BARCELONA, 6. — Ante
numeroso público tuvo lugar esta mañana, en la Sección segunda de la Audiencia,
la vista de la causa seguida contra José Ruiz y Carmen Pardo, acusado el
primero de un delito de robo en la persona de un cobrador de Tarrasa, a la
salida de un Banco de la calle de Fontanella, y la segunda, de encubridora.
El procesado manifestó
que iba a contraer matrimonio con Carmen nueve días después del de autos, y a
que tenía una hija con ella. Añadió que el 30 de Junio, cuando acompañaba a su
novia al Conservatorio del Liceo, donde estudiaba, le dijo ésta que debía
examinarse aquel día y necesitaba ciento veinticinco pesetas para pagar la
matrícula, pues, de lo contrario, perdería el curso. Ella contestó que le
llevaría el dinero, fuese como fuese, y, al efecto, se dirigió a un Banco de la
calle de Fontanella, donde concibió la idea que inmediatamente puso en práctica.
Se dirigió a la vía
Layetana y avisó a unos guardias, requiriéndoles para que se personaran en el
Banco Hispanoamericano, donde había un falsificador que debía cobrar una
importante cantidad, y al que deberían detener. Para dar más fuerza a sus
afirmaciones, el procesado dijo a los guardias que era confidente del entonces
jefe superior de Policía, señor Badía. Los representantes de la autoridad
obedecieron y se situaron a la puerta del Banco, procediendo a la detención del
cobrador de "Manufacturas Textiles, S. A.", de Tarrasa, cuando éste
salía del establecimiento. El procesado le sustrajo del bolsillo de la
americana una cartera con 30.000 pesetas y 8.150 que acababa de cobrar, y, ya
en poder del dinero, se dirigió con los guardias y el detenido a la Jefatura de
Policía, de donde desapareció por una puerta lateral. Después fue a buscar a su
novia, entregándole el dinero.
Al ser detenido confesó
su delito. Carmen Pardo manifestó que necesitaba el dinero y que sabiendo que
el que iba a ser su marido podría proporcionárselo, y a que le había dicho que
ganaba la vida holgadamente, se lo pidió.
Al entregarle aquél la
cartera con el dinero robado, le preguntó de dónde procedía, contestándole José
que lo guardara y que por la noche se enteraría por los periódicos. Añadió que
pagó la matrícula del Conservatorio y compró algunas ropas, invirtiendo en
total 629 pesetas. Al ser detenida entregó el resto de la suma robada,
presentando una carta del procesado, en la que dice que se gana muy bien la
vida, con un sueldo respetable para poder mantenerla. Declaró después el
perjudicado Baltasar Serrano, que relató los hechos en la forma indicada.
A continuación, lo
hicieron los guardias que intervinieron en el suceso, que coincidieron en la
narración del mismo con lo que queda expuesto.
El fiscal modificó sus
conclusiones, en el sentido de estimar el hecho constitutivo de un delito de
robo a mano armada. Pidió seis años de prisión para José y dos meses y un día
para Carmen, como encubridora. El defensor alegó que se trataba de un delito de
estafa y a que previamente hubo engaño, al decirse el procesado confidente del
Jefe superior, y pidió que se impusiera a su patrocinado la pena de seis meses
y un día de prisión.
El defensor de Carmen
sostuvo la inocencia de ésta, pidiendo la absolución o que se impusiera una
multa por encubridora.
La vista quedó conclusa
para sentencia.
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