Un discurso del Sr. Cambó
BARCELONA 11 (11
m.). — Ayer, en Tarrasa, con motivo de
la inauguración del local de la Juventud Escolar de Lliga Catalana, se celebró
un acto en el que, después de hablar varios representantes de la Lliga, el Sr.
Cambó pronunció un largo discurso.
Dijo que vivimos bajo
una constelación revolucionaria aun sin cerrar y que el país se halla bajo un
régimen de anestesia. Agregó que ya en el Palau de la Música Catalana anunció
que, si el movimiento que proyectaban los socialistas llegaba a estallar, la
Lliga estaría al lado del Poder, fuese quien fuese quien lo ocupase.
—Cumplimos la promesa
de estar al lado del Poder, y por eso tenemos derecho a pedirle cuentas y a
preguntarte: ¿Qué has hecho de la confianza que te dimos?
Dice que cuando viene
un estallido revolucionario, el Gobierno tiene que reprimir la subversión
violenta, y después de la represión deba actuar la política, encaminada a
impedir que una nueva subversión se vuelva a producir.
—Han pagado cuatro
meses, y desgraciadamente la tranquilidad no ha vuelto a los espíritus.
Ante el problema de
Cataluña, ¿cuál fue la actuación del Gobierno? La más lamentable. El jefe del
Gobierno, que ha de conservar: el máximo prestigio, proclamó en el Parlamento
que mantendría íntegramente el Estatuto de Cataluña y que no consentiría nunca
que fuese revisado sino por el camino de la ley constitucional. A las
veinticuatro horas de esta declaración, ante una coacción, que un gobernante no
ha de admitir nunca si quiere mantener su prestigio, obligaba a los hombres de
su partido a que presentarán enmiendas que destruían las promesas del día
antes.
El jefe de la Ceda,
días antes, no oponía más que una enmienda al proyecto del Estatuto, esto es,
que el acuerdo de convocatoria de elecciones en Cataluña lo tomara el
Parlamento en vez del Gobierno.
Unos días después, por
el peligro de que partidos enemigos suyos le hicieran una campaña por falta de
celo patriótico, creía servir a su partido y a su prestigio faltando a las
propias convicciones, a la palabra dada, y agraviando a Cataluña, porque la.
modificación que se exigía de la ley venia a significar una declaración de
incapacidad para todo el pueblo catalán, que había estado ausente de los hechos
del 6 de octubre.
Después se refiere el
Sr. Cambó a. la solución de la crisis, y dice:
—No hay derecho, cuando
el país está en peligro, a tener a España esperando cuatro semanas para llegar
al resultado de que los que habían promovido la crisis carecían de razón para
provocarla y les faltaba energía para exigir la solución que les dictara su
conciencia.
Muchos espíritus
simplistas quizá crean que una dictadura militar puede ser una solución para
mantener la paz en España ante el malestar existente. La paz mantenida por las
bayonetas quiere decir que no hay confianza, en la paz mantenida por un impulso
patriótico. Sostener la vicia por medio de inyecciones a un enfermo quiere
decir que se desconfía que el corazón y las arterias puedan, funcionar con la
normalidad que asegura la vida. (Grandes aplausos.)
Se está creando, por
deficiencias del Gobierno, un ambiente parecido al del año 1923. Es preciso que
todos recordemos lo que costó la liquidación de la Dictadura. Si se implantara
otra, la liquidación seria cien veces más cara.
Luego, refiriéndose al
viaje a Barcelona del Sr. Gil Robles, dice:
—Me causa tristeza que
vengan hombres, que tienen un perfecto derecho a ello, a Cataluña a contemplar
el espectáculo, vergonzoso para nosotros, de catalanes que en estos momentos de
tristeza de Cataluña no piensan más que en rebajarse ante aquellos que creen
que les pueden dar un acta, que les pueden dar una credencial, que les pueden
satisfacer una vanidad de cualquier clase. (Gran ovación.)
Yo encuentro doloroso
que existan hombres, cuya honestidad yo proclamo, que no experimenten la
vergüenza de la falta de honestidad política de los que los llaman. No hay
derecho a aprovechar la locura de la Esquerra del 6 de octubre, para venir aquí
a proclamar la Incapacidad de Cataluña y para que se quiera manchar al
catalanismo con una nota de infamia. En momentos de alegría, todos son bien
recibidos en una casa; en momentos de pena y de dolor, que son los actuales
para Cataluña, los que no son de la familia han de procurar no perturbar los
dolores íntimos de esta casa. (Gran ovación. El público, puesto en pie,
vitorea.)
¿Es que cree el Sr. Gil
Robles que es obra de mayor patriotismo abandonar los intereses materiales de
las provincias en las que no se puede vivir y han de emigrar, que actuar como
actúan los catalanistas, cuidando nuestra riqueza por que haya el mayor
bienestar y a la vez sea posible remediar la miseria de los habitantes de
aquellas provincias cuyos dirigentes las tienen totalmente abandonadas?
Habla después de las
naciones hispánicas.
Habla luego de las
naciones acerca de si se llevará a cabo una solidaridad en Cataluña entre la
Esquerra y la Lliga, y dice:
—No se hagan nuestros
enemigos esta dulce ilusión. La Esquerra hará su camino; nosotros, el nuestro.
Y desearemos que la Esquerra y la Lliga y todos los demás partidos catalanes
puedan coincidir en todo lo que signifiquen intereses espirituales y materiales
de Cataluña.
El Sr. Cambó fue muy
aplaudido.
(Febus.)
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