Se han celebrado con gran brillantez y enorme concurrencia
las fiestas conmemorativas del 14 de abril, siendo de subrayar las de carácter
popular, donde el entusiasmo puso de manifiesto la profunda fe republicana del
pueblo.
La fiesta infantil que se celebró en el teatro Recreo obtuvo
un éxito que sobrepasó a todo cálculo. La grandiosa sala hallábase mucho antes
de dar principio al espectáculo abarrotada de gente menuda, acumulándose la
multitud, después de acomodarse a los niños, por todas partes y a la llegada de
las autoridades, acompañadas de la banda municipal, aquella multitud ciudadana
a pie firme desbordó su entusiasmo en una gran ovación, entonando el himno
nacional de la República y después el de Cataluña.
En el acto de la colocación de la primera piedra de la
guardería de niños patrocinada por el Comité del sello Pro Infancia,
asistieron, además de las autoridades locales, los consejeros de la Generalidad
señores Gassol y Dencás, los cuales iban acompañados de los miembros del citado
Comité señores Marí y Rocarol. La multitud congregada era de grandes
proporciones, la cual aclamó a los miembros del Gobierno de Cataluña. Hicieron
uso de la palabra para explicar la significación del acto realizado los señores
Domingo Armengol, en representación del Comité local del Segell, Samuel Morera,
alcalde de la ciudad, en nombre de la corporación municipal, un niño de doce
años llamado Juan Llenes, en nombre de los niños y niñas egarenses, y los
consejeros de la Generalidad señores Gassol y Dencás, siendo todos ellos
ovacionados por el gentío allí reunido. Cuando la corporación municipal,
acompañada de la banda municipal, regresó a la Casa Consistorial, toda aquella
entusiasmada multitud quiso seguirles y así se formó una espontánea
manifestación de simpatía a las autoridades republicanas e izquierdistas de la
ciudad y de Cataluña.
Los señores Gassol y Dencás fueron despedidos con grandes
aplausos.
Fue también un éxito el estreno del poema en dos actos de J.
Pons, con música del maestro Ramón Serrat, titulado “El russinyol”.
El poema es una fantasía de buena ley, pero la partitura
escrita por el maestro Serrat es algo de gran calidad. ¡Cuántas obras líricas
quisieran la belleza musical de este poema!
Los autores fueron continuamente aplaudidos y felicitados.
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