Una visión clara
Entre todos los comentarios sobre la cuestión
agraria catalana resalta, por su objetividad y conocimiento del tema, un artículo
de Federico Urales publicado en “La Revista Blanca” del 22 de junio. Dice
Erales: “Así como el antiguo propietario se fue a la ciudad a ejercer una
industria o una carrera, o a vivir sin trabajar mientras otros labraban sus
tierras, en este momento el actual arrendatario de la tierra se ha convertido
en negociante, y se va a Reus, Valls, Vendrell, Villafranca, Igualada, Tarrasa,
Lérida, Figueras, Gerona o Barcelona a negociar, mientras otros trabajan la tierra.
que ellos llevan a partir o en arrendamiento.” Y añade el articulista muy
juntamente: “Esto es la verdad, y lo demás, política.” O lo que es igual:
histrionismo.
Hay un litigio entre la política dominante en
Cataluña y la política dominante en el Tribunal de Garantías; O sea, entre
Companys, Azaña y los socialistas contra Cambó y sus afines. Política, nada más
que política. Esta se distingue por desarrollarse a puerta cerrada. Se da el
caso extraordinario de que por los periódicos oficiosos—lo son todos ahora en
Cataluña— no se conque saber más que el número de alegres visitas de
desocupados que acuden a la Generalidad y el tiempo que hace. Pero se sabe todo
lo gordo que no pasará; todo lo gordo, que se propaga cuchicheando espumas para
ocultar los términos reales del problema. El que se fija en la espuma contribuye
a enturbiar las cosas, que son claras, pero están sacrificadas a la medida.
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