lunes, 30 de octubre de 2017

Luz (Madrid. 1932). 30/4/1934, página 8.

La manifestación antifascista de ayer en Cataluña

LLEGADA DE FORASTEROS

Desde las primeras horas de la mañana comenzaron a afluir en trenes especiales procedentes de todas las comarcas de Cataluña miles de personas.

SE ORGANIZA LA MANIFESTACIÓN

A las nueve de la mañana comenzó a llegar la gente al paseo de Colón, donde tenía que organizarse la manifestación antifascista. A las nueve y media era ya imposible dar un paso por dicho vía, y la multitud se desparramaba hasta llegar al Parque de la Ciudadela. La Puerta de la Paz estaba convertida en un hormiguero. En el monumento a Colón se encaramaron buen número de ciudadanos para presenciar el magnífico golpe de vista que ofrecían aquellos lugares. La organización, a pesar del gentío inmenso, se llevó a cabo con todo orden.

A las diez y media se puso en marcha la comitiva. La Vía Layetana estaba ya atestada de gente. También se veían repletos los balcones de las casas de esta calle. La manifestación desembocó por la Vía Layetana a las once menos veinte. Abría la marcha una sección de cornetas y tambores de las Juventudes de Esquerra seguida de la bandera d-e uno de los centros de esta organización política. A continuación, iba la presidencia, en la que figuraban los consejeros Gassol y Dencás, el ex alcalde Aguadé, el secretario de la Comisaría General de Orden Público, el ex rector de la Universidad Sr. Serra Hunter, y otras personalidades.

Al pasar la manifestación frente al domicilio del líder de la Lliga Sr. Cambó, los manifestantes prorrumpieron en silbidos y se vitoreó con gran entusiasmo a Cataluña, la República, la Esquerra, y se dieron mueras a la Lliga y al fascismo.

A las once pasaba el grueso de la manifestación ante el edificio que ocupa en la Vía Layetana la Comisaria General, desde el que presenciaban el desfile el comisario, Sr. Coll, el jefe de los servicios y el jefe de la brigada de Investigación Social. Los manifestantes dieron vivas a la Policía catalana y al Sr. Coll.

Seguían a la presidencia las secciones femeninas del Estat Catalá, integradas por dos mil mujeres, portadoras casi todas ellas de ramos de flores. Una iba cubierta con un gorro frigio, y fue objeto de manifestaciones de simpatía al pasar. Se calcula que figuraban en la manifestación 3.000 banderas y gran número de pancartas con dedicatorias alusivas al acto.

Seguían nutridas representaciones de los distritos de la Esquerra de Barcelona y del resto de Cataluña, con banderas y banderines. Centenares de manifestantes iban cogidos de las manos.

En la nutrida representación que llegó de Lérida figuraba la bandera de la Juventud Republicana de dicha, capital e iba al frente de la misma el ex director general de Administración local, Sr. España. A la representación de Lérida seguía la de Valencia, que fue acogida con grandes aplausos. La de Solsona llevaba una pancarta con un dibujo representando un' brazo del que, pendía un garrote, y que decía: "Para combatir el fascismo, no falla".

A continuación, iban nutridas representaciones de los federales de Tarrasa con un cartel que decía: "En Cataluña el fascismo no pasará"; la de Acción Republicana de Cataluña, presidida por el ex ministro D. Luis Nicolau d'Olwer; la del partido catalán proletario. Seguía el voluntario catalán de las guerras coloniales Ramón Fariña, portador de una bandera catalana. La representación de la Unió Socialista de Cataluña iba precedida de una banda de música y la presidían los señores Comorera, Fronjosá y Barjáu. Seguía una representación de desterrados italianos, ante los cuales el público exteriorizó su simpatía, y cerraba la manifestación una representación nutridísima de los rabassaires, pues aparecían varios miles de ellos con sus respectivas banderas. Esta fue la representación más típica, pues en la misma figuraban miles de mujeres con gran número de banderas, de las que pendían flores. Estos manifestantes eran portadores de grandes carteles en los que se leía: "Queremos la reforma agraria", "¡Abajo el fascismo!", "Pedimos la aplicación de la ley de Contratos de cultivos", "Por la libertad", "¡Muera el fascismo!", "Antes que el fascismo, la revolución", "Honorable presidente de Cataluña: la Unión de Rabassaires está a sus órdenes". Desde el paseo de Colón hasta la Gran Vía Layetana estos elementos fueron objeto de una ovación ininterrumpida. Fue acogido con grandes risotadas otro cartel que llevaban los rabassaires, en el que se leía: "Las armas de Rahola", y del que pendían una escopeta y una pistola de juguete.


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