En Tarrasa
Entusiasta recibimiento
A las nueve de la
mañana se había congregado en el apeadero de Gracia, de Barcelona, muchísimo
público que acudía, a recibir a los oradores del acto organizado por el Bloque
Nacional.
Los señores Calvo
Sotelo y Serrano Jover, a los que acompañaba el diputado tradicionalista por
Tarragona, señor Bau, fueron saludados al descender del tren con una ovación
calurosa y entusiastas vivas a España, a los viajeros y al Bloque Nacional.
Acompañados por todo el
público que había acudido a la estación concurrieron, después a la iglesia de
la Concepción, donde oyeron misa. Seguidamente se organizó una caravana de más
de 80 automóviles, que se encaminó a Tarrasa, escoltando a los viajeros.
En Tarrasa, las
agrupaciones en pleno de Renovación Española y Círculo Tradicionalista hicieron
objeto de una cordialísima acogida.
A las once dio comienzo
el mitin, que se celebró en el teatro Principal de Tarrasa.
El acto
El teatro estaba
abarrotado de público que se apiñaba en todas las localidades y en las diversas
dependencias del edificio, a las que una completa instalación de altavoces
llevaba las palabras de los oradores. El público, que estaba poseído de un
entusiasmo indescriptible, hizo objeto de una ovación ensordecedora a los
oradores y a la presidencia del acto en el momento de presentarse en el
estrado.
Los discursos
DON ALFONSO SALA
Presentación de los oradores. — La obra del señor Calvo
Sotelo
Seguidamente don
Alfonso Sala se acercó al micrófono para hacer la presentación de los oradores.
El expresidente de la Mancomunidad Catalana, que cuenta con la veneración de
todos sus conterráneos, fue saludado con una cariñosa salva de aplausos.
Comenzó el señor Sala
congratulándose de la presencia de personalidades tan destacadas en la política
española como los señores Calvo Sotelo y Serrano Jover, de los que hizo un
cumplidísimo elogio.
Dijo a continuación que
el señor Calvo Sotelo era la piedra angular del edificio que se está
construyendo para llegar a la constitución de ese Estado que será la verdadera
expresión de la voluntad nacional.
Recordando la actuación
de don Antonio Maura, a cuyo lado dieron los primeros pasos en la política los
señores, Calvo Sotelo y Serrano Jover,
hizo referencia a su proyecto de administración local, en el que—dijo—se
patentizaba el amor que sentía por el esplendor de las regiones, pensando que
laborar por la grandeza de éstas era laborar por la de España.
Aludió al Estatuto
Municipal, obra del señor Calvo Sotelo, y dijo que dicha ley significaba quitar
las trabas a la vida municipal, impidiendo que ésta cayese en poder del
caciquismo.
Se refirió igualmente
al Estatuto provincial, obra también del señor Calvo Sotelo, y dijo que en él
estaba reflejado el pensamiento de su autor, dándose allí una personalidad al
sentimiento regional en lo que hace referencia a su desenvolvimiento
administrativo.
Dedicó grandes elogios
a la mujer y se felicitó de que una nutrida representación de ésta hubiese
acudido al acto. Con este motivo se refirió a la importancia que ha tenido la
mujer en el desenvolvimiento y esplendor de España a través de la historia.
Se congratuló muy
especialmente de la nutrida concurrencia de tradicionalistas que asistían al
acto, y dedicó con este motivo un saludo muy especial y un elogio muy expresivo
al diputado don Joaquín Bau, que se sentaba en la mesa presidencial. Estas
palabras del señor Sala fueron acogidas con calurosas ovaciones y numerosos
vivas que duraron largo rato.
Fueron asimismo muy
aplaudidos los conceptos que dedicó a Derecha de Cataluña y al señor Álvarez de
la Campa, su vicepresidente, que asistía también al acto.
Al terminar su
brillante oración resonaron nuevamente los aplausos y los vítores.
DON SANTIAGO TORRENT
La actuación titubeante de la Lliga
A continuación, hace
uso de la palabra el señor Torrent, para glosar la actuación de la Lliga,
diciendo que ésta se ha mostrado siempre titubeante y con un cómodo
indiferentismo hacia las formas de gobierno, que, en realidad, no tenían otro
fin que la caza del voto.
Calificó de parásito
social al separatismo, que al vincularse en Cataluña en la forma que lo había
hecho, había motivado el acrecentamiento del patriotismo en todos aquellos que
sienten por España un fervoroso amor.
En párrafos magistrales
de magnífica elocuencia habla de santo amor a la patria, de lo que ello ha de
ser en el porvenir y de los medios indispensables, que son formas, pero son
también esencia, para llegar a conseguirlo.
Termina diciendo que el
lugar de los que sean patriotas y que tengan algo que salvar, está a nuestro
lado. Así—dice—, entre todos haremos de España un faro de progreso y de paz,
ocupando en el mundo el lugar de preferencia que merece la patria que ha dado
vida a más de veinte naciones.
El señor Torrent fue
entusiásticamente aplaudido en muchos de los períodos de su magnífico discurso.
EL SEÑOR SERRANO JOVER
Comienza agradeciendo
los aplausos con que es recibido al levantarse a hablar, que aumentan—dice—la
emoción que siente ante el brillante espectáculo que ofrece el teatro, donde se
destaca la belleza de las damas y el entusiasmo de una esforzada juventud, como
los más firmes sustentáculos de los grupos políticos que aspiran a restituir a
España la tranquilidad y la fuerza para, el cumplimiento de sus grandes
destinos; al ver y haber podido abrazar a don Alfonso Sala, su compañero de
Parlamento hace ya mucho tiempo, caballero sin tacha de un ideal nunca
abandonado, y por hablar en Cataluña por primera vez desde que se instauró la
República, ya que el régimen, ahogadizo que vino a derrocar, según las frases
del primer documento oficial de aquélla, fue sustituido por el régimen de
democracia, libertad y justicia que permitió la quema de los conventos, barrió
miles de Ayuntamientos monárquicos, válidamente elegidos sin protesta siquiera
de los derrotados, e injertó en la Constitución la ley más contraria al respeto
de los derechos fundamentales de la personalidad humana, la ley de Defensa de
la República, que ponía en manos de un ministro de la Gobernación lleno de odio
la seguridad personal y la hacienda de los ciudadanos sin medios eficaces de
defensa. (Grandes aplausos).
Cataluña, en manos de un hampa política
En Cataluña—agrega—el
estrago ha sido mayor, porque ha durado más tiempo, y no sólo lo ha guiado el
sectarismo y la pasión, sino los hábitos extralegales del hampa política que se
apoderó de la Generalidad, en la cual figuraban quienes tuvieron cuentas con la
justicia por delitos que rebasaban la esfera, de las motivaciones políticas.
Con este motivo, recuerda su viajé a Cataluña, cuando acababa de ser hollada la
inmunidad parlamentaria del diputado doctor Albiñana, a quien se trató de
asesinar por individuos al servicio de los que entonces gobernaban en Cataluña.
Dedica un caluroso elogio a los directivos y valiente juventud de la Derecha de
Cataluña, representación de Renovación Española en la región, que mantuvieron
sus ideales sin arredrarles el peligro que constantemente corrían. (Ovación.)
La pujanza de las derechas
Examina la situación política
actual y cómo va dibujándose desde el triunfo de las derechas en las elecciones
del 19 de noviembre de 1933, hasta ahora, y dice que un espíritu pusilánime
agravado por la deserción de los ideales que sirvieron de bandera al movimiento
ha colocado a algunos grupos de derechas en la falsa posición de ir a remolque
de los designios de revolucionarios moderados, o más bien embozados, para que
se frustrase su empresa y obtuvieran mendigando migajas de lo que hubieran
alcanzado por su propia fuerza y les correspondía por razón y derecho en virtud
de movimiento espléndido de opinión que significaba lo contrario de las
elecciones del 12 de abril de 1931.
La disciplina y la jerarquía de la juventud traerán el
triunfo final
Dedica la última parte
de su discurso a exaltar la, importancia de los valores morales en la Sociedad,
únicos que vivificados por la fe religiosa pueden salvar al mundo en esta hora
de crisis y confusión. Los españoles tienen el ejemplo de cómo se formaban
para, nutrir las minorías selectas llamadas a influir en los destinos de su
pueblo, sus hidalgos, sus nobles, sus intelectuales, con un esfuerzo que
suponía sacrificio y milicia. (Aplausos.) Por eso y mientras nuevas directrices
en la educación, de nuestra juventud no comiencen a dar sus frutos, hay que
sembrar en ella el espíritu marcial, no en el sentido de la violencia y del
ensalzamiento de la fuerza, sino en el de la disciplina y la jerarquía; de aquí
que el Ejército, tan necesario en estos momentos de peligros internacionales,
tenga el interés de escuela de formación de hombres forjadas en las ideas del
honor y el sacrificio. Bien pensaron los gobernantes del bienio en deshacer el
Ejército para el logro de sus turbios designios; no lo consiguieron, como no
pudieron descatolizar a España, y las reservas morales del país llevaron al
Ejército fuerzas para salvar de la catástrofe en la revolución de octubre.
Aprendamos la lección y cuidemos de que no se disipen esas reservas salvadoras.
(Grandes aplausos acogen el final del discurso.)
EL SEÑOR CALVO SOTELO
La crisis de la democracia y del parlamentarismo
El señor Calvo Sotelo,
recibido con atronadora ovación, prolongada largo rato, comenzó ofrendándola
íntegramente al señor Sala (don Alfonso), patricio venerable que en su inmácula
lealtad de una lección al país, sembrando de transformistas y perjuros en todas
sus latitudes.
Declaró después que iba
a tratar el siguiente tema: «El Estado nuevo y la autonomía catalana»,
comenzando por recordar una entrevista que celebró con el expresidente del
Consejo M. Tardieu, a propósito de la crisis que sufren las instituciones
democrático-parlamentarias.
En ella quedó patente,
que es una. crisis, no de arquitectura, sino de cimientos, que no puede
resolverse con leves retoques, sino con una mutación profunda y radical. El
sistema parlamentario tuvo su hora; hoy es inferior a los problemas. Porque no
satisface las condiciones esenciales de un buen gobierno, a saber: Competencia,
Eficacia, Continuidad y Autoridad.
El orador analiza esos
cuatro requisitos con alusiones concretas a la política nacional,
frecuentemente interrumpidas por el auditorio con grandes aplausos, y afirma
que el Parlamento inorgánico pierde en todos el mundo: en muchos países, su
existencia; en otros —Bélgica, por ejemplo—su preeminencia sacrificada con las
constantes leyes de plenos poderos; en otros—Francia—, el respeto, traducido en
el frenesí antiparlamentario de excombatientes, contribuyentes, juventudes,
etc., que lleva a Charles Maurras a decir que hay que tomar nuevamente la Bastilla,
sólo que ahora la Bastilla es el Parlamento, cuyos moradores deben ir al Sena.
Solo subsiste el parlamentarismo en Inglaterra, pero, es porque la Corona
asegura el mando único; su burocracia, la competencia y su falta de atomización
partidista, la continuidad.
Análisis de la obra constituyente
El orador analiza la
obra constituyente. El legislador de 1931 vistió a la República, no con traje
moderno, sino con miriñaque Así están trabados sus movimientos. Así es casi
general el clamor revisionista. Sólo las izquierdas se oponen. Pero sólo
nosotros lo personificamos con integridad, porque los demás grupos
revisionistas se quedan a la mitad del camino, sugiriendo fórmulas
fragmentarias e insuficientes. Nosotros queremos una Dogmática nueva y una
Orgánica contraria a la existente.
En esa orgánica no
encaja el Estatuto. Cataluña, es España, por su pasado. Con los íberos, con los
romanos, con los godos, durante la, Reconquista, aunque hubiese paréntesis; con
Jaime I, con Enrique IV, con los Reyes Católicos, con Felipe II, incluso con
Felipe V, y no digamos en el Bruch y Gerona; Cataluña, por su porvenir, es
económicamente, España también, porque los más feroces separatistas reconocen
que la conveniencia catalana estará en el cambio con el resto de España.
La unidad nacional
Si la tradición y la
economía minan la unidad Hispana, la política tiene que sellarla. Aún más—dice
el señor Calvo Sotelo—: la Patria de los catalanes, como la de los gallegos o
vizcaínos, es España, cualesquiera que sean las patrias chicas que cada uno
adopte. No hay en España más que una nación, aunque esta palabra se haya
borrado del artículo primero de la Constitución. La nación española es la de
todos, contra lo dicho por el más desventurado de los catalanes, aunque se
llame Ventura, afirmando que los catalanes no pueden ni quieren ser españoles,
porque para ser español hay que nacer en España, y Cataluña no es España.
Nosotros tenemos un mandato moral, rubricado por los Reyes Católicos con la
leyenda de «España, unida y en orden». Está en las palabras de Nebrija, cuando
dijo que, unidad, hecha por aquellos Reyes «viviría muchos siglos, y tiempos no
romperla ni desatarla». Está atada por Dios. Es un dogma definitivo, no una
tesis controvertible. Una generación no puede destruirlo, ni suspenderlo,
porque una generación no es dueña de la Patria, sino depositaria de sus
esencias. De aquí esta conclusión: El estado español, en lo político y en lo
económico, exige unidad; en lo social y en lo administrativo, variedad.
La autonomía política ha fracasado
El señor Calvo Sotelo
sostiene que las Circunstancias mundiales y nacionales son hoy contrarias a las
de 1870 y 1900, por lo que hoy, posiblemente, no habrían escrito en igual
diapasón, ni Almirall, ni Prat de la Riva, ni Pi y Margall. Conste mi posición
exacta—agrega—que es antiestatutista, pero regionalista. Yo me opuse a la
disolución de la Mancomunidad, yo firmé el traspaso de contribuciones a las
Diputaciones catalanas; yo redacté el artículo 304 del Estatuto regional que
define la región—por vez primera en. un texto legislativo—dándole como
competencia todos los servicios que el Estado le delegue, que podrán ser todos
los no intransferibles por soberanía. Pero eso es una cosa, y la autonomía
política, otra. Hoy no cabe hablar de autonomía política.
Hoy respira el mundo
una atmósfera radiante de nacionalismo. Nacionalismo espiritual por exaltación
de las glorias señeras de cada pueblo de las que unen, como Juana de Arco en
Francia, no de las que desintegran, como Ferrer o Casanova en España. Nacionalismo
económico, porque cada pueblo quiere economía completa para bastarse a sí
mismo, aprendida la lección de Alemania y el error de Bismarck, que la preparó
para la guerra creando un tesoro, en vez de dotarla de primeras materias;
nacionalismo político, porque los pueblos necesitan redoblar su armadura
visceral para fundir los sentimientos o intereses en un alma única, ya que sólo
el alma única será alma fecunda. Hace cuarenta o cincuenta años el mundo vivía
auténtico pacifismo, intercambio fácil, aduanas benignas: se concebía el
federalismo. Después de la guerra, el federalismo sucumbe. Sólo un país
—Austria—lo adopta, con trágicos efectos. En Alemania lo restringe la
Constitución de Weimar, y lo extermina Hitler.
En Cataluña no es posible la autonomía
El marxismo no contaba
apenas a fines del siglo XIX. Hoy es factor dirimente e incompatible con el
autonomismo en un Estado burgués. El obrero catalán es solidario del obrero
gallego, o insolidario del patrono catalán. Viceversa, el propietario catalán,
solidario del andaluz, pero insolidario del rabassaire. Estas nuevas
solidaridades extraterritoriales hacen naufragar la primitiva solidaridad
regional, fundada en la vecindad, vínculo de exigua fuerza ya.
El marxismo, en España,
es acción directa. Aunque evolucionen algunos dirigentes, las masas están ya
tocadas del virus revolucionario. Podrán reeducarlas hombres de derecha; no los
antiguos caudillos que las llevaron a la rebeldía. Una Cataluña políticamente
autónoma sería un coto marxista. Para menos de tres millones de habitantes, más
de un millón en la capital, o sea, casi el 40 por 100 del censo; y en esa
capital un 50 o 60 por 100 proletario permiten formular el pronóstico. La
burguesía catalana ha sido miope al incubar en el autonomismo su propia sepultura.
En Irlanda, la capital no llega al 10 por 100 del censo total, y el ambiente es
agrario, no fabril. En Cataluña, no cabe autonomía integral conservadora, ni
burguesa.
Otros factores de
mudanza: Economía dirigida y régimen local. La economía dirigida se impone;
pero no puede convivir con un Estado sin integralidad política. El régimen
local justifica la protesta catalana, cuando los municipios vivían sin
autonomía, pendientes del capricho de Gobernación. Pero suprimidos los recursos
gubernativos y autónomo, el municipio, el Estatuto puede conducir a un
centralismo regional tan absurdo como el centralismo nacional desaparecido.
En Cataluña la autonomía es un peligro
Después del 6 de
octubre, el problema catalán toma otro matiz forzosamente. Esa fecha es más
importante que el 12 de abril, el 11 de mayo, el 10 de agosto o el 19 de
noviembre. Es un fracaso. Unos dicen que de Cataluña; otros, que de la
Esquerra; otros, que de la autonomía. Cambó ha dicho: «Hay que reconciliar a
los catalanes con la autonomía; hay que convencer a España de que el agravio
del 6 de octubre no fue obra de Cataluña, sino de unos cuantos catalanes».
Bien: pero ¿quién asegura a España que esos catalanes no recobran la
representación de Cataluña? Ellos la tenían, no por concesión graciosa o
coacción centralista, sino por el sufragio. ¿Quién garantiza que el sufragio no
canoniza laicamente a Pérez Farrás en Cataluña o a González Peña en Asturias? Y
aunque la Esquerra se arrepienta. ¿Quién da prenda de su sinceridad y, si la
hay, de su duración? Cambó dice que la historia no se repite. Pero la historia
es una serie indefinida de repeticiones, quizá por lo que el padre Isla ha
dicho de la fiabilidad humana.
La Lliga es tan peligrosa como la Esquerra
Seguirá: No irá el
poder a la Esquerra, sino a la Lliga. Ni entro ni salgo en la profecía, pero
digo que la autonomía política en manos de la Lliga me inspira tanto temor como
en manos de la Esquerra. La Lliga ha forjado el recelo antiespañol que vive
Cataluña. La Lliga ha convivido y acompañado a los nacionalistas vascos, cuyo
evangelista es Sabino Arana, que ha escrito páginas inmundas de odio a España y
de deseo de su muerte y destrucción. La Lliga calló durante el verano de 1934,
aunque todos conocíamos—todos, menos Samper—los manejos subversivos de la
Esquerra.
La Lliga practica la
teoría de los hechos consumados. Ello la llevó a sumarse el 15, de abril, y la
impulsaría al gesto contrario si hubiese lugar algún día. Y si hubiese
triunfado el 6 de octubre la subversión secesionista, la habría obligado a
acatarla, cosa de la que no serían capaces—concluye el orador—ninguno de los
que me escucháis.
Por eso hacen falta
actitudes netas. Del 5 al 6 de octubre media un abismo. Hoy no se puede hablar
de la autonomía política, como antes de dicha fecha. Nosotros fuimos apuestos
al Estatuto; impugnamos su aplicación; negamos el voto de confianza a Samper—en
julio de 1934, voto que le dieron con error bien probado otras fuerzas de
derecha; hemos combatido la ley de 2 de enero, por insuficiente, y hemos
censurado la política de represión reflejada en indultos y ejecuciones, entre
sí contradictorios. Nosotros decimos que el problema catalán no logrará así
curación. El Estatuto es un vehículo de desintegración. Es un «auto» lanzado
por rampa encerada, que cada vez toma más velocidad y concluye en el
separatismo.
Yo prefiero el
separatista franco al embozado. Acabo de leer un boletín del Bloque escolar
nacionalista. Bajo la estrella solitaria, proclama sin ambages, como ideal a
conseguir, la independencia catalana. Esos estudiantes serán probablemente
hijos de burgueses de la Lliga. No es posible sembrar un morbo y luego
controlar su expansión. La autonomía política conduce al secesionismo. Como ha
ocurrido en Irlanda.
Hay que abandonar localismos para combatir al enemigo común
Pido a los catalanes
sensatos una tregua en su particularismo. El mundo padece el mal de la
atomización. Los Estados microscópicos modernos quitaron a Europa su autoridad
moral. Con el particularismo habría fracasado nuestra unidad. Si los Reyes
Católicos hubiesen convivido con Sabino Arana o Maciá, o los decapitan o no
conquistan Granada, ni descubren América. Cuando el enemigo común acecha nuestras
puertas para robarnos la santidad del hogar, el patrimonio ganado y la misma
dignidad, es torpe y aun criminal entretenerse en localismos enanos cimentados
sobre interpretaciones históricas falseadas. Hay que salvar a España, y
Cataluña debe aprestarse a ello. Cataluña, «cielo claro, tierra jocunda, mar
alegre»; Cataluña, patria del seny, lucidez de espíritu, virtud del trabajo;
Cataluña, idioma musical y egregio, tradición, vibrante florón predilecto de
las Españas, debe aportar su esfuerzo al puesto de honor de la brecha: su voz,
sus brazos, su corazón, su cerebro, con cariño, con hegemonía, inclusive, que
todo lo aceptamos, si es para servir a España. Porque España en ruinas,
Cataluña será puro escombro, y Cataluña destruida, será la ruina de España.
Al terminar el señor
Calvo Sotelo, las ovaciones se repiten incesantemente. Antes de salir, el señor
Calvo Sotelo y el señor Serrano Jover fueron saludados por numerosas comisiones
de afiliados a «Derecha de Cataluña» y al tradicionalismo, de Gerona, Barcelona,
Lérida, Villanueva y Geltrú, Sitges, Vich, Granollers, Arenys del Mar y otra
infinidad de poblaciones que en número crecidísimo habían concurrido al acto
Los ferrocarriles catalanes y la Compañía de M. Z. A. habían organizado
servicios especiales para los concurrentes.
Banquete en honor de los oradores
Al terminar el mitin,
una gran parte de los asistentes se trasladó a la amplia nave de una fábrica
tarrasense, donde se había dispuesto el banquete.
Al cual, excelentemente
servido, concurrieron más de mil comensales. Al final del mismo, hicieron uso
de la palabra un representante de «Derecha de Cataluña», de Tarrasa, el señor
Matalonga; otro de Barcelona, el señor Joaniquet, y a continuación se levantó
el diputado tradicionalista señor Bau, que hizo un discurso felicísimo de
palabra y de concepto, haciendo un elogio de la cordialidad entre los afines y
señalando su compenetración con el «Bloque Nacional». Fue aplaudido
calurosísimamente, y saludado con numerosos vivas al tradicionalismo, al Bloque
y a Derecha de Cataluña.
A continuación,
hablaron nuevamente el señor Sala, don Alfredo Serrano Jover y don José Calvo
Sotelo, para agradecer el agasajo y proclamar su fe en el triunfo de las ideas
que el Bloque Nacional h a venido a sembrar por todas las tierras de España.
En el local, que había
sido adornado con gusto y en cuyo testero principal campeaba una monumental
inscripción en la que se leía: «El Bloque Nacional salvará a España», se había
montado una instalación de altavoces imprescindible, dadas las dimensiones del
local y la Inmensa concurrencia de comensales.
Al terminar los
discursos, el orfeón de la Juventud Tradicionalista, de Tarrasa, cantó algunos
himnos que fueron aplaudidos por toda la concurrencia con el mayor entusiasmo.
En Barcelona
Mediada la tarde, se
organizó nuevamente la caravana automovilista, encaminándose a Barcelona, donde
los señores Calvo Sotelo y Serrano Jover visitaron las oficinas centrales de
«Derecha de Cataluña», donde les esperaba numeroso público, al que hubieron de
dirigir breves palabras de salutación, después de lo cual se trasladaron a la
calle de Séneca, núm. 15, donde inauguraron los nuevos locales de «Derecha de
Cataluña», correspondientes al distrito octavo.
Hicieron uso de la
palabra, la señorita María Flaquer, que dirigió en términos elocuentísimos un
saludo a los directivos de Renovación Española, contestando luego los señores
Serrano Jover y Calvo Sotelo en breves palabras, que produjeron fervoroso
entusiasmo de la concurrencia que rebosaba de todos los salones de la casa.
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