sábado, 25 de noviembre de 2017

El Siglo futuro. 2/6/1934, n.º 8 229, página 3.

¿QUE TEME LA ESQUERRA? —LA «DIADA» DE TARRASA, SUSPENDIDA

¡La magna «diada» tradicionalista de Tarrasa también ha sido suspendida!

Primero, Poblet; ahora, Tarrasa; mañana...

Realmente eso de la «Catalunya autónoma» bajo la férula de la Esquerra es una delicia.

Bien es verdad que esta libertad paradisiaca ya la practicaban adcalendas grecas prohombres de la Generalitat, impidiendo a trompazo limpio el baile de las sardanas. ¿Verdad, ciudadano Aragay?

Pero tanta libertad nos había prometido, tanta tolerancia había predicado cuando no dependiéramos de Madrid, que, la verdad, la dictadura actual de la Esquerra nos hace añorar un poco el centralismo «español».

Por lo menos, cuando los tiempos ominosos los carlistas catalanes pudimos celebrar grandes concentraciones en la Gleva, Bulserut, Montalegre, La Cisa, Balaguer (ésta con asistencia de Maciá, entonces carlistoide), Manresa, San Feliu, etc.; pero ahora que hemos «reconquistado» Cataluña del Poder central, resulta que la tiranía es más férrea, porque tiene «regust de cosa nostra». Ya es bien verdad «que no hay peor cuña que la de la propia madera», porque lo que es los catalanes que no comulgamos con las ruedas de molino de la Esquerra ya tenemos las muñecas congestionadas de tanta «autonomía» esquerrana.

A fuer de sinceros, hemos de decir que las caricias de la libertad también las conocen otros elementos políticos que no son tradicionalistas, pero como ellos tienen la epidermis catalanista, si los tiros, los garrotazos y las suspensiones los disparan, los dan y las decretan en nombre de la «Catalunya autónoma», quedan tan convencidos; los inconformistas somos nosotros, los carlistas, que cuando se nos coarta la libertad y el derecho; no nos conformamos ni pizca aunque la coartada nos fuese dicha con la galanía de una composición de Juegos Florales.

La libertad y el derecho, lo mismo que la verdad, si no gravitan sobre el punto básico de su esencia misma; podrán rotularse libertad y derecho, pero en realidad de verdad no serán más que ridículos pingajos.

La Esquerra, dominante y triunfante, sabe, y no se equivoca, que el resurgir potente del tradicionalismo en toda España ha repercutido imponente en esta Cataluña irredenta; por ello quiere impedir toda manifestación de vida católica y monárquica reencontrada bajo la sombra de nuestros pendones.

Pero es inútil; la persecución aviva la fe de los leales; el trallazo del despotismo podrá impedir por la fuerza la concentración de los cuerpos, pero la fuerza al servicio del despotismo no impedirá nunca la concentración de los espíritus catalanes leales a la trilogía redentora.


PARVISSIMUS

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