sábado, 19 de mayo de 2018

Ahora (Madrid). 7/2/1935, página 10.


BARCELONA, 6. — Ante numeroso público tuvo lugar esta mañana, en la Sección segunda de la Audiencia, la vista de la causa seguida contra José Ruiz y Carmen Pardo, acusado el primero de un delito de robo en la persona de un cobrador de Tarrasa, a la salida de un Banco de la calle de Fontanella, y la segunda, de encubridora.

El procesado manifestó que iba a contraer matrimonio con Carmen nueve días después del de autos, y a que tenía una hija con ella. Añadió que el 30 de Junio, cuando acompañaba a su novia al Conservatorio del Liceo, donde estudiaba, le dijo ésta que debía examinarse aquel día y necesitaba ciento veinticinco pesetas para pagar la matrícula, pues, de lo contrario, perdería el curso. Ella contestó que le llevaría el dinero, fuese como fuese, y, al efecto, se dirigió a un Banco de la calle de Fontanella, donde concibió la idea que inmediatamente puso en práctica.

Se dirigió a la vía Layetana y avisó a unos guardias, requiriéndoles para que se personaran en el Banco Hispanoamericano, donde había un falsificador que debía cobrar una importante cantidad, y al que deberían detener. Para dar más fuerza a sus afirmaciones, el procesado dijo a los guardias que era confidente del entonces jefe superior de Policía, señor Badía. Los representantes de la autoridad obedecieron y se situaron a la puerta del Banco, procediendo a la detención del cobrador de "Manufacturas Textiles, S. A.", de Tarrasa, cuando éste salía del establecimiento. El procesado le sustrajo del bolsillo de la americana una cartera con 30.000 pesetas y 8.150 que acababa de cobrar, y, ya en poder del dinero, se dirigió con los guardias y el detenido a la Jefatura de Policía, de donde desapareció por una puerta lateral. Después fue a buscar a su novia, entregándole el dinero.

Al ser detenido confesó su delito. Carmen Pardo manifestó que necesitaba el dinero y que sabiendo que el que iba a ser su marido podría proporcionárselo, y a que le había dicho que ganaba la vida holgadamente, se lo pidió.

Al entregarle aquél la cartera con el dinero robado, le preguntó de dónde procedía, contestándole José que lo guardara y que por la noche se enteraría por los periódicos. Añadió que pagó la matrícula del Conservatorio y compró algunas ropas, invirtiendo en total 629 pesetas. Al ser detenida entregó el resto de la suma robada, presentando una carta del procesado, en la que dice que se gana muy bien la vida, con un sueldo respetable para poder mantenerla. Declaró después el perjudicado Baltasar Serrano, que relató los hechos en la forma indicada.

A continuación, lo hicieron los guardias que intervinieron en el suceso, que coincidieron en la narración del mismo con lo que queda expuesto.

El fiscal modificó sus conclusiones, en el sentido de estimar el hecho constitutivo de un delito de robo a mano armada. Pidió seis años de prisión para José y dos meses y un día para Carmen, como encubridora. El defensor alegó que se trataba de un delito de estafa y a que previamente hubo engaño, al decirse el procesado confidente del Jefe superior, y pidió que se impusiera a su patrocinado la pena de seis meses y un día de prisión.

El defensor de Carmen sostuvo la inocencia de ésta, pidiendo la absolución o que se impusiera una multa por encubridora.

La vista quedó conclusa para sentencia.


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