jueves, 23 de febrero de 2017

El Diluvio, Edición martes 10 de enero de 1933, pág. 11

En Tarrasa

UN GUARDIA CIVIL ES SORPRENDIDO POR UN GRUPO DE INDIVIDUOS DE LOS QUE MATA A UNO Y HIERE A DOS DE ELLOS. :: EXPLOSION DE UNA BOMBA

Durante la noche del domingo ocurrieron graves sucesos que no tuvieron más repercusión merced a las precauciones que se habían adoptado y al celo desplegado por las autoridades.

Entre diez y once de la noche, un numeroso grupo se presentó en la zona militar e irrumpiendo violentamente en el local, se apoderó de un suboficial y tres soldados que en la misma había, a los que sacaron por la violencia a la calle y obligaron a marchar a la cabeza del grupo, recorriendo así varias calles. Por fin, en la Rambla de Egara, dejaron en libertad a los apresados.

Poco después, un automóvil, con los faros apagados, recorrió la población. Del automóvil salían numerosos disparos dirigidos contra los transeúntes. Afortunadamente, no hubo que lamentar ninguna desgracia producida por este tiroteo.

En la vía férrea del Norte, cerca de la calle Prat de la Riba, estalló una bomba, cuya formidable detonación llenó de pánico al vecindario.

Cuando el guardia civil José González Aguilar se dirigía después de comer al cuartel de su instituto, un grupo de unos quince hombres le salió al encuentro, intentando detenerle al grito de “¡manos arriba!”. No se arredró Aguilar, y echando mano de su pistola, contestó a tiros a los revoltosos, matando a uno de ellos e hiriendo a otro. El resto de los asaltantes huyó apresuradamente. El mismo guardia se hizo cargo del herido, que dijo llamarse José Ribera Mercader y tener 27 años. Es vecino de Tarrasa. Presenta una herida en el muslo superior del muslo, con fractura de fémur.

El muerto no ha sido identificado. Tanto a éste como al individuo que resultó herido les han sido encontradas pistolas, bombas y municiones.

Los revoltosos cortaron la línea del telégrafo y varias de las telefónicas.

Se han practicado, además de la del individuo que resultó herido por el guardia González Aguilar, otras tres detenciones. Son éstas las de Andrés Rosell Conell, Tomás Llonguera Mael y Ramón Vidal Mesaje.

Han sido encontradas abandonadas numerosas armas y municiones, así como bombas.

Las autoridades persistieron en sus precauciones, a pesar de que después de los sucesos del domingo es casi absoluta la tranquilidad.


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