lunes, 27 de noviembre de 2017

El Siglo futuro. 5/6/1934, n.º 8 231, página 3.

EN EL CIRCULO TRADICIONALISTA CENTRAL. —VARIAS CONFERENCIAS

Con gran éxito se celebraron el sábado las anunciadas conferencias de nuestros elocuentes oradores don René Llanas de Niubó y el reverendo don José María Borrás.

El tema desarrollado por el infatigable orador Llanas de Niubó fue el de «Problemas de enseñanza ante el Tradicionalismo», sugestiva materia que con su erudición profunda y su valentía de expresión expuso brillantemente, manteniendo durante su larga disertación la atención del numeroso y selecto público que llenaba el salón.

Dividió su trabajo, estudiando separadamente el problema en la escuela y en la Universidad.

Presentó las escuelas de oposición a la escuela católica, disecando, con el acerado bisturí de su serena crítica, la escuela racionalista y atea de Ferrer Guardia, presentándola con toda crudeza; la escuela neutra y laica en Francia, en Bélgica y actualmente en España, y la «Institución Libre de Enseñanza», la obra nefanda de Giner de los Ríos, Zulueta, Cossio y Bello Trompeta, presentando sus tres postulados negativos de neutralidad filosófica, religiosa y patriótica.

Atacó con dureza la pretendida libertad de pensamiento y la libertad de cátedra sostenida por Castelar para provocar la jornada de San Daniel, por el masón Morayta para la rebeldía del día de Santa Isabel, como consecuencia de su discurso inaugural del curso 1884-85.

Al hablar de las Universidades españolas hizo una brillante exposición de las glorias universitarias españolas, desde la Universidad Romana de Huesca, fundada por Sertorio, hasta las gloriosas Universidades del siglo XVIII, pasando por la Escuela Isidoriana, las de Ripoll y Ausona, las Escuelas Generales de Montpellier, Gerona, Lérida, Salamanca, Barcelona, Santiago, Alcalá de Henares, Cervera, presentando los grandes hombres como San Leandro y San Isidoro, San Braulio, Talón, Raimundo Llull, Arnaldo de Vilanova, Ximenis de Rada, «El Tostado», Cisneros, hasta nuestros grandes sabios del siglo pasado. Hace una sentimental evocación de la estudiantina clásica, junto a la del siglo pasado, revoltosa estudiantina de la casa de la Troya y de nuestro viejo Hospital de la Cruz, junto a la perilla prócer y el sombrero de copa de Letamendi; combate la teoría de los catedráticos disolventes, de los progenitores de la F. U. E., la muchachada grosera y brutal de hoy.

Ataca la actual situación universitaria y la actual autonomía universitaria de Barcelona, en detrimento de la cultura patria, y da lectura a unas conclusiones, fruto de sus estudios, que con la aspiración del Tradicionalismo, y esboza un plan de lenta adaptación desde el estado actual al ideal nuestro, y termina excitando a la creación de un Patronato cultural en Barcelona que irradie a todos nuestros Círculos, donde debemos crear escuelas gratuitas para niños y obreros.

La juventud será nuestra—dice—, y debemos conquistarla para transformar el interrogante de su futuro en realidad magnifica, conquistarla por la teoría y la acción; pero, sobre todo, por la cultura, para hacer verdadero el lema de nuestra Universidad barcelonesa «Perfundet omnia luce».

Acto seguido se levanta el doctor Borras. Su presencia en la tribuna es acogida con una entusiasta y férvida ovación.

Comienza el ilustre conferenciante lamentando la falta de verdadera libertad que demuestra la insubstancial negativa del grandioso acto de afirmación tradicionalista en Tarrasa.

Con clásicas anécdotas alude a los políticos de intereses, que venden su dignidad por un plato de lentejas, parangonándolos con la política Tradicionalista, que no vende su conciencia, por más sacrificios y más contrariedades que deba sufrir.

Pasa luego a tratar de. la igualdad, y entona un cántico de. triunfo a la Iglesia Católica que con la abolición de la esclavitud y el reconocimiento de la Igualdad ante Dios, entre el alma del más esclavo, y el alma de Carlomagno y de las grandes figuras de la humanidad, entroniza. la, verdadera igualdad entre los hombres: igualdad de origen, de naturaleza y de fin.

La iglesia-dice—, para confirmar lo antedicho, ha elevado a la suprema dignidad pontificia a personas de la más humilde estirpe, incluso a dos esclavos: los Papas Cornelio y Calixto, este último marcado en su frente con el visible tatuaje de la esclavitud.

Recuerda el orador la acción eminentemente redentora de los Trinitarios y Mercedarios en Argelia, y condena las extralimitaciones criminales de los Nerones de todo tiempo, que han disfrutado hartándose de carne humana.

Nerón—dice—hacía versos, pulsaba la citarina y asesinaba a su madre; algunos modernos políticos hacen versos, tocan la guitarra y asesinan vilmente a nuestra Madre la Iglesia y a Nuestro Padre Jesucristo.

Después de lamentar el «noviembre social» en que vivimos y condenar las «luchas metálicas» que nos aquejan, pasa a tratar de la fraternidad, demostrando con breves y precisas palabras que nunca será fraternidad el puñal cobardemente blandido, ni la bomba homicida, sino aquella que nació en el Calvario, cuando un Hombre-Dios, cargándose con nuestras culpas, moría, sellando con su sangre una verdadera y universal fraternidad

Resume lo dicho con el palpitante ejemplo de la Rusia triste de hoy, concentración de prisioneros y suma de todas las declaraciones y tragedias.

Termina su vibrante discurso con estas palabras: «¡Católics i Tradicionalistes: Per la Creu som lliures; en la Creu som iguals i amb la Creu som germans».

Larga y atronadora ovación. acogió el brillante discurso del doctor Borrás, el cual fue interrumpido por los aplausos, durante el transcurso del mismo.


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