lunes, 30 de julio de 2018

La Vanguardia, Edición del martes, 09 abril 1935, página 25


Conferencia de don Víctor Pradera

En el teatro Principal tuvo efecto ayer por la mañana la anunciada conferencia del vocal del Tribunal de Garantías, don Víctor Pradera sobre el tema: «La verdadera Cataluña». El acto fue organizado por el Bloque Nacional de Derechas de Tarrasa.

El local se vio lleno a rebosar, figurando entre la concurrencia numerosas señoras.

Don Alfonso Sala hizo la presentación del orador y explicó el alcance del acto. Seguidamente se levantó a hablar don Víctor Pradera cuya presencia fue acogida con calurosos aplausos por los concurrentes, puestos en pie.

Acalladas las muestras de entusiasmo, el conferenciante, después de agradecer las palabras de afecto que le ha dedicado el señor Sala, dice que no se le oculta la indiscreción que representa su intervención en la actuación política de una región, pero lo hago — añade — en la creencia de que defiendo intereses que nos son comunes a todos los españoles. Refuta las palabras del señor Cambó de que los no catalanes vienen a Cataluña, al efectuar sus propagandas políticas, en plan de colonizadores y estima que el señor Cambó carece de autoridad para decirlo porque su partido ha intervenido, interviene y quiere intervenir en la política española.

El conferenciante relata que hace años, en ocasión en que el señor Cambó se encontraba en Vasconia efectuando una campaña de propaganda regionalista, éste no encontró otra barrera que una invitación del orador a una controversia que el líder catalanista no aceptó. Ahora no tiene más derecho — agrega — que el de pasarme una invitación igual. Él ha reconocido la existencia de una realidad hispánica y de una solidaridad entre Cataluña y el resto de España. Por esto yo puedo hablar de cosas generales de España y de Cataluña en relación con el resto de la madre patria, siempre dentro del respeto que merecen todas las políticas y todas las ideas. (Aplausos.)

El señor Pradera pasa después a analizar históricamente Cataluña y España. Hace una apología de lo que representa la región y se refiere a los hechos históricos como supremo distintivo de los pueblos. Es en el conjunto de aquéllos donde se plasma la característica peculiar que informa su tradición. Ya en la época de la dominación romana — prosigue diciendo el conferenciante — Cataluña tenía una personalidad, pero conjunta a la unidad Ibérica, por lo que siempre ésta región ha marchado unida a las demás.

El disertante se extiende en disquisiciones históricas, a través de diversos períodos, para demostrar que Cataluña ha querido ser siempre española. Recuerda que los «usatges» de Berenguer el Grande fueron tomados de la ley española y que la familia de los Berenguer era, además, marqueses de España. Se refiere después a la Federación Catalano-Aragonesa, afirmando que dicha unión no podía romperse, como se demuestra en el hecho de que en los momentos históricos decisivos se encontraron luchando juntos Castilla, Aragón y Cataluña. Con este motivo entona un canto a la unión de los pueblos hispánicos, que es subrayado por el público con una fuerte ovación.

Señala que, a su juicio, hay dos fechas que causan indignación a los escritores nacionalistas catalanes y vascos. Son éstas: el 1.700 y el 1.703. Dice que Cataluña se levantó al grito de viva el Rey y muera el Gobierno, y que después del; 1.700, Cataluña no defendió al príncipe francés, sino que combatió al lado del príncipe de Austria. lo que significaba que el afecto de Cataluña era para los pueblos de aquende el Pirineo. Recuerda luego que la oferta de la Convención francesa fue rechazada por Cataluña

No obstante, debemos reconocer — sigue diciendo — que este hombre que tantas equivocaciones ha tenido en la política española, tuvo razón al declarar que la unión de España era un hecho definitivo. No como patriota ni como catalán, sino con la Trinidad de un contable de una casa de comercio afirmaba que Cataluña no podía ser independiente, que había de ser española o francesa, y que, por lo tanto, había de ser una Cataluña española.

Pregunta si Cataluña puede ser independiente porque ha de ser nación, y afirma que esto se ha dicho para crear un equívoco que se aprovechó con fines políticos.

Habla luego de la formación de la familia y de la transformación de ésta en municipio, regiones y nación, para hablar después de lo que es la nación española, agregando que, si Cataluña, Aragón y Navarra fueron independientes, también lo fueron la región, el municipio y la familia, diciendo que, si volviésemos al origen de la constitución de la sociedad, Cataluña carecería de personalidad.

Se refiere a continuación al idioma, afirmando que el castellano es un idioma catalán porque nació en Cataluña al mismo tiempo que en Vasconia y dice que la última región española en la que los reyes obligaron a sus vasallos a hablar el castellano fue Castilla. Se ocupa de la unidad castellano aragonesa al final del siglo XV y dice que el primer documento escrito en castellano antes de que los reyes lo impusieran a sus súbditos fue redactado por don Jaime el Conquistador. Da lectura a dicho documento en el lenguaje original que lleva fecha de febrero de 1231. Esto es — agrega — una afirmación de que el sentimiento regional empujaba a unas regiones hacia las otras.

Los que dicen — añade — que Castilla ha querido imponer su idioma a Cataluña están equivocados. Cataluña tiene la gloria de haber dado a España su bandera y su idioma y por esto Cataluña no puede separarse de España. La lengua no es una marca de esclavo. Si así fuese, ¿qué se diría de la lengua latina? La lengua es un beneficio, y así lo estimaba Cataluña que, en sus conquistas por Nápoles, Sicilia y Grecia, llevaba con su civilización el idioma. En Nápoles, las lenguas oficiales eran el catalán y el castellano y en Atenas recientemente han sido descubiertas actas redactadas en catalán.

Afirma que Cataluña no es nación, pero que por el hecho de haber tenido vida propia puede llamarse nacionalidad y tiene derecho a un Gobierno propio, a sus fueros y derechos que fueron expresión de su vida interna y que no le fueron impuestos por nadie extraño. Agrega que Cataluña cometió un error pidiendo el Estatuto, porque mientras pedía al Gobierno una cosa que se le otorgaba, tenía el derecho a exigir una casa propia: los Derechos y los Fueros, que no se los dio nadie, sino que fueron creados por las propias regiones.

Termina refiriéndose a las relaciones de Cataluña con el resto de España, entendiendo que debe existir un órgano de unidad y diciendo que hay, que salvar la Cataluña tradicional, salvando a la par el sentimiento ancestral patriótico español complemento indispensable del patriotismo catalán. Cataluña será tan catalana como sea española, y España será tan española como ame a Cataluña

El señor Pradera fue largamente aplaudido al terminar su disertación y en ocasión de algunos períodos de la misma.

Terminado el acto el señor Pradera fue obsequiado con un banquete qué se celebró en el Casino.

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