viernes, 9 de febrero de 2018

El Diluvio, Edición del domingo 9 de septiembre 1934, página 19

Los obreros de la razón social Ezeizabarrena Hermanos dedicada a la fabricación de géneros de punto, hace unos días se declararon en huelga de brazos caídos como protesta de ciertas disposiciones decretadas por la Dirección de la casa.

Después de laboriosas gestiones en las que intervinieron las autoridades locales, se llegó a un acuerdo quedando solucionado el conflicto y reanudándose inmediatamente el trabajo.

Los jóvenes llamados Camilo Villar y Soler y Oscar Gómez Solera discutían en tono mayor en la calle de Watt a altas horas de la noche. Sobre la inconveniencia de tal proceder, les llamó la atención el vigilante nocturno Ramón Agulló, insolentándose contra su autoridad y agrediéndole. Le produjeron varias heridas contusas en diversas partes del cuerpo.

Detenidos inmediatamente por otros vigilantes que acudieron en socorro de su compañero fueron conducidos a la Comandancia municipal y de allí pasaron a la Comisaría local de policía, donde prestaron declaración.

Al día siguiente, juntamente con la denuncia, fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción quien ha ordenado el ingreso a la cárcel de los dos jóvenes.

Antonia Comodos que junto con su esposo vive en la calle de Antonino Pío, número 173, hubo de ser convenientemente asistida en el Dispensario municipal de varias heridas contusas en el cuerpo debidas a un exceso de cariño del marido, el cual le hizo afrenda de una formidable paliza.

José Plans, que guiaba una moto de su propiedad, fue a caer en plena calle, chocando contra la acera evitando estrellarse contra un carro que se atravesó en la misma vía.

Como consecuencia del choque se produjo fuertes heridas, de las cuales fue auxiliado en el Dispensario municipal, trasladándolo seguidamente a su domicilio.


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