jueves, 26 de diciembre de 2013

La Vanguardia, Edición del domingo, 09 noviembre 1924, página 9

Tres penas de muerte :: Vista de una causa por robo y asesinato

Para mañana, pasado y el miércoles, ha sido señalada en la sección segunda de la Audiencia la vista de una causa por robo y asesinato, en la que el fiscal pide para tres de los procesados la pena de muerte y ocho años y un día de prisión mayor para la otra procesada.

He aquí un extracto de las conclusiones formuladas por el fiscal:

«Ramón Sanchís Miró, oficial barbero en Tarrasa, concibió el proyecto criminal de robar al propietario de la finca conocida por «Los Boadas», del término de Rellinás, y para realizar su proyecto, se puso de acuerdo con el matrimonio formado por José Ramón Sánchez Grau y Adelaida Casiano Torrandell. Pero, como pensaban llevar a cabo su proyecto un domingo por la mañana, con objeto de asegurarse la impunidad, ya que por ser día festivo el camino estaría poco concurrido de obreros y otros transeúntes, y Ramón Sanchís no podía, sin inspirar sospechas, dejar de acudir a la barbería, convinieron los tres en que el acto material de robar y matar, si se resistía, al dueño de la finca, Pablo Serracanta, lo ejecutara el matrimonio, facilitándole aquél antifaces de tela metálica, bigotes postizos, un paquete de polvos, una escopeta y una pistola que adquirió por mediación de un guardia municipal de Tarrasa, para el que se sobreseyó la causa.


Además el Sanchís proveyó también al matrimonio de una cédula extendida a nombre de Enrique Marqués Torralba, para el caso de que Serracanta no tuviera dinero en la casa, le obligaran, a firmar un cheque a favor de éste.

Todo dispuesto para la comisión del delito, José Ramón Sánchez y su esposa Adelaida Casiano, ésta vestida de hombre, con un traje que compró en esta ciudad, se encaminaron, la noche del sábado, 16 de julio de 1921, a un pinar situado en las inmediaciones de la casa «Los Boadas», en el que pasaron la noche; y a las cuatro de la mañana del día 17, cuando la esposa y los criados de Serracanta salieron para ir a misa a Tarrasa, se dirigieron a la casa citada, en la que creyeron estaba solo el dueño. Abrieron la puerta y al ruido producido por los criminales, Pablo Serracanta., que estaba sentado y acodado en una mesa del piso bajo, se volvió y se apercibió para la defensa, al ver a los enmascarados que además llevaban puestas unas gafas. Estos, temiendo pudieran ser descubiertos, dispararon la escopeta cargada de balines, que empuñaba el marido, y la mujer disparó a su vez la pistola, causando el dueño de la finca tres heridas mortales de necesidad. A pesar de ello el herido, pudo ganar la escalera que conduce al piso y al llegar a él cayó exánime.

Los criminales, cuando se dirigían a las habitaciones superiores con intención de robar, oyeron pasos precipitados de un mozo de la casa que iba a pedir auxilio a la población inmediata y temiendo ser descubiertos, huyeron y se ocultaron en el monte conocido por el nombre de «Ubach», en el que se despojaron de las ropas, máscaras, etcétera que llevaban puestas, poniéndose las de su uso habitual.

Inmediatamente después se encaminaron al pueblo de Dos Ayguas, a casa de Constantina Grau Sánchez y María Rosa Sánchez Grau, en la que ocultaron las armas y cápsulas que fueron recuperadas por la guardia civil, lo mismo que las ropas abandonadas por ellos en el monte.

Detenidos todos fueron procesados, confesando su delito. Durante el período de instrucción del sumario falleció Constantina Grau.

El fiscal considera el hecho sucintamente relatado como constitutivo de un delito de asesinato, y pide se imponga la pena de muerte, como autores del mismo, a José Ramón Sánchez Grau, a su esposa Adelaida Casiano Torrandell y a Ramón Sanchís Miró y, como encubridora, ocho años y un día de prisión mayor a María Rosa Sánchez Grau. Y a los cuatro a pagar 10.000 pesetas de indemnización a la familia de Pablo Serracanta.

El defensor niega la culpabilidad de sus patrocinados, y solicita su absolución.

Están citados cuarenta testigos.


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