martes, 29 de mayo de 2018

La Nación (Madrid). 12/2/1935, página 1.


A RAJATABLA

Ni pizca de benevolencia frente separatismo

En un acto público celebrado en Tarrasa, el señor Cambó ha puesto de relieve, una vez más, la tontería del "hecho diferencial".

Los partidos nacionales, es decir, los partidos de sentido español, no tienen que hacer nada—a juicio del señor Cambó—en Cataluña, "porque los que no son de la familia" no deben perturbar la casa ajena.

Formular, después de los sucesos de octubre, una declaración semejante, se nos antoja un baldón de ignominia, lanzado sobre el recuerdo gloriosa de los soldados leales que cayeron la noche del 6 de octubre en la histórica plaza de San Jaime.

A nosotros no nos sorprende nada que venga del separatismo, franco o encubierto. Pero ¿es que las autoridades españolas van a consentir, como antes, una propaganda que condujo, cuando la realizaba la Esquerra, a los dolorosos resultados que ya conocemos?

Se necesita, para tolerar esa campaña, que viene a reverdecer los mejores tiempos de la Lliga, que el Estado, y en su nombre, el Gobierno, tenga una decidida vocación al suicidio. Que se niegue a los partidos nacionales el derecho a intervenir en Cataluña, nos parece monstruoso, y que se permita divulgarlo, nos parece inconcebible, porque nada similar se toleraría en ninguna parte del mundo.

Frente a las audacias del separatismo, que retoña porque no se le aplicaron los castigos debidos, levantamos nuestra voz de alarma y de protesta. Porque para un separatista no tenemos piedad ni aun siquiera consideración personal. Como al señor Cambó no se le erigió en beneficiario de la rebeldía de la Esquerra, el señor Cambó torna a sus pretéritas predicaciones, ¡parece increíble, en un hombre de su talento y de su experiencia, que ha gobernado para España, sin atreverse a abordar desde el Poder una cuestión como ésta, que ofende los sentimientos españoles!

Creemos llegada la hora de que se ponga término a situaciones que permitan tales propagandas. El señor Cambó dijo que el régimen provisional es el estuche en que se conserva la autonomía de Cataluña. Pues bien; rómpase el estuche y declárese de una vez que jamás, jamás ninguna región española volverá a tener instituciones políticas que quebranten la unidad del Estado y se presten a tan vergonzosos episodios como los del ridículo alzamiento en pro del Estat Catalá.

Así, a rajatabla.

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