domingo, 27 de junio de 2021

Mundo gráfico. 9/6/1937, página 10.

 

“SELLO PRO INFANCIA”

Uno de los más profundos signos de la renovación operada en Cataluña es el referente a los problemas de asistencia social. La renovación ha sido en el fondo y en la forma, en la idea y en su expresión. Así, por ejemplo, las viejas palabras con que se expresaba la atención hacia los necesitados—caridad, beneficencia—han sido sustituidas por aquella fórmula nueva de «asistencia social».

Se han reformado, iniciando una renovación que quiere tener un amplio sentido social y humano, instituciones que existían ya. Se han creado también otras nuevas, y en el índice de proyectos de futura realización hay muchos de un gran interés, que completarán la obra ahora iniciada.

Entre esa amplia labor de asistencia social figura, lógicamente, con jerarquía de primer plano, la relativa a los niños. Obsesión de los niños, pasión de los niños... Los dirigentes catalanes que orientan esta campaña renovadora comprenden todo lo que la perfecta formación infantil—física y moral—significa en la hora actual de España. Los «chavales» de hoy son los luchadores de mañana, y de esa labor que ahora se haga depende el rendimiento de más tarde. Cataluña es ahora un culto apasionado del niño, un ardiente desvelo por la salud y el espíritu del niño. Cientos, miles de chiquillos, merced a ese cuidado fervoroso, juegan y ríen ahora, en un ambiente de claridad y de alegría, bajo los cielos de Cataluña.

A esta obra en favor del niño contribuye de modo muy principal el «Sello Pro Infancia». No es esta una institución improvisada. Es una obra de cada día y de todos los días, fervorosa, infatigable, hecha con la múltiple aportación de muchas gentes. Esta labor va plasmándose en la creación de establecimientos de asistencia infantil. La institución va desarrollando, sucesivamente, campañas encaminadas a la creación de esos establecimientos. En la actualidad se está en la cuarta campaña del «Sello Pro Infancia».

La institución va realizando su obra con los sellos van creándose aquellos establecimientos: las guarderías en, que son atendidos los chiquillos que no pueden ser cuidados por sus madres—por tener éstas que ganar un jornal— y los preventorios que reúnan todas las condiciones sanitarias adecuadas para los que nacen con predisposición a la tuberculosis.

Funcionan en la actualidad las guarderías de San Andrés y de Tarrasa. En ellas se atiende a ciento cincuenta niños, facilitándoles manutención, cuidadosamente vigilada, y servicio médico y farmacéutico de higiene.

Se cuenta ya también con un preventorio para niños pretuberculosos, en la villa de Arenys de Mar. Tiene capacidad para doscientos cincuenta niños, a los que se da instrucción, inspirada en las más modernas orientaciones pedagógicas.

El público de Cataluña responde con entusiasmo creciente a cada nueva campaña del «Sello Pro Infancia». La obra que la institución aspira todavía a realizar, en el camino de la ya emprendida, requiere que aquella colaboración sea, efectivamente, más calurosa cada vez. Moneda a moneda, sello a sello, todo catalán es así un poco forjador de la vida física y espiritual de esos chiquillos de hoy.

JOAQUÍN MIRÓ

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