El Sol (Madrid. 1917). 9/2/1936, página 9.

Dos empleados de una casa comercial son obligados por unos atracadores a entrar en un *'taxi", donde son desvalijados

Se llevan éstos 5.698 pesetas, destinadas para el pago de unos jornales

BARCELONA 8 (5,45 t.). — Esta tarde se ha tenido conocimiento en Barcelona de un atraco cometido por la mañana en Tarrasa.

Según parece, los hechos han ocurrido en la siguiente forma:

En las primeras horas de esta mañana, al pasar por la calle de la Igualdad, de Tarrasa, Luis Ballvé, de cincuenta y nueve años, y Esteban Humet, de diecisiete, dependientes de la firma comercial Humet Hermanos, llevando el Importe de los jornales semanales correspondientes a los obreros que trabajan en una fábrica de dicha firma, les cortó el paso un Individuo bien vestido, que los obligó a entrar en un "taxi" que estaba parado en la mencionada calle. Iban a hacer resistencia, pero desistieron de ello al ver que otro sujeto los amenazaba con un arma corta. Inmediatamente el vehículo se puso en marcha, con dirección a Sabadell y Barcelona, llevando a los atracadores y atracados.

Aquéllos obligaron a éstos durante el trayecto a que les entregaran el dinero que llevasen, y que ascendía a 5.698 pesetas.

Al pasar el automóvil por Martorell se detuvo y fue abastecido de gasolina, continuando su marcha después de abonar el importe los atracadores.

Al llegar a la avenida del Catorce de Abril, en Barcelona, los atracadores obligaron a sus víctimas a que descendiesen del vehículo y ordenaron al "chauffeur" que continuara.

Los atracados se dirigieron a la Delegación de Policía inmediata y denunciaron el hecho. Cuando lo estaban efectuando se presentó en la Delegación de Orden público el "chauffeur" Manuel Cortina, que conduce un "taxi" en el pueblo de Molins de Rey. Es el conductor del "auto" utilizado por los atracadores. Ha manifestado que en Molins de Rey dos individuos lo requirieron para que los llevase a la barriada de San Andrés de la Barca. En la carretera lo encañonaron para que siguiese hasta Tarrasa. Su propósito fue pedir auxilio; pero no lo hizo temeroso de que los ocupantes lo matasen. Ha añadido que, al abandonar el vehículo, los atracadores le obligaron a viva fuerza a que tomase cincuenta pesetas como pago del alquiler del "auto". Cortina ha hecho entrega de esta cantidad en la Delegación.