domingo, 16 de julio de 2017

Mundo Gráfico Núm. 1.153 (6 dic. 1933), pàg. 19

LAS ELECCIONES CATALANAS

EL ESPÍRITU CÍVICO Y CIUDADANO DE CATALUÑA

TRANQUILIDAD, orden, pasión. He aquí las características de las elecciones para diputados a Cortes en Cataluña, exceptuando los dolorosos sucesos del domingo en Tarrasa y los lamentables del martes en los colegios electorales de la calle de Caspe. Y tales características han puesto, una vez más, de manifiesto el espíritu de ciudadanía y el arraigado civismo de la gente de esta tierra catalana.

Los resultados de las elecciones han sido, en parte, una sorpresa para todos. Aun cuando la enorme y acentuada propaganda y la minuciosa labor de la Lliga Catalana hacía suponer un notable aumento de sufragios para este partido, nadie podía suponer que fuera su votación tan nutrida que pudiera hacerle alcanzar, en Barcelona, mayor número de candidatos que la Esquerra Republicana de Cataluña. A ello han contribuido, indudablemente, los votos de las mujeres, la perfecta organización política de la Lliga y la absoluta división de los elementos de izquierda.

DICE DON FRANCISCO MACIÁ

Comentando el resultado de las elecciones, don Francisco Maciá, presidente de la Generalidad de Cataluña y jefe del partido de Esquerra Republicana, ha hecho las siguientes manifestaciones para MUNDO GRÁFICO:

—Las elecciones del día 19 han sido un triunfo evidente para las derechas, un triunfo muy grande: pero en Cataluña ha sido contenido completamente, porque los votos de la Esquerra Republicana son en mayor número, son superiores a los de la derecha, a pesar de haber acaparado la Lliga Catalana a todos los elementos de dicho sector.

Además de la Esquerra Republicana de Cataluña, ha habido otros partidos de izquierda que han obtenido una votación importante, y de consiguiente, junto con los radicales, ello demuestra que el espíritu izquierdista en Cataluña es muy superior al espíritu derechista.

¿Causas de lo ocurrido? El miedo de ciertas clases sociales de ver perjudicados sus intereses materiales y el sentimiento religioso que se ha creído ofendido por algunas de las leyes de la República.

Puede decirse que este sentimiento religioso ha sido la parte más importante en el éxito de las derechas. Lo que creo que ha sido poco acertado es que los obispos y las autoridades eclesiásticas hayan hecho votar a las monjas, a los curas y demás religiosos en favor de determinado partido político. Hubiera sido diferente que hubiera sido en favor de algún partido católico, pues entonces cabría el derecho de hacerles votar. Yo he de protestar, y protesto enérgicamente, de que se diga que aquí, en Cataluña, los religiosos hayan sido perseguidos y que se haya ofendido el sentimiento religioso. Mientras en otras poblaciones de España quemaban conventos y se perseguía a aquéllos, aquí no se ha quemado ningún convento y se ha respetado a todos, monjas y religiosos, y no se ha puesto ningún obstáculo a la expansión de su culto. No creo que en el mundo se haya dado ningún caso de que después de una Dictadura que oprimía los sentimientos más arraigados del pueblo se haya tratado con tanta consideración y respeto a todos los elementos que habían contribuido a dar fuerza a aquella Dictadura y a la Monarquía.

Los hombres de la Lliga, que fueron unos de los causantes de que se produjera la Dictadura, y después abandonaron sus puestos sin protesta, son los mismos que al advenimiento de la República huían a Francia, creídos, sin duda, que los hombres que habíamos traído la República realizaríamos represalias y violencias contra ellos

Esto indica que quizá la República ha sido demasiado débil o inhábil, porque con leyes que han producido un sentimiento de miedo o de repugnancia, adoleciendo del defecto de crear enemigos a la República, el Gobierno de la República no ha sabido crear al mismo tiempo intereses que se pudieran oponer á este descontento. Porque si, por ejemplo, con la ley de Reforma Agraria, que produjo aquel descontento general entre terratenientes y propietarios, hubiese ocupado las tierras incautadas y las hubiese dado a los trabajadores en propiedad, con todos los elementos necesarios para poderlas trabajar, los mismos se hubieran opuesto ahora a que se dieran los votos a los que, de triunfar, se las habían de quitar seguramente.

En cuanto a las elecciones de Cataluña, hay que anotar una cosa, y es que, a despecho de las órdenes de los obispos y de las autoridades eclesiásticas, hubo un sector católico que tomó parte en las elecciones, situándose en frente de la Lliga, el cual obtuvo veinte mil votos. En mi concepto, los que acordaron ir a las elecciones, desde su punto de vista, tuvieron una visión clara de las conveniencias de su partido.

Es indudable que las presiones de los señores obispos y de las autoridades eclesiásticas, y de personas que sostienen instituciones de carácter benéfico y demás, quitaron a dicha candidatura más de treinta mil votos. Ahora bien, en las elecciones municipales ya no es el régimen de mayorías y minorías, sino que el partido que tiene más votos tiene el 65 por 100 del número de concejales que se eligen. Después, al 65 por 100 siguiente, le corresponden menos concejales. Y a los dos 65 por 100 restantes les va disminuyendo el número de concejales.

Por consiguiente, si este partido fué a las elecciones sabiendo que no podría obtener ninguna acta, si fuera a las elecciones municipales y los católicos le votaran todos, es casi seguro que alcanzaría el tercer puesto, y creo yo que poco a poco superaría a la Lliga,

Como final, puedo decir que la Esquerra Republicana de Cataluña tiene una vitalidad tan grande, que está muy por encima de la Lliga; porque en estas últimas elecciones tenemos el convencimiento pleno de que la Lliga, gracias a las maniobras, perfecta organización y a todas las maquinaciones—que, por no darlas el verdadero nombre las diremos electoreras—, y aprovechando este sentimentalismo que había, ha podido resultar en las listas que ganaba. A mí me han asegurado que ha habido quien ha tenido en las manos más de treinta actas en blanco. Si nosotros hubiésemos sido tan poco escrupulosos en cuestión de honorabilidad política, como lo ha sido la Lliga Catalana, no sólo les hubiéramos ganado las elecciones. Les habríamos superado en más de diez mil votos. Y aun así, la Esquerra Republicana, en Cataluña, ha obtenido más votos que la Liga Catalana.



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