En Tarrasa (Barcelona).
Cuando se
dirigía al (Cuartel el guardia civil D. José González Aguilar, le salió al paso
un grupo de 15 hombres, gritándole "manos arriba" y apuntándole con
pistolas. El bizarro guardia, sin arredrarse, empuñó su pistola y disparó
contra aquellos, matando a uno e hiriendo a otro. Los restantes huyeron a la
desbandada, pero sin dejar de hacer fuego contra su adversario, que bien pudo
decir "las balas respetan a los valientes", pues resultó
milagrosamente ileso.
La casa cuartel
fué tiroteada por otros grupos. Los guardias repelieron la agresión,
persiguieron a los revolucionarios y les ocuparon 12 bombas, dos carabinas y
gran cantidad de municiones. Se practicaron algunas detenciones.
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