miércoles, 22 de febrero de 2017

Crónica Social, Edición martes 10 de enero de 1933, pág. 3

DE LOS SUCESOS DEL DOMINGO

Ayer la tarde falleció en el Hospital Casa de Caridad de San Lázaro, el revoltoso herido en la calle de San Isidro José Ribera Mercader de 23 años, domiciliado en nuestra ciudad, en la calle Infante Martín, 72.

Además de las 13 bombas, tres remingtons y la enorme cantidad de balas que los revoltosos dejaron abandonadas en la calle San Isidro al ser repelidos por el guardia José González Aguilar a quien habían dado el alto, se han ido encontrando más cápsulas y bombas. Tres de ellas fueron descubiertas en la barriada de "Can Aurell" cuando unos niños estaban jugando con ellas. Estas tres bombas fueron recogidas por la Guardia Municipal y las de la calle San Isidro por la Guardia Civil.

Esta mañana continuaban detenidos Andrés Rosell Cos, domiciliado en la carretera de Moncada 174, Tomás Llongueras Martí, domiciliado en la calle Baldrich 154 y Ramón Vila Moix domiciliado en la calle San Fernando de la vecina ciudad de Sabadell, que la Guardia Civil detuvo la noche de los sucesos en el local del Sindicato Unico por creerlos complicados en los mismos.

No sabemos que en nuestra ciudad se hayan efectuado nuevas detenciones como tampoco que se haya tenido conocimiento de otros heridos, aparte de los dos que fallecieron en el alto al guardia civil señor González.

Es innegable que la serenidad del mencionado guardia hizo abortar el movimiento en su inicio. A su decidida y valerosa actitud se debió el que fracasara la intentona de asaltar el Cuartel llevando a dicho guardia al frente del pelotón para evitar así los disparos de sus compañeros como hace presumir era el intento de los revoltosos al haber tratado de apoderarse del guardia civil González cuando este salía de su domicilio dando el alto antes de dispararle su abundante pertrecho de guerra.

Tal actitud, merece los plácemes no ya tan sólo de sus jefes inmediatos, compañeros de servicio y autoridades, sino también de todos los ciudadanos, ya que en caso de que los revoltosos se hubiesen podido hacer fuertes en algún edificio sólido y con abundante armamento como es el Cuartel de la Guardia Civil de nuestra ciudad, habríamos tenido que lamentar mayores y graves daños.

Hemos recibido en tal sentido algunas cartas, que nos abstenemos de publicar estando del todo identificados con su contenido, por creer que su publicación no es oportuna en estos instantes, en los que todavia falta esclarecer los orígenes y directores de tan funesta como criminal intentona, y además porque los miembros de la Benemérita estando sujetos a la férrea disciplina del Cuerpo, deben recibir por sus actos, la felicitación o censura de sus jefes con anterioridad a todo otro estímulo o sugestión.



No hay comentarios: