Mitin de la Unió de Rabassaires en Tarrasa
En la Casa del Pueblo de Tarrasa
se celebró el domingo el anunciado mitin organizado por la Unió de Rabassaires
de Catalunya.
Para asistir al acto se
trasladaron a Tarrasa nutridas representaciones de las Asociaciones de
Rabassaires de todas las poblaciones de la comarca del Vallés. El local se
llenó por completo.
A las once en punto de la mañana abrió
la asamblea don Enrique Torres, presidente del Sindicato de la Unió de
Rabassaires de Terrassa quien explicó el objeto del acto, que era el de fijar
posiciones y dar orientaciones ante la inminente aprobación de la ley sobre los
conflictos derivados de los contratos de cultivo.
A continuación, habló don Ramón
Mas, en representación del Comité central de la Unió de Rabassaires, quien se
refirió a la intervención judicial en los pleitos creados en el reparto de las
ventas de las cosechas, y manifestó que no era nada extraño que la burocracia
encargada de administrar justicia diese la razón a los propietarios, porque era
aún en su totalidad un organismo desafecto al régimen.
El diputado al Parlamento catalán
don Martín Rouret dijo, entre otras cosas, que el acto que se celebraba probada
que los hombres de Esquerra Republicana tienen por principio ineludible de su
actuación el cumplimento de la palabra dada, y que en la reunión tenía por
principal objeto ponerse de acuerdo para que los rabassaires sepan cómo han de
cumplir unas leyes que, interpretación de unos anhelos hace tiempo sentidos iba
estructurando el Parlamento de Cataluña.
Acto seguido hizo uso de la
palabra el presidente de la Comisión Agraria en el Parlamento de Cataluña, don
Manuel Galés.
Inició su discurso explicando el
alcance de las dos leyes agrarias que se propone estructurar el Parlamento
Catalán.
La ley dicha de solución de los
conflictos derivados por los contratos de cultivos, y la ley “grande”, o sea la
definitiva.
La primera significa – manifestó
– la ratificación de la actuación de los rabassaires para salir de la situación
injusta y vergonzante, que es la cosa más revolucionaria que se ha realizado
desde la proclamación de la República. Esto se ha hecho aprovechando la rendija
que dejaba la antigua legislación que en mala condición ponía al hombre del
campo.
Finalmente dirigió la palabra a
los reunidos el diputado a Cortes y miembro directivo de la Unió de Rabassaires
de Catalunya, el señor Aragay, quien dijo que, si bien a los reunidos les era
un sacrificio asistir a los actos como el que se estaba celebrando, abandonando
por unos momentos los trabajos del campo, que recordasen también que lo que se
trata es de salvar la cosecha de este año y de todos los años futuros.
Afirmó que lo que se iba a hacer
no era crear nuevos propietarios de la tierra, sino un nuevo sistema de
propiedad, un nuevo derecho de trabajo y de gozar de los beneficios de éste.
Después de otras consideraciones,
el señor Aragay dijo que al enarbolar la bandera catalana era preciso hacerlo
con el máximo sentido de justicia social y que los rabassaires no debían dar su
adhesión condicional a ningún partido, por el contrario, una adhesión
condicional al cumplimiento de los principios democráticos y sociales.
Todos los oradores fueron muy
aplaudidos.
El acto, que fue presidido por
los oradores citados, terminó minutos después de la una de la tarde.
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