sábado, 21 de marzo de 2015

La Vanguardia, Edición del viernes, 20 julio 1928, página 16

El miércoles, entre cinco y seis de la tarde, descargó en ésta un fuerte aguacero.

Las rieras de las Arenas y Palau tuvieron fuertes avenidas, así como el torrente de Vallparadís, cuyos campos quedaron completamente inundados. Las casas contiguas a dicho torrente sufrieron también los efectos de la inundación, especialmente la situada frente a la calle de Viveret, cuyos habitantes tuvieron que pedir auxilio, siendo socorridos por los vecinos y bomberos, quienes por medio de escaleras de mano y de cuerdas los hicieron salir por la ventana. Las aves de corral que había en la mencionada casa fueron arrastradas por las aguas con sus jaulas respectivas. Habitaban la casa Pedro Morote Escuder, su esposa Luisa García Tamayo y cuatro hijos de corta edad, sin que ninguno de ellos sufriera afortunadamente nada más que el susto consiguiente.

En los alrededores de la población y en los campos de las cercanías de «Can Boada» y especialmente en el término del vecino pueblo de Matadepera, la tormenta tuvo mayores consecuencias, pues a la lluvia torrencial con su acompañamiento de relámpagos y truenos, hay que añadir un terrible pedrisco que arrasó por completo todos los viñedos.

—N.


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