por su porte exterior, por su indumentaria y por su vestido no se ha diferenciado en nada de la mujer "libertaria", de la mujer "sin Dios", de la mujer sin Patria, de la mujer sin honra y de la mujer sin familia.

El tema como decimos, es delicado y también repugnante. Por lo tanto, hoy por hoy, vamos a tratar someramente de una de las características peculiares de la mujer roja, que la llamaremos así, a secas, la "sin medias".

Recordamos muy bien que una vez, un rojo que pasó por Zaragoza nos contaba escandalizado la esclavitud en que vivía la mujer en la España Nacional, debido a la enormidad de que allí la mujer no era libre ... ¿Y sabéis porqué no era libre?. Pues por la sencilla razón de que allí, en la suspirada España del Caudillo, a la mujer no se le permitía ir sin mangas y sin medias.

De manera que ya veis la terrible importancia que los rojos daban a la indumentaria, al desnudismo de la mujer, y en cambio ... ¡triste es decirlo! nuestras esposas, nuestras hermanas o tal vez nuestras mismas madres, se lanzaron como unas loquillas, por nuestras plazas y calles a la propagación de la moda libertaria.

Es triste confesar la pena y el dolor que nos ha producido contemplar durante estos tiempos como la mayoría, la inmensa mayoría de las mujeres buenas, de las mujeres virtuosas, muchas de las cuales - ¡oh contraste! - lloraban la persecución o la pérdida de sus seres más queridos, vilmente asesinados por los rojos... Y en cambio, se olvidaban no ya de la misma moral cristiana, sino aún más, de mostrarse públicamente con aquella severa y natural dignidad que produce en la mujer el duelo y el dolor interno.

Gracias a Dios, el glorioso ejército de Franco nos ha liberado, y nos ha liberado de las mujeres libertarias y de las mujeres virtuosas "sin medias"; como nos ha liberará de la moral roja y de la tan cacareada libertad femenina que tantas víctimas ha producido en estos años de horror y vilipendio.

Recordemos con pena los repugnantes procedimientos y el pleno éxito de una institución y de su nombre: "La Maternidad".

F.D.

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