jueves, 23 de noviembre de 2017

El Diluvio, Edición del jueves, 30 de mayo 1934, página 20

Diego Martínez, de setenta y siete años, con domicilio en la calle de Santa Magdalena, 38, hubo de ser asistido en el Dispensario médico municipal de una herida en el tercio inferior del antebrazo izquierdo y de fractura de la clavícula del mismo lado.

Dichas heridas le fueron producidas por su esposa en una reyerta que entre ambos sostuvieron.

Ha sido presentada la correspondiente denuncia en el Juzgado.

También María Jumell, de cincuenta y dos años, domiciliada en la carretera de Olesa, tuvo que ser asistida en el mencionado Centro benéfico a consecuencia de haberla mordido un perro. Por orden del Juzgado se ha ordenado que el can sea trasladado al Parque de Desinfección para su observación.

En el vecino pueblo de Matadepera ocurrió un motín que pudo tener desagradables consecuencias.

El hecho fue debido a que un muchacho que salía de hacer la espectacular primera comunión llevaba en el brazo derecho un brazal con el emblema monárquico y la flor de lis.

Los republicanos, indignados contra tamaña provocación, exigieron al padre del niño explicaciones, diciendo que era debido a exigencias de determinadas personas de la población, conocidas por sus ideas reaccionarias. Tales razones provocaron la reacción republicana y varios grupos se dirigieron, no muy corteses y tranquilizadores, hacia determinados domicilios, y, gracias a la rápida intervención de las autoridades republicanas de la localidad, pudo evitarse que el principio de motín no estallase con todas sus consecuencias.

Es necesario que quien debe y puede acabe de una vez con las extralimitaciones reaccionarias de dicha población; de lo contrario, algún día no será posible detener el estallido de la indignación popular.

El domingo por la noche, cuando Miguel Lluis Besas, de 36 años, domiciliado en la calle del Olmo, fue agredido a tiros por unos desconocidos, sin que, afortunadamente, hicieran blanco.

Uno de los agresores, acercándose al Lluis, le arrancó una insignia que llevaba en el ojal de la americana, en el cual había las iniciales A.M.G.G.

De este atentado frustrado se ha dado cuenta al Juzgado.



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