lunes, 2 de marzo de 2015

La Vanguardia, Edición del martes, 15 mayo 1928, página 12

HOMENAJE A DON ALFONSO SALA

Llegada a Tarrasa de las autoridades

El domingo se celebraron en Tarrasa los anunciados actos de homenaje al ilustre patricio don Alfonso Sala, conde de Egara.

Para asistir a dichos actos, a las diez de la mañana por la estación de los ferrocarriles de Cataluña, de la calle de Balmes, salieron para Tarrasa los excelentísimos señores capitán general, don Emilio Barrera, que llevaba la representación del jefe del Gobierno Marques de Estella; el gobernador civil señor Milans del Bosch, que ostentaba la representación del vicepresidente del Gobierno, general Martínez Anido; el conde de Montseny, presidente de la Diputación; el alcalde, señor Barón de Viver; el rector de la Universidad, señor Díaz; el presidente de la Audiencia territorial, señor Lasala; el delegado de Hacienda; general Berenguer, comandante de Somatenes; el señor Gassó y Vidal, jefe de Unión Patriótica; gobernador militar, señor Despujols; el presidente de la Audiencia provincial, señor Ruiz de Luna; el delegado de Hacienda de Baleares, señor Diaz Molina; el señor Albó, del Real Patronato contra la Tuberculosis; el ex gobernador general Losada; el ex presidente de la Diputación, señor Marfá; los diputados provinciales señores Robert, conde de Fígols, Malagrida, Montaner, Vancells, Carreras, Marimón, Roig Ortembach, Arquer, Pomar, Pons y Arola, Morató, Alegre, Prats, Juan Solanos, conde de Santa María de Pomés, Argillol, Lloret, y Bofarull, de la Diputación de Tarragona, los tenientes de alcalde señores Damians, marqués de Casa Pinzón y Ramón, los concejales señores Gay de Montellá, Martí Ventosa, Garriga Palau, Mariné, Marcet, Useros y barón de Griñó, el director de la Escuela de Comercio, señor Busquets; los señores Ruy-Casasa, Llavasó, Martí-Manlleu, de Emilio, Poal-Aregall, Bonet Ferrer, Miguel Pardo, Sans Cabré, Garrigó, Subirats Alvarez, Cuevas de Toledo, de Pol, Prats, Monfulleda, de Arenys de Mar; los ex concejales de Barcelona, señores Iglesias Abelló, Ballará y Artigas, y el canónigo doctor Montagut; un nutrido grupo de la antigua Unión Monárquica Nacional, formado por los señores Marqués de Olérdola, Fournier, Pons y Tusquets, conde de Caralt, vizconde de Forgas, marqués de Cabanes, varios altos empleados de la Diputación y otros muchos, cuyos nombres sentimos no poder recordar.

En la estación de Tarrasa fueron recibidas las autoridades y demás personalidades concurrentes a la fiesta por el señor conde de Egara, el Ayuntamiento en pleno, presidido por su alcalde señor Ullés Jover; los diputados provinciales, señores Torrens y Baltá de Cela; el arcipreste doctor Molera; el juez de primera instancia, señor Ferrer Duart; el juez municipal, señor Utset; el comandante militar señor Vaca; el cabo del Somatén señor Guillemot; el rector de las Escuelas Pías, P. Roger; el industrial señor Badrinas; el delegado del distrito de Unión Patriótica, señor Armengol; el jefe de policía, señor Alvarez; el teniente de la guardia civil, señor Pintado; el Somatén, representaciones de las Entidades económicas y culturales; comisiones y representaciones de todos los pueblos de la provincia y numeroso público.

Recepción en el Ayuntamiento. Revista del somatén

Desde la estación la comitiva oficial se dirigió al Ayuntamiento, en donde hubo una breve recepción, sirviéndose a continuación un «lunch».

Seguidamente, el Capitán general y autoridades se trasladaron al paseo del Conde de Egara, en donde se hallaban marcialmente formados, el Somatén, con armas, y los exploradores, a los cuales pasó revista el capitán general, acompañado del general Berenguer.

Colocación de una primera piedra

Luego se procedió a la colocación de la primera piedra del Pabellón de tuberculosos, en el Hospital de San Lázaro, obra a la que prestan su valioso concurso la Caja de Ahorros y el Ayuntamiento de Tarrasa.

En el patio del citado hospital, adornado con banderas y follaje, levantábase un arco con la siguiente inscripción: «El Seguro Tarrasense contra accidentes del trabajo a su iniciador excelentísimo señor don Alfonso Sala, conde de Egara.»

Bendijo la citada piedra, en representación del señor obispo, el doctor Molera, quien pronunció breves palabras excusando la asistencia del doctor Miralles, y elogió el gesto del Ayuntamiento y de la Caja de Ahorros de contribuir con 50.000 pestas cada uno a tan humanitaria obra, para la que esperaba también el apoyo del Estado. Añadió que la primera piedra colocada era como la semilla que debía dar vida al edificio que había de servir de albergue a las desgraciadas víctimas de tan terrible mal. También dijo que la Iglesia nunca podía faltar en las obras de amor y caridad, y terminó felicitando a los cooperadores y a las autoridades por su asistencia, dando importancia y relieve a la fiesta.

Habló después el señor Albó, asociándose al acto en nombre del Real Patronato de la Lucha contra la Tuberculosis, que preside S. M. la Reina doña Victoria. Eugenia. Expresó su satisfacción por el acto, y dedicó palabras de elogio al señor Sala, diciendo que las dos fiestas la bendición de la primera piedra, y el homenaje al conde de Egara, se hermanan, por ser dos actos de justicia y amor.

Seguidamente pronunció unas palabras el alcalde señor Ullés.

Después habló el señor conde de Egara para agradecer las palabras cariñosas del señor Albó diciendo que él no merece ningún homenaje y que la fiesta que se estaba celebrando le confortaba, prometiendo hacer todo lo que pueda para lograr sea una realidad la iniciativa de la Caja de Ahorros, entidad a la que ha dedicado sus energías y su voluntad.

En último lugar habló el señor gobernador, señor Milans del Bosch, manifestando que haría llegar al Gobierno las aspiraciones de Tarrasa en el sentido expresado, haciendo notar que se puede tener absoluta confianza en conseguir el apoyo necesario, por cuanto está en el Ministerio de la Gobernación un hombre de la bondad del señor Martínez Anido que trata las cuestiones de higiene y sanidad con gran interés, pudiendo asegurar que Tarrasa tendrá el pabellón qué merece.

Misa en la iglesia parroquial

Después de visitar el hospital, dirigiéndose a las autoridades y concurrentes a la iglesia parroquial del Santo Espíritu, donde se celebró una misa solemne, luciendo la iglesia espléndida iluminación y estando atestada, de fieles.

Banquete :: Discursos

Terminada la, ceremonia religiosa, en el espacioso local de la fábrica de la viuda de F. Marcet, artísticamente adornado, y en el que se habían instalado altavoces, se celebró el banquete anunciado, al que concurrieron unos mil comensales, y que fue servido por el hotel España.

Durante la comida la banda Municipal de Tarrasa dió un concierto de música española.

Al final de la comida el señor Palau dió cuenta de un telegrama de S. M. el Rey, concebido en los siguientes términos.

«Señor conde de Egara: Reciba mis felicitaciones sinceras y las de la Reina por el merecido homenaje que se le ofrece como testimonio de afecto y consideración por su amor y servicios a la Patria y a esa noble ciudad, haciendo votos fervientes por su dicha y la de toda su familia. — Le saluda su afectísimo Alfonso Rey.»

También se dió cuenta de centenares de adhesiones, entre las que se contaban las de los ministros de Gobernación y Hacienda, obispo doctor Miralles; presidente del Consejo de la Economía Nacional, señor conde de Vilanova; concejal señor Salas Antón, padre Marcet, abad de Montserrat; señor marqués de Villanueva y Geltrú, y otras.

El alcalde señor Ullés ofreció el banquete al homenajeado en nombre de la ciudad, haciéndole, también, entrega de un valioso y artístico álbum, conteniendo la ejecutoria del título nobiliario, y de un pergamino nombrándole hijo predilecto de la población.

Luego el señor Ullés manifestó, que no iba a enumerar lo que debe Tarrasa al señor Sala, porque Tarrasa se lo debe todo, y ha llegado a ser lo que es gracias al insigne patricio, que ha dedicado sus actividades y su vida entera defendiendo sus intereses.

Terminó con palabras de agradecimiento a cuantos se han dignado concurrir a tan justo homenaje.

Habló después el joven abogado señor Mañido, el cual dijo que el homenaje no se dedicaba sólo a la persona ilustre del señor Sala, sino también a los altos ideales de patriotismo y de civilidad que aquel patricio ha defendido siempre y de los que deja una fecunda escuela.

Usó después de la palabra el ex diputado provincial don Ramón Parés, que lo hizo en nombre del Somatén de Tarrasa, y que tuvo frases muy laudatorias para el conde de Egara.

Hablaron en parecidos términos, don José Casamada, el doctor Molera y el señor Gassó y Vidal.

Habló después el barón de Viver, que dijo que hablaba como el más modesto de aquellos hombres que formaban en las filas de la Unión Monárquica Nacional, en cuyos pechos palpitaba siempre un corazón verdaderamente catalán. Añadió que sus palabras eran expresión de todo el cariño y gratitud que su pecho siente hacia el hombre que ha trabajado siempre por la Patria y por el Rey.

El señor Milá y Camps habló seguidamente manifestando que siempre siguió con orgullo las inspiraciones del señor Sala, en cuya conducta de patriota ejemplar se inspiró para orientar sus actividades políticas y terminó diciendo que siempre está dispuesto a servir al señor Sala con el cariño y la lealtad con que lo hizo antaño.

El gobernador civil habló después diciendo que en este acto al lado de Tarrasa está España entera, pues la nación no puede olvidar al hombre que en momentos difíciles supo elevar su voz clamando justicia y proclamar los derechos sagrados y excelsos del amor a la Patria.

El capitán general, señor Barrera, dijo que el homenaje que se tributaba al señor Sala, acto realmente grandioso, era una hermosa compensación de las amarguras que pudo haber sufrido durante los años en que consagró toda su vida y su actividad al servicio de la Patria y tuvo también frases muy laudatorias para la familia del ilustre patricio.

Finalmente habló don Alfonso Sala quien al levantarse fué largamente aplaudido.

El señor Sala visiblemente emocionado, pidió benevolencia, porque su corazón impresionado no le dejará expresar en aquellos momentos todo lo que sentía, y expresó que cuanto és lo debe a Tarrasa y a su distrito, al que guardará eterna gratitud.

Continúa diciendo que no seguiría las palabras pronunciadas por los otros oradores, e hizo constar que en sus actos siempre se ha inspirado en el amor a la ciudad y a la región, que siempre creyó compatible con el amor a España .
Aludió cariñosamente al Somatén y añadió que los amigos barón de Viver, Milá y Camps y otros que veía a su alrededor, le recuerdan las luchas sostenidas en defensa de los grandes principios de amor a España y justicia social.

Al señor capitán general y al señor gobernador civil les expresó su agradecimiento, y les dijo que tendrán en él un colaborador en la obra que realizan en bien de España.

Al alcalde de Tarrasa también le expresó su gratitud por el obsequio que le ha hecho la ciudad, que será un motivo más de agradecimiento hacia ella.

Terminó dando gracias a S. M. el Rey, no sólo por el título que se, dignó concederle, sino, también, por el telegrama recibido, adhiriéndose al acto.

Grandes aplausos acogieron las palabras del señor Sala, al que felicitaron muy cariñosamente todos los asistentes al homenaje.

Seguidamente se dio por terminado el acto, regresando a Barcelona las autoridades superiores y otros elementos que se habían desplazado a Tarrasa.



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