Entierro de las víctimas causadas en la Barceloneta y Pueblo
Nuevo.
Ayer por la
tarde, a las cuatro y media, partió, del domicilio social del Sindicato de
Servicios Públicos, el entierro del infortunado vigilante nocturno de la calle
de Consejo de Ciento Ramón Ferrando Llovet, que, mientras cumplía su deber
dando la señal de alarma, el sábado de madrugada, fue alcanzado por la metralla
de una bomba.
En la fúnebre
comitiva, figuraban el alcalde accidental, Hilario Salvadó; los componentes de
la Comisión de Gobernación del Ayuntamiento, el comité en pleno del Sindicato
de Vigilantes y representaciones de los de Sabadell y Tarrasa.
El cadáver
fue sacado a hombros por compañeros del finado, y llevado hasta frente al cine
Frégoli, donde se despidió el duelo, durando esta, ceremonia largo rato. Al
terminar, fue colocado el féretro en la carroza mortuoria, que, seguida de
otras varias con las coronas ofrecidas por el Sindicato-de Vigilantes y por los
vecinos de la barriada, se dirigió hasta el cementerio Nuevo, donde el cadáver
recibió sepultura.
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