jueves, 21 de junio de 2018

Ahora (Madrid). 8/3/1935, página 10.


BARCELONA, 7. — Esta mañana se vio un Consejo de guerra contra Luis Martínez y José Pagés, acusados de haber coaccionado a los obreros de la fábrica Fontanals, de Tarrasa, para que no entraran al trabajo, contraviniendo así lo dispuesto en el bando de declaración del estado de guerra, dictado durante los sucesos de octubre. El fiscal pidió que se impusiera a cada uno de los procesados la pena de dos meses de arresto y trescientas pesetas de multa, y el defensor, la absolución. Parece que la sentencia es absolutoria.

También se vio otro Consejo de guerra contra Martin Sanahuja, Isidro Deu, Manuel Marqués, Cándido González y Antonio Pujol; los cuatro primeros, guardias de Seguridad, y el último, chofer del mismo Cuerpo. Cándido González tuvo que ser conducido al Consejo en un coche ambulancia, por encontrarse herido a consecuencia de los sucesos revolucionarios.

Según el apuntamiento, los procesados iban en un automóvil con el capitán señor Biardieu y habían salido de la Consejería de Gobernación en la noche del 6 de octubre. Al pasar frente al edificio de la Comandancia militar hicieron fuego sobre un grupo de militares, entre los que se encontraba el general De Miguel. El automóvil siguió su marcha hacia el monumento a Colón, perseguido por la tropa, que disparó contra el vehículo, produciendo la muerte al capitán Biardieu y distintas heridas a varios de los que iban con él, entre ellos, a un maestro armero que ha desaparecido de Barcelona y que está declarado en rebeldía.

En el acto del Consejo, los procesados manifestaron que se encontraban en Gobernación, de donde salieron en un automóvil requisado, a las órdenes del capitán Biardieu, y que, al pasar frente a Capitanía, siguiendo las instrucciones que recibieron, hicieron fuego, sin saber por qué e ignorando que en el grupo hubiese militares. Añadieron que prueba de que no tiraban a dar es que no hirieron a nadie.

El fiscal pidió que se impusiera a cada uno de los procesados la pena de doce años y un día de prisión, y el defensor, la absolución.

Las impresiones son favorables para los encartados.

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