BARCELONA 10. — Don
Alfonso Sala cree haber reconquistado su feudo de Tarrasa. Y ha vuelto, a sus
años, a la vida política, como si se encontrara en aquellos tiempos de la
Dictadura, propicios a convertir en patriotas beneméritos a los caciques y en
estadistas a los partidarios de la aplicación de la ley de "fugas".
Naturalmente, al
reintegrarse a la política, D. Alfonso Sala se ha afiliado al Bloque Nacional,
organizando actos de propaganda en Tarrasa para que desfilen los
"patriotas" que aún continúan defendiendo la Monarquía de Cavite,
Santiago de Cuba y Anual.
El Sr. Sala hizo la
presentación de D. Víctor Pradera, del que dice "La Veu de Catalunya"
que "si se diera cuenta de la realidad de las cosas tendría que comprender
que la política activa y el cargo de vocal del Tribunal de Garantías son
moralmente Incompatibles". Y no satisfecho con hacer el elogio de D.
Víctor, el Sr. Sala injurió a hombre tan acreedor al respeto por su austeridad
e independencia como Ossorio y Gallardo diciendo:
"La República, a
pesar de todas las renovaciones, no ha dado hombres de la talla del Sr.
Pradera, temperamento recto que no se doblega ante la injusticia. Por eso ha
sido recusado como vocal del tribunal de Garantías constitucionales por aquel
famoso monárquico sin rey, que en el informe sosteniendo la recusación ha dicho
que para ser un buen juez hay que ser voluble, sobornable y mal patriota."
Habló después D.
Víctor. Resulta menos divertido que Royo Villanova. Y aunque éste, en su
reciente visita a Barcelona, dijo acerca de Cataluña algunas atrocidades
doradas con el eufemismo de su agudeza baturra, se trataba de un particular que
no ostenta ninguna representación del Estado, mientras que el Sr. Pradera, por
ser miembro del Tribunal de Garantías, no tendría que olvidar la dignidad de su
cargo y atenerse a la mesura y a la discreción cuando se ocupa de problemas
delicados.
Sin duda no ha leído la
carta que ha enviado a un su amigo de Tortosa el destacado escritor derechista
Sr. Pérez Solís, que, aludiendo a la actitud de las derechas en la cuestión de
Cataluña, dice:
"Hace ya mucho
tiempo—puede decirse que desde mi entrada en la vida pública—veo con dolor lo
absurda que es esa actitud, y en todo momento no he recatado mi opinión, tan
española como la que más, absolutamente favorable a la autonomía de Cataluña y
de los demás pueblos de España con personalidad propia.
Las derechas, quizá
porque las izquierdas piensan al contrario v no por razones más fundamentales,
se obstinan en mantener un concepto de España que no es nacional, sino
extranjero, pues lo han ido formando sucesivamente los Austrias, los Borbones y
la mala copia liberal del jacobinismo francés, férreamente centralista. Y se da
el caso peregrino de que hasta los pretendidos amantes de la tradición,
saltándose a la torera lo más insigne de la historia de España, no vean otra
España que la hecha a contrapelo desde la llegada de Carlos de Gante, primer
debelador de las libertades españolas, hasta la restauración borbónica, que a
fines del siglo pasado concluye con los últimos restos de nuestra típica figura
nacional."
¿Será también para D.
Víctor y para D. Alfonso un fementido separatista el Sr. Pérez Solís? A no ser
que resulte más español que ellos, aunque lo excomulguen los contrarios a la
autonomía de Cataluña y de los demás pueblos de España con personalidad propia.
— AGUIRRE.
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